El Senado y Cámara de Diputados...

LEY NACIONAL DE PROTECCIÓN DE FAUNA

Artículo 1°: Prohíbese la importación de animales salvajes y/o silvestres vivos al territorio nacional cuya finalidad sea exhibición, compañía, colección o espectáculo, quedando exceptuados los animales para consumo y para actividades deportivas.

Artículo 2°: Prohíbese la reproducción en cautiverio de animales salvajes y/o silvestres que no pertenezcan a la fauna autóctona y cuya finalidad sea la exhibición, compañía, colección o espectáculo, quedando exceptuados los animales para consumo y para actividades deportivas

Artículo 3°: Prohíbese la reproducción en cautiverio de cetáceos en todo el territorio nacional.

Artículo 4°: La importación de animales prevista en el artículo 1° de la presente será penada con el monto equivalente al valor de entre 10.000 y 500.000 litros de nafta Premium de la empresa YPF, con la incautación del o los animales importados, la obligación de pagar el traslado del animal hasta su hábitat natural para su liberación y prisión de entre uno y cuatro años.

Artículo 5°: La reproducción en cautiverio de animales salvajes y/o silvestres que no pertenezcan a la fauna autóctona y cuya finalidad sea la exhibición, compañía o espectáculo, será penado con entre uno y cuatro años de prisión, con una multa equivalente al valor de entre 10.000 y 500.000 litros de nafta Premium de la empresa YPF, con la incautación del o los animales y la obligación de pagar el traslado del animal hasta su hábitat natural para su liberación.

Artículo 6°: De forma.

Señor presidente:

El mundo entero está cambiando su forma de pensar en cuanto a la naturaleza y en especial hacia la forestación y las especies animales. Cada vez más cantidad de países legislan en pos de proteger sus espacios naturales, su fauna y su flora autóctona. Varios organismos internacionales también han solicitado a los Estados que generen políticas de protección del medio ambiente y de los hábitats naturales.

Una de las medidas que los Estados deben adoptar para estar en sintonía con el pedido de protección internacional de fauna es no fomentar el comercio de animales silvestres y salvajes con fines de espectáculo, compañía, exhibición y colección. En tal sentido, se hace imperioso que se legisle para preservar las especies. Esto se hará posible evitando la importación de animales para circos, zoológicos, oceanarios, delfinarios, reservas y para colecciones tanto públicas como privadas.

El espíritu de esta norma es permitir que los animales vivan en su hábitat y evitar que sean trasladados a latitudes donde se les trata de recrear, siempre mal, su ambiente. Los animales importados sufren el stress propio del dasarraigo, provocando en ellos trastornos psíquicos y mentales que terminan afectando su salud y generando su muerte temprana.

En nuestro país son muchas las asociaciones de defensa de los animales que trabajan para que no sean trasladados de su medio ambiente. El mejor ejemplo es el de la Fundación Vida Silvestre Argentina, la cual donó 3040 hectáreas de campo para que se fundara el Primer Parque Nacional en la provincia de Buenos Aires denominado Campos del Tuyú, en el municipio de General Lavalle. En este parque habitan cientos de especies animales y miles de vegetales.

Las condiciones sanitarias de los animales en cautiverio es generalmente mala. Basta con ver que periódicamente salen en los medios de comunicación noticias de animales famélicos, maltratados físicamente, encerrados en lugares muy poco espaciosos o sin el trato adecuado. Vale como ejemplo observar que los grandes felinos africanos y asiáticos, ya sean leones o tigres, utilizados para circos quienes habitan a perpetuidad en jaulas individuales en donde apenas caben. Reiteradas veces estos animales han sufrido la suerte de ser sacrificados cuando por algún motivo ya no son redituables para los espectáculos que en los que actúan. Otro ejemplo humillante en este sentido lo da Mundo Marino en San Clemente del Tuyú con el confinamiento de su orca Kshamenk y sus delfines en espacios reducidísimos para cetáceos de ese porte.

Cabe resaltar el daño que le causaron a un ser magnificente como la orca (considerada por especialistas en fauna como el animal más inteligente del planeta) que mantienen apresada. Kshamenk tiene trastornos en su juicio debido a la cantidad de años que hace que lo mantienen en reducido cautiverio, por lo cual ninguno de los entrenadores puede ingresar a la pileta donde habita. Su agresividad se hizo manifiesta en reiteradísimas ocasiones tanto con personal de Mundo Marino como con el público espectador al acercarse.

El ya desaparecido Aquarium de Mar del Plata promocionaba como su máxima atracción a una beluga. Este cetáceo ártico tuvo que ser devuelto a su natural medio porque con el clima subtropical argentino y la diferencia de intensidad solar que existe con su hábitat, se le produjo ampollas en la piel producto de las quemaduras solares intensas.

El caso que más notoriedad tomó en los últimos tiempos ha sido el del llamado Arturo, un oso polar que fue condenado a vivir en Mendoza, en un hábitat claramente hostil para su salud. Penosamente Arturo vivía en un zoológico público, siendo su propietario el Estado provincial mendocino.

Permitir la reproducción de animales no autóctonos en nuestro medio es igual de perjudicial que la importación, ya que los acá nacidos tampoco se acostumbran al clima ni a las condiciones ambientales. Las reproductoras en cautiverio son más sufrientes porque al stress de la preñez y del parto se le suma la del confinamiento, por lo que padece un desgaste físico y psíquico mayor. Para los machos es traumática la época de apareamiento, llegando a la muerte por estar encerrado en el momento del celo.

Los oceanarios y delfinarios son utilizados como lugares de rehabilitación de cetáceos. El caso contradictorio es que en la mayoría de las ocasiones los animales recuperados no son devueltos al mar, sino que quedan en estos lugares para ser entrenados en pos de que actúen en sus shows. Ocurre esto principalmente con orcas (orcinus orca) y con delfines pico de botella (delphinus delphis), generándose una situación en la que supuestamente son salvados de algún mal que les afecta para ser sometidos a cautiverio perpetuo.

Los zoológicos y los circos que utilizan animales en sus funciones van perdiendo público masivamente porque el espectáculo de sometimiento y confinamiento los vuelven repudiable por los espectadores. Los zoológicos no cumplen en la actualidad ninguna función educativa, ya que los medios tecnológicos alcanzados por la mayoría de la población permiten acceder a videos, grabaciones e información variada sobre toda especie animal, lo mismo que para cualquier otro tema. Peor es el caso de los circos donde los animales además de vivir en estrechísimos espacios cerrados, van itinerando en forma permanente.

Encerrar cualquier animal para que solo sea visto por el público es un acto siniestro, pero se profundiza mucho más si este animal es sometido a cambiar de hábitat, de clima, de suelo y de alimentación. Importar un oso polar que vive en un clima de 20 grados bajo cero para hacerlo vivir, o condenarlo a morir, en un clima de entre 15 y 25 grados es una aberración hacia la naturaleza.

Por todo lo antes expuesto, solicito a los señores diputados que acompañen el presente proyecto de ley.