La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar beneplácito por la carta de intención que reabriría la renegociación de la deuda defaulteada con el Club de París, sin la participación del Fondo Monetario Internacional, tal como lo solicitara el gobierno argentino; como así también, recalcar que en esa negociación no hay comisiones, ni bancos, ni empresas, ni asesores, que la misma se celebrara de Estado a Estado.

Señor presidente:

El día martes pasado, el gobierno argentino recibió de parte del Club de París, una carta de intención con el fin de renegociar la deuda defaulteada con ese organismo. Lo novedoso y satisfactorio para nosotros, es que la solicitud tantas veces reclamada por el gobierno argentino, tuviese la aceptación de negociar dicha deuda, sin la intervención del Fondo Monetario Internacional, obviando su reglamentación que exige la participación con planes por parte del mismo.

La República Argentina, dio lugar a la más abultada cesación de pagos de la deuda que se haya producido a nivel mundial, pero también tuvo como desenlace la renegociación con la quita más elevada de que se tenga registro. En dos etapas, una en 2005 y otra en 2010, ese proceso tuvo la impronta Kirchner, por la audacia en el aspecto de los números y en el desafío al poder financiero. La furia del mundo de las finanzas globales hacia el gobierno argentino se evidencio en el castigo al país vedando el acceso al crédito voluntario en el mercado internacional. Son pruebas suficientes de lo que han significado el default y la posterior reestructuración.

Clausurar la injerencia del Fondo Monetario Internacional en asuntos internos de la economía, previa cancelación de la cuenta total por unos 10 mil millones de dólares, ha implicado un avance extraordinario. La posibilidad de ejercer la soberanía de la política económica, con sus aciertos y sus debilidades, es un hecho notable teniendo en cuenta los antecedentes de las últimas décadas. Esas misiones de mediocres técnicos de Washington, recibidos por el establishment con pleitesía, recorrían los senderos señalados por economistas de la city, amplificando los reclamos del poder económico. La veda a esos mensajeros del ajuste, que hoy son convocados por voceros del neoliberalismo, ha posibilitado ampliar los estrechos márgenes de autonomía de la política económica. Varios aumentos a jubilados, control de capitales especulativos, retenciones a exportaciones agropecuarias, el fin de las AFJP, acumulación de reservas, pago de la deuda con reservas, integración latinoamericana, entre otras medidas, hubieran sido censurados por un organismo multilateral desprestigiado.

A ese mismo poder lo exaspera que los trabajadores a través de sus organizaciones sindicales hayan podido recuperar derechos y capacidad de negociación en la mesa salarial. Nunca antes hubo un período tan prolongado de vigencia de convenciones colectivas. Se empezó a desmontar la estructura de flexibilización laboral de los noventa. Quedan asignaturas en esa materia, como la forma de contratación de

tercerizados, situación que emergió con dramatismo en las últimas semanas, y la persistencia de un elevado porcentaje de empleo en negro. Pero, a diferencia de otras experiencias políticas, en ésta existe conciencia de ese problema.

Volviendo al tema del Club de París, todos nosotros sabemos que la reglamentación del Club de París exige la participación con planes, por parte del Fondo Monetario; pero finalmente el Club ha accedido a no hacerlo. Por lo tanto, creemos que las dos cuestiones básicas que va a tener que abordar el señor Ministro de Economía en su negociación es que la forma de pago no restringa ni produzca restricciones al modelo de crecimiento económico con inclusión social porque esa ha sido, precisamente, la gran garantía y la gran posibilidad de la Argentina en su mercado interno pero también de la Argentina hacia el exterior para poder pagar sus deudas. Sustancial diferencia con décadas pasadas, merece el párrafo en donde se acuerda que en dicho acuerdo, valga la redundancia, no intervendrán bancos, empresas, no se pagarán comisiones ni derechos de ninguna naturaleza, porque son negociaciones de Estado a Estado que se realizan a través del Club de París.

Para finalizar, Señor Presidente, curiosamente fue desde la política donde por primera vez en la República Argentina se empezó a gobernar sin déficit fiscal; fue desde la política donde por primera vez se empezó un proceso de desendeudamiento del país; fue desde la política desde donde decidimos cancelar nuestras deudas con el F.M.I., precisamente para tener nuestro modelo de acumulación con autonomía razonable en un mundo globalizado, fue precisamente entonces de la política y gracias a Néstor y Cristina que evidenciamos que los argentinos podíamos, porque empezamos a creer en nosotros mismos.

Es por los motivos expuestos que solicitamos a este Honorable Cuerpo la aprobación del presente proyecto de declaración.