La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Adherir a la Celebración del Día de la Soberanía Nacional, establecido por Ley n°20.070 del año 1974, a rememorarse el 20 de noviembre en conmemoración del Combate de Vuelta de Obligado, reconocido como ejemplo de valentía y sacrificio de la ciudadanía en defensa de la soberanía nacional.

Señor presidente:

Si hacemos un poco de historia, la Batalla de Vuelta de Obligado es geopolíticamente el resultado de la defensa de los primeros intereses económicos para el país. Se produjo en momentos en que Inglaterra y Francia buscaban nuevos mercados para sus productos manufacturados a la vez que le representábamos -dada nuestra orientación agroexportadora basada en la división internacional del trabajo- la posibilidad de adquirir materia prima de muy buena calidad a un precio bastante bajo para la época.

El 20 de noviembre de 1845, Vuelta de Obligado fue el escenario de combate de las fuerzas lideradas por Rosas, quien - como no permitía el libre paso por el río Paraná a estos países para comercializar en Corrientes y Paraguay- mandó a encadenarlo, evidenciando su oposición a las pretensiones hegemónicas de tales potencias europeas. Si bien pierden la batalla, esto no significó el fin de la Guerra y finalmente los invasores fueron vencidos el 4 de Junio de 1846 en el combate en "El Quebracho", lo que llevaría al cese de las hostilidades por parte de Gran Bretaña y luego Francia y al posterior reinicio de las relaciones comerciales y amistosas con la Confederación Argentina, y con el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, que desde ese momento es considerado defensor de la Soberanía Nacional.

La soberanía implica -en el Derecho Internacional- la libertad de todas las naciones, el reconocimiento de la igualdad entre los pueblos; lo que implica el derecho de no intervención, es decir, la regla consuetudinaria que establece que ningún Estado puede invadir las fronteras de otro, ni interferir en su actuación interna ni externa.

En este sentido, la heroica defensa argentina en la batalla que hoy conmemoramos, permitió consolidar nuestra Soberanía Nacional frente a las pretensiones imperiales del enemigo invasor y la traición -en cierto sentido- de los exiliados argentinos opositores al régimen rosista que los apoyaban. Por medio de esta gesta, reafirmamos nuestra condición de nación libre e independiente alcanzada con las invasiones inglesas, los sucesos de Mayo de 1810 y la declaración de la Independencia en 1816.

A más de un siglo y medio después, podemos también pensar la soberanía como el componente de un valor superior a ella misma: la identidad nacional, es decir, aquello que nos distingue de los demás países, lo que da sentido y trascendencia al "ser argentino".

Esta conmemoración debe servirnos a todos los ciudadanos de este país para fortalecer nuestro espíritu nacional, recordando que esta Patria se hizo con la lealtad, el patriotismo y el coraje de muchos hombres que dieron su vida por ella. Realidad que debe coadyuvarnos también a dar el puntapié inicial de un proceso de reflexión sobre cuál es nuestra contribución -la de cada uno de nosotros- a la consolidación de la Argentina como nación independiente y soberana: hoy no estamos llamados a dar nuestra vida en una lucha sangrienta, pero defender nuestra identidad de los invasores extranjeros es un desafío de todos los días, y podemos hacerlo privilegiando nuestras costumbres, nuestra herencia cultural. Cultura construida no sólo a través de la historia y del tiempo, sino en la cotidianeidad, en el devenir diario, en el que debemos participar activamente a fin de profundizar aun más la democracia que reconquistamos hace no tantos años.

Debemos ser conscientes de que la "democracia" no puede, ni debe, quedar reducida a un mero concepto abstracto y de validez universal; al contrario, la democracia es un valor único, particular, histórico, es un modo de ser Nación, y todavía hoy es una materia pendiente...

Por todo lo expresado anteriormente con motivo de la conmemoración aludida, estimo que esta Honorable Cámara debe expresarse en tal sentido y solicito a tal fin el apoyo de mis pares.-