La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo de la Nación para que, a través de los organismos correspondientes, informe sobre las políticas de cuidado y resguardo del Patrimonio Ferroviario de la República Argentina, las medidas adoptadas y el personal afectado para cumplimentar dicha tarea.

Señor presidente:

La historia de los Ferrocarriles argentinos está íntimamente vinculada con la idea del desarrollo e integración de la república. En 1857 comienza a funcionar el primer ferrocarril "del Oeste", que unía plaza Lavalle y Floresta, construido totalmente con capitales nacionales. Años más tarde, capitales ingleses y franceses construyeron nuevos tramos para acceder a los Puertos de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Neuquén. Para 1870 había 772 kilómetros de vías en nuestro país y unos 47.000 kilómetros en 1957 repartidas por todo el territorio nacional. Raúl Scalabrini Ortiz destaca la importancia de este medio de transporte, afirmando "Los ferrocarriles constituyen la llave fundamental de una nación. La economía nacional, pública y privada, el equilibrio de las diversas regiones que la integran, la actividad comercial e industrial, la distribución de la riqueza y hasta la política doméstica e internacional están íntimamente vinculadas a los servicios públicos de comunicación y de transporte".

Luego de los momentos de esplendor por los años 50 comienza un retroceso gradual y sostenido que después de haber sido nacionalizada la red ferroviaria, en 1992 los ferrocarriles volvieron a manos privadas y se hizo una reestructuración de la planta de personal, que se redujo de 60.000 empleados a 15.000.

A partir de 1993, las provincias se hicieron cargo de los servicios de pasajeros y de carga, implicando el cierre de ramales y la marginación de pequeños pueblos repartidos en toda la geografía nacional. En 1991, había 430 pueblos en riesgo de desaparecer, el 32% de los pueblos rurales del país y estaban afectados 170.000 habitantes. El 19% se quedó sin transporte al principio de los noventa. Luego de este proceso de privatización, los bienes ferroviarios que no habían sido concesionados pasaron a formar parte de la empresa Ferrocarriles Argentinos E.L. (en liquidación).

En 1996, por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional, se creó el ENABIEF (Ente Nacional de Administración de Bienes Ferroviarios), que se desempeñó en el edificio que perteneciera a Ferrocarriles Argentinos hasta el 1 de junio del año 2000, cuando un nuevo decreto estableció su fusión con la Dirección Nacional de Bienes del Estado. A partir de ese día, comenzó a funcionar allí el Organismo Nacional de Administración de Bienes (ONABE), cuya principal función es la de administrar y resguardar en forma óptima los bienes que no tienen afectaciones directas a las actividades propias del Estado, maximizar su valor y entregarlos a la vida cotidiana de los ciudadanos.

La Ley Nacional 26352 de febrero de 2008 reorganiza la actividad ferroviaria en Argentina creando dos Sociedades del Estado: la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y la Operadora Ferroviaria. Posteriormente el Decreto 752 del 6 de mayo de 2008 y la Resolución 1413 del 28 de noviembre de 2008 complementaron la Ley por lo que a partir del 1 de diciembre de 2008 la ADIF se hizo cargo de los bienes ferroviarios que le fueron transferidos por el ONABE.

Actualmente, la ADIF es el organismo encargado de administrar la infraestructura ferroviaria, la que se construya en el futuro, su mantenimiento, la gestión del sistema de control, de circulación y de seguridad, y también el desarrollo de inversiones. Es la empresa que realiza las licitaciones y maneja los fondos públicos para obras. Sin embargo, se registraron denuncias de distintas ONGs por hechos de hurto y vandalismo contra el Patrimonio Ferroviario de la República Argentina

Desde la ONG Entre Ríos sobre rieles se denunció que las vías férreas entre estación Paraná y Bajada Grande son objetos de despojo y vandalismo. En este sentido se indicó que "el camino del tren entre la estación terminal de trenes y el kilómetro cero del Ferrocarril General Urquiza, acusa rotura de los terraplenes, el robo de rieles y durmientes, además de las construcciones sobre la vía". Esta situación derivó en la investigación por parte de la justicia de una denuncia realizada por el titular del área Materiales de la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos. Como consecuencia, en un allanamiento se encontraron 156 rieles, por una extensión de más de 1500 metros en total, que pertenecen a las vías del ferrocarril.

Consideramos fundamental que se tomen las medidas conducentes a resguardar el patrimonio ferroviario, ya que es propiedad de todos los ciudadanos argentinos.

Es por todo lo expuesto que solicito a mis pares me acompañen en este proyecto.