La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, que a través de la Secretaría de Transporte de la Nación y la empresa Aerolíneas Argentinas S.A., informe lo siguiente en relación con la grave situación que atraviesa el transporte aeronáutico derivado al aeropuerto internacional de Ezeiza, por las reformas que se están llevando a cabo en el aeroparque metropolitano:

- Cronograma de trabajos y reformas a realizar en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires.

- Plazos estimados de comienzo y finalización de las obras.

- Organismos y funcionarios responsables del control del avance de las obras.

- Empresas que resultaron adjudicatarias para la realización de las obras y sus sub-contratantes, en caso de corresponder.

- Costo del traslado del tráfico aeronáutico a los restantes aeropuertos durante el tiempo de duración de las obras.

- Organismo y funcionarios responsables de la coordinación y control del traslado del tráfico aeronáutico a los restantes aeropuertos durante las obras.

- Evaluaciones técnicas que sirvieron de base para el redireccionamiento del tráfico aeronáutico a los aeropuertos lindantes durante la realización de las obras.

Señor presidente:

A nadie escapa la gravísima situación que atraviesa la coordinación del tráfico aeronáutico a raíz de la ineficiente derivación de vuelos desde el aeroparque metropolitano de la ciudad de Buenos Aires, hacia otras estaciones aéreas vecinas, con motivo de las obras que se están llevando a cabo en dicha terminal.

En los últimos días ha quedado en evidencia que la capacidad de las restantes terminales para recibir los vuelos derivados desde el aeroparque ha sido ampliamente superada, dando lugar a un sinnúmero de contratiempos: vuelos demorados, pasajeros varados, equipajes enviados a destinos equivocados, etc.

Huelgan las explicaciones para dar cuenta de las cuantiosas pérdidas de dinero que estos contratiempos han implicado e implicarán, para el país, las provincias, y todos los pasajeros que han visto demorados y hasta cancelados sus vuelos por motivos que pudieron y debieron haberse prevenido. Hasta el momento, hemos tenido la fortuna de no tener que lamentar otro tipo de consecuencias aún más dramáticas, como podría haber sido un accidente aéreo dado el evidente descontrol en el que está inmerso el tráfico aéreo en nuestras principales terminales.

Es preocupante ver como la situación es manejada en forma totalmente improvisada por las autoridades del caso, quienes no han sabido dar respuestas adecuadas a la gravísima situación que ellas mismas han generado, más allá de intentar cambiar los boletos aéreos originales de los pasajeros por vales de comida o viajes en micro a deshora.

Es así que el cierre de una terminal aérea de la ciudad de Buenos Aires, algo totalmente previsible y susceptible de ser coordinado, se ha convertido en un verdadero caos que ha originado innumerables perjuicios a la población y la economía, dada la impericia de las autoridades da cargo.

Basta revisar las declaraciones del titular de la Secretaría de Transporte de la Nación, quien admitió que "evidentemente los problemas que se generaron fueron más de los previstos debido a que Aerolíneas Argentinas posee hoy un volumen de vuelos que superó la capacidad del aeropuerto".

Esta grave situación ha dado lugar a la creación de un Comité de Crisis integrado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), la empresa Aerolíneas Argentinas S.A., la empresa Aeropuertos Argentina 2000 y el Órgano Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA). Sin embargo, no se perciben aún signos de que la situación se haya normalizado y el tráfico aéreo continúa inmerso en el mismo descontrol.

Cabe destacar el caso que me toco vivir en persona el pasado viernes 5 de noviembre, cuando me disponía, junto con otro centenar de pasajeros, a abordar el vuelo de Aerolíneas Argentinas número 1476 con destino a la ciudad de San Miguel de Tucumán. En dicha oportunidad, las autoridades del aeropuerto internacional de Ezeiza informaron que dicho vuelo se suspendería debido a conflictos gremiales en la empresa aérea estatal. Esto dio lugar a que los pasajeros se decidieran a hacer valer sus derechos, ante la pasividad y complicidad de las autoridades. Se vivieron momentos de extrema tensión que fueron reflejados incluso por los medios de comunicación en sus ediciones posteriores.

A esta grave situación debe añadirse el trato inhumano dispensado a los pasajeros y turistas que se encontraban en el avión, entre los cuales había ancianos y mujeres embarazadas con niños, quienes se descompensaron a raíz del encierro.

Valga esto solo como un ejemplo más de las muchas violaciones a los derechos personales que vienen sufriendo los pasajeros de vuelos de avión en nuestro país, y que ameritan una profunda revisión de las condiciones en que se prestan dichos servicios locales.

Por la gravedad de lo expuesto y la imperiosa necesidad de evitar consecuencias aún más lamentables para nuestra sociedad, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.