La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

De interés legislativo Nacional al VIII Congreso Latinoamericano de Ciencia y Religión, a realizarse en el Seminario Rabínico Latinoamericano "Marshall T. Meyer", sobre el tema: "La sacralidad de la vida en una tierra habitable para todos" en conmemoración de los 20 años del atentado a la AMIA; a realizarse del 20 al 22 de octubre del presente año en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Señor presidente:

Es importante distinguir en el ámbito de esta Honorable Cámara iniciativas como el VIII Congreso Latinoamericano de Ciencia y Religión que se inscribe en una tradición de encuentros académicos llevados adelante desde el año 2002, con el objetivo de promover un diálogo entre los mundos científico y teológico.

La temática del VIII Congreso estará orientada, por una parte, a reflexionar sobre la sacralidad de la vida humana, en ocasión de conmemorar los 20 años del atentado a la AMIA y, por la otra, a debatir sobre las condiciones para un desarrollo sostenible, tanto para nuestro país como para el planeta que nos alberga.

La actual situación planetaria nos exige un abordaje multidisciplinario sobre el fenómeno de la vida y su futuro. Las ciencias y las tecnologías han de aportar en su estudio. Pero, al mismo tiempo, esta tarea precisa de otros estratos del conocimiento que sostengan en sus fundamentos la investigación y los programas prácticos de intervención sobre la vida humana y la biosfera.

De esta manera, las disciplinas vinculadas con el pensamiento filosófico y religioso parecen ser reclamadas cuando la cuestiones bioéticas y ecológicas se transforman en algo que escapa a los propios límites impuestos por los métodos particulares y, sobre todo, cuando modifican abiertamente las bases de la vida de cada individuo y del planeta, poniendo en riesgo su propio futuro.

El Congreso se propone poner en diálogo ciencia, filosofía y religión, para pensar la problemática de la convivencia y el predicamento humano integralmente, sobre el telón de fondo de cuestiones que era imposible anticipar hace medio siglo y que están simbolizadas en el advenimiento de la era atómica.

La alta complejidad de estos desafíos exige necesariamente un abordaje multidisciplinario y un obligado intercambio entre diversos campos de la investigación. Al mismo tiempo, ésta tarea de diálogo interdisciplinario precisa de otros estratos del conocimiento no exclusivamente científicos o tecnológicos, que sostengan la investigación y los programas prácticos.

De ésta manera, las disciplinas vinculadas con el pensamiento filosófico y religioso parecen ser reclamadas cuando la cuestiones bioéticas y ecológicas se transforman en algo urgente e indispensable, que escapa a los propios límites impuestos por el método particular y modifican abiertamente las bases de la vida de cada individuo y del planeta. Esta situación pone en riesgo el propio futuro de la humanidad y, más inmediatamente, el de los sectores más vulnerables.

Se trata de un problema con el que se confronta la humanidad porque todos estamos involucrados. Por ello, cada uno de nosotros está llamado a ser parte en la solución y por lo tanto, solicito a mis pares la aprobación de este proyecto de declaración.