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PROYECTO DE TP


Expediente 8029-D-2014
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LA PRONTA REALIZACION DE LAS OBRAS DE REPARACION DE LAS RUTAS PROVINCIALES Nº 41 Y 51.
Fecha: 15/10/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 145
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional a fin que se coordine con la provincia de Buenos Aires la pronta realización de las obras de reparación de las Rutas Provinciales N° 41 y 51, las cuales se encuentran en estado ruinoso y de abandono, con el consiguiente riesgo para la vida y la seguridad de las personas que las transitan diariamente y dificultades para el transporte de bienes y mercancías, con perjuicio para la actividad económica.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La Ruta Provincial 41 es una carretera bonaerense pavimentada de 344 km, ubicada en el noreste de la provincia de Buenos Aires y se extiende desde la Ruta Provincial 11, cerca de la Bahía de Samborombón, hasta la ciudad de Baradero.
Esta ruta circunvala la Ciudad de Buenos Aires a una distancia de 100 a 180 km, y permite unir el norte con el sudeste de la provincia sin utilizar los accesos a la gran urbe y aledaños, lo que implica un gran tránsito de camiones y líneas de transporte de pasajeros de larga distancia
La ruta provincial 51 recorre de norte a sur la provincia de Buenos Aires. Nace en la ciudad de Ramallo, cabecera del partido homónimo, a partir del club náutico, y finaliza en la ciudad de Bahía Blanca, en el cruce de la ruta 252 y ruta 3. Esta ruta es muy utilizada por autos y camiones cargados con cereal, ya que tanto Bahía Blanca como Ramallo poseen importantes centros portuarios.
Las dos vías carreteras son estratégicas por sus trazados.
Hace años que los vecinos de la Rutas Provinciales N° 41 y 51 vienen movilizándose y reclamando la reparación de las trazas asfálticas, sin embargo hasta el presente todo ha sido promesas y soluciones superficiales y temporarias.
Así se tapan los baches con tierra y asfalto encima, lo cual dura hasta la próxima lluvia. La enorme cantidad de muertos y heridos en siniestros viales amerita adoptar una solución de fondo y definitiva. Mientras se gastan miles de millones de pesos en despilfarros y erogaciones superfluas, costosa publicidad y subsidios a actividades como Fútbol para Todos, en la Provincia de Buenos Aires las personas se siguen matando en razón del desastroso estado de las Rutas 41 y 51, entre otras carreteras.
En la cuestión interviene el Juzgado Contencioso Administrativo de San Nicolás de los Arroyos a cargo de la Dra. María Isabel Fulgheri, en cuyo expediente se han constatado las innumerables falencias de la ruta provincial. Sin embargo, ha tomado estado público una licitación para repavimentar carreteras bonaerenses y nos notificamos que las Rutas 41 y 51 no han sido previstas en dicho plan de reparaciones. Sólo se contemplan ineficaces tareas de mantenimiento provisorio. Pero, esas no son soluciones.
En el texto de la Resolución utilicé los términos "estado ruinoso" y "estado de abandono". Tales expresiones reflejan palmariamente la triste realidad de ambas dos rutas. Podemos decir que se trata de un poco de asfalto entre una sucesión de baches, que carecen de demarcación, sin banquinas ya que las mismas han sido colonizadas por inmensos pastizales.
Enfatizo, es imposible circular por estos abandonados caminos -vitales para la comunicación del interior y para el transporte de cargas agropecuarias- a más de 30 o 40 kilómetros por hora. No están demarcadas, las banquinas son un desastre, no hay señales viales, no hay raya blanca que marque los límites de la cinta asfáltica ni línea amarilla que anticipe la llegada de una curva, la salida de un campo, un camino lateral o una escuela rural. En la ruta 41 no hay nada. Sólo baches, abandono -que no es de ahora, naturalmente- y muerte. Por lo menos quince muertos en doce meses en la 41 y otra decena en la 51.
El mal estado de las rutas no permite más dilaciones. Sólo en el tramo que va desde San Antonio de Areco al vecino municipio de San Andrés de Giles, unos 25 kilómetros, desde este Despacho se pudo comprobar que el asfalto es esa serie de manchas grises que une la interminable seguidilla de baches. Algunos más pequeños y otros más grandes, pero todos ponen en riesgo la vida de los automovilistas.
Veamos este prolijo informe que publicó recientemente el diario La Nueva de Bahía Blanca con la firma del señor Guillermo Rueda:
"Se trata del tramo entre Bahía Blanca y Coronel Pringles. Un relevamiento realizado por este medio el último 9 de enero advertía un virtual estado de abandono. Hoy, la situación no es mejor.
A las problemáticas planteadas en forma recurrente por el precario estado de la ruta provincial 51, ahora se suma el deterioro pronunciado de la carpeta asfáltica, así como la ausencia de cartelería indispensable y la rotura de las tachas reflectivas en sitios clave.
La referencia es para el tramo entre Bahía Blanca y Coronel Pringles, donde banquinas con descalces de 25 centímetros y fracturas del pavimento sobre los puentes son las principales falencias.
El segmento de 121 kilómetros entre ambas ciudades se terminó de reasfaltar en julio de 2007. No obstante, en dos años y medio se produjeron ocho muertes y 21 accidentes en diferentes siniestros.
Muchos de estos hechos, es inevitable presumirlo, son consecuencia del pésimo estado de transitabilidad, que se agrava con circunstancias como la lluvia, con el agua ocupando gran parte de los descalces con todo que lo ello implica en el caso de que la rueda del vehículo abandone la ruta.
Al tratarse de una ruta bonaerense, la responsabilidad de mantener condiciones mínimas y de mantenimiento recae en la dirección de Vialidad Provincial.
Tras el relevamiento realizado por este medio en enero último, sólo se advirtieron cortes parciales de pastos, en especial de aquellos que superaban la altura de la cartelería, y algunos rellenos de tierra para cubrir los descalces de, en algunos casos, 25 centímetros.
La ruta 51 es considerada de vital importancia para la producción, en especial por el movimiento de camiones pesados con carga general, durante todo el año, y con soja y otros cereales al puerto de Ingeniero White, principalmente en el verano.
A ello debe sumársele el tránsito turístico hacia la comarca serrana por parte de quienes evitan circular por la peligrosa ruta nacional 33, hecho que se incentivó a partir de la pavimentación de los 21 kilómetros entre Frapal y Saldungaray.
La zona de puentes en el Bajo San José es la más peligrosa. Se trata del kilómetro 689, entre los kilómetros 42,3 y 44,4 desde Bahía Blanca.
A los pronunciados desniveles, deben sumársele las fracturas en los extremos, la destrucción de varios guardrails en sitios peligrosos y los yuyales que cubren las señalizaciones y las propias defensas metálicas.
El último corte de pastos no previó la zona alrededor de los carteles, por lo que señales importantes como de alcantarilla, límite de velocidad y prohibición de paso, entre otros, apenas se advierten, en el mejor de los casos, a pocos metros. Esto sucede en los kilómetros 693 y 694, solo por citar dos ejemplos.
En el kilómetro 699, dos antes de Cabildo, el pasto oculta las indicaciones del puente, así como la vegetación arbórea invade la línea del guardrails y comienza a ocupar la calzada por sobre los dos metros. Este puente se convierte, particularmente para quienes transitan de noche, en una trampa.
Respecto de los descalces, no todos fueron arreglados. La mayoría aún permanece con una gran pendiente. Un ejemplo se produce en el kilómetro 712, con una caída de 20 centímetros. También en la mayoría de las curvas ubicadas a alrededor de 30 kilómetros de Pringles, en el sector denominado El Despeñadero.
En esta zona se aprecia, debido al constante tránsito, el hundimiento o ausencia por rotura de las tachas reflectivas. Son las referencias colocadas encima de las líneas amarillas, que denotan los sectores más peligrosos o de prohibición de adelantamiento. Este es un claro síntoma del abandono de la ruta en cuanto al mantenimiento.
Un deterioro más pronunciado existe en el kilómetro 719, con ahuellamiento y hundimientos de calzada en una lomada. Considerando que se reasfaltó hace cuatro años, resulta incompresible un daño de tal magnitud; solo puede tener el atenuante de la ausencia de una balanza para camiones al final en algunas de las ciudades cabecera.
La circunstancia de los guardrails caídos, sumada a la altura del pasto que no se corta por la cercanía de la baranda, hace peligrosa una alternativa que debería brindar seguridad.
El resto de los puentes hasta Coronel Pringles conllevan golpes varios y variados.
Uno de los más importantes se encuentra a 5 kilómetros de Pringles, a la altura de los arroyos Las Tunitas y El Diecisiete. Allí hay fracturas en los extremos y la vegetación está invadiendo todo el sector que, justamente, asoma tras una curva viniendo hacia el sur.
Usuarios habituales de la ruta, de vehículos pesados en especial, coincidieron en el pésimo estado de los puentes y de las banquinas con descalce".
Por lo expuesto, huelgan mayores comentarios y solicito el acompañamiento de mis pares a fin de aprobar esta iniciativa.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
TRANSPORTES (Primera Competencia)