PROYECTO DE TP
Expediente 8019-D-2012
Sumario: EXPRESAR PESAR POR EL FALLECIMIENTO DEL ARTISTA LEONARDO FAVIO, OCURRIDO EL 5 DE NOVIEMBRE DE 2012 EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 13/11/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 165
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su profundo pesar por el
fallecimiento del Señor Leonardo Favio, ocurrido el día 5 de Noviembre
de 2012 en la ciudad Autónoma de Buenos Aires.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Con profunda tristeza pero
sintiendo la necesidad de realizar un reconocimiento a su trayectoria y,
lo que más tiene sentido, que es su hombría de bien, solicito a este
plenario acompañen esta declaración que expresa su pesar por la
muerte del Señor Leonardo Favio, ocurrida en esta ciudad el día 5 de
Noviembre del corriente año.
El gran argentino que fue,
tuvo cimientos duros y difíciles, en su Mendoza natal, atravesando una
infancia árida. En su juventud, atraído por los radioteatros que
interpretaba su madre, se vinculó al arte, y desde allí continuó hasta la
edad de 74 años de su partida, incursionando en la actuación en la
película El Secuestrador de Torre Nilsson del año 1958, como
coprotagonista de El jefe (1958), de Fernando Ayala, junto a Alberto de
Mendoza; En la ardiente oscuridad (1958), de Daniel Tinayre, con Mirtha
Legrand; y Dar la cara (1961), de José Antonio Martínez Suárez, con
Lautaro Murúa. El propio Torre Nilsson también lo volvió a convocar para
Fin de fiesta (1960), La mano en la trampa (1961) y La terraza (1963),
pero Favio nunca se sintió verdaderamente un actor de cine, donde, a
diferencia del radioteatro, se sentía incómodo.
El cine, sin embargo, le tenía
reservado otro rol donde descollará, así es, como director en Crónica de
un niño solo (1964), también de origen confesional, inspirada en su paso
por el instituto de menores. La ópera
prima de Favio sigue
sorprendiendo hoy por la clásica modernidad de su puesta en escena,
que ha logrado atravesar indemne la prueba del tiempo. A casi medio
siglo de su realización, Crónica de un niño solo parece hecha casi ayer,
al punto de que no es casual que buena parte del llamado Nuevo Cine
Argentino -desde los pibes chorros de Pizza, birra, faso hasta el Rulo de
Mundo Grúa- pueda reconocer su origen en esta película. En un
momento en que el cine nacional solamente parecía confiar en los
diálogos, el debut de Favio vino a demostrar cómo era posible hacer del
sonido un elemento dramático.
En aquel momento,
trasciende el cantante popular, con letras relacionadas con lo cotidiano,
con una notable convocatoria y repercusión nacional e internacional, la
que el cine le había sido remiso, aunque no en prestigio.
Ya en democracia, corría el
año 1973, entregó uno de los mayores éxitos de público de la historia
del cine argentino, Juan Moreira, protagonizada por Rodolfo Bebán. Ese
desborde lo llevó inmediatamente después al exceso verdiano de
Nazareno Cruz y el lobo (1975), basado en un radioteatro de Juan Carlos
Chiappe, un film lleno de sonido, de amor y de furia, que con sus tres
millones y medio de espectadores sigue siendo el film más popular de
toda la historia del cine argentino. El golpe militar del 24 de marzo de
1976 sorprendió a Favio en pleno rodaje de Soñar, soñar, una fantasía
de ambiente circense protagonizada por Carlos Monzón y Gianfranco
Pagliaro como dos grotescos artistas trashumantes.
La sangre derramada llegaría
con Gatica, el Mono (1993), un proyecto largamente acariciado por Favio
y que hizo del célebre boxeador una parábola cristiana y peronista, el
mártir del pueblo envuelto en una bandera argentina teñida de rojo.
Con Perón, sinfonía del
sentimiento (1994-1999), Favio se permitió contar la historia del
peronismo a su manera. En las seis horas de duración de este
documental en muchos sentidos fuera de serie -por su extensión
desmesurada; por su estética entre anacrónica y naïve.
Finalmente, Aniceto (2008),
su versión-ballet de la película original, con el bailarín Hernán Piquín en
el papel protagónico, vino a expresar un momento de síntesis en la obra
de Favio; de síntesis en el sentido de summa, donde conviven por fin
esos dos grandes bloques en que hasta entonces parecía dividirse de
manera irreconciliable su filmografía. Es, al mismo tiempo, volver al
principio -al principio de su cine, pero también al pueblo y a las historias
de su infancia- pero con el bagaje expresivo y la paleta multicolor
adquirida en sus años de madurez. Este Aniceto tiene mucho de
paradoja: es la intimidad, pero a gran escala.
Asimismo, toda esta obra
descripta no ensombrece su valores particulares, su compromiso social,
el respeto y sostenimiento de sus convicciones y la consecuencia en el
tiempo de ellas, que lo destacó e hizo merecedor del cariño y respeto de
todos/as.
Enviamos nuestras
condolencias a sus familiares y amigos, a la memoria de Leonardo Favio,
que en paz descanse, no lo olvidaremos.
Señor Presidente, por los
breves argumentos vertidos, solicito el acompañamiento de mis pares
para aprobar la presente iniciativa.
Firmante | Distrito | Bloque |
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LEVERBERG, STELLA MARIS | MISIONES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |