El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1°- Declárese "Lugar Histórico Nacional" al sitio denominado "Parque Indígena Leuvucó" ubicado sobre Ruta Nacional N° 105 a 25 kilómetros al norte de la localidad de Victorica, Departamento Loventué, Provincia de La Pampa, asiento del pueblo indígena Rankül -Ranquel-, Nación Mamüll -País del Monte-, que habitara la provincia.

Artículo 2º- Declárese "Sepulcro Nacional" al sitio donde yacen los restos del Cacique ranquel Panghitruz Güor - Mariano Rosas-, situado en el "Parque Indígena Leuvuco" mencionado en el artículo 1°.

Artículo 3°- La superficie afectada en los artículos 1° y 2° refiere a según datos catastrales; sección VIII, fracción A, lote 9 -243 hectáreas- y lote 12 -29 hectáreas-.

Artículo 4°- Los fines dispuestos en los artículos 1º y 2° quedan amparados por las disposiciones de la Ley 12.665 -y sus modificatorias-, y ley 25.197 sobre patrimonio nacional.

Artículo 5º- Encomiéndese a la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, asegurar la custodia, conservación, refacción y restauración del "Parque Indígena Leuvuco".

Artículo 6º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

El presente proyecto de ley, tiene por objeto declarar como "Lugar Histórico Nacional" al paraje denominado "Parque Indígena Leuvucó" y "Sepulcro Nacional" al lugar donde yacen los restos del Cacique ranquel Panghitruz Güor.

Leubucó o Leuvucó (del mapudungun leuvú: 'corriente'; có: 'agua', 'manantial que corre') es el nombre de la laguna ubicada sobre Ruta Provincial 105, a 25 kilómetros al norte de la localidad de Victorica, Departamento Loventué, Provincia de La Pampa. Junto a esta laguna se hallaban las principales tolderías del pueblo indígena Rankül, habitantes desde tiempos inmemoriales del Mamüll Mapu -País del Monte- pueblo del cual se consideraba su capital, siendo el lugar más poblado de la Nación ranquel, con más de 8000 habitantes.

Lucio V. Mansilla en sus cartas describe el sitio de la siguiente manera; "De Leubucó arrancan caminos, grandes rastrilladas por todas partes. Allí es la estación central. Salen caminos para las tolderías de Ramón que quedan en los montes de Carrilobo; para las tolderías de Baigorrita, situadas a la orilla de los montes de Quenque; para las tolderías de Calfucurá en Salinas Grandes; para la cordillera y para las tribus araucanas." Se evidencia aquí, el carácter estratégico del asentamiento, el cual conformaba un cordón comercial que conectaba la pampa húmeda con la cordillera de los Andes, siendo el centro principal Leuvucó.

En nuestra historia, Leuvucó representa un punto de inflexión; forma parte de la mal llamada "conquista del desierto" -que ni fue conquista ni era desierto- donde Julio Argentino Roca y Nicolás Avellaneda, fueron los principales responsables en quitarles las tierras al pueblo ranquel y restablecer la esclavitud en la Argentina, cometiendo el más grande exterminio de nuestros pueblos originarios. Este aberrante y consciente Genocidio, al que le siguió un Etnocidio, calificado hoy como "delito de lesa humanidad", resulta una "traición" a los principios consagrados en la Revolución de Mayo.

En su expedición al Paraguay, Manuel Belgrano, proclamó la igualdad de derechos de los pueblos originarios, expresando lo siguiente: "A consecuencia de la proclama que expedí para hacer saber a los naturales de los pueblos de Misiones que venía a restituirlos a sus derechos de Libertad, propiedad y seguridad, que por tantas generaciones han estado privados, sirviendo únicamente a las rapiñas de los que han gobernado he venido a determinar los siguientes artículos, con que acredito que mis palabras no son las del engaño ni alucinamiento con que hasta ahora se ha tenido a los desgraciados naturales bajo el yugo de hierro: 1) Todos los naturales de Misiones son libres, gozarán de sus propiedades y podrán disponer de ellas como mejor les acomode. 2) Desde hoy les liberto del tributo". Aquí se observa la visión sobre los pueblos originarios como parte trascendental del desarrollo de la patria y como pueblos anteriores a cualquier tipo de ocupación posterior.

Desde el plano formal, el presente proyecto se enmarca dentro de lo dispuesto en nuestra Carta Magna y los tratados internacionales que esta adhiere. El artículo 75, inciso 17 dispone: "Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos". Esta normativa debe interpretarse a la luz de los instrumentos internacionales sobre derechos humanos a los que el artículo 75 inciso 22 otorga jerarquía constitucional, y que en términos de Bidart Campos, conforman el "bloque de lo constitucional".

Estas disposiciones se complementan con El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que en su artículo 2° punto 1°obliga a los gobiernos a asumir "la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad". Esto implica un cambio de paradigma respecto a los pueblos originarios, en cuanto se consagran sus derechos en la cúspide de nuestro ordenamiento jurídico, situación que antes de la reforma constitucional del año 1994, no existía.

A nivel provincial, existen antecedentes donde se destaca el valor histórico del sitio. La Ley N° 876, aprobada en octubre de 1986, en la provincia de La Pampa, declaró a Leuvucó como "Lugar Histórico Provincial". Con posterioridad, en el año 1994 se inaugura el primer monumento a Leuvucó, compuesto de dos lanzas apoyadas entre sí y un mortero. El 10 de noviembre de 1999 se realiza el monumento a la Cultura Ranquel en las inmediaciones de la laguna. La escultura tiene en su pecho ocho niños que simbolizan a los principales caciques del pueblo ranquel: caciques Carripilún, Yanquetruz, Painé, Pichón Huala, Manuel Baigorrita, Mariano Rosas, Ramón Cabral y Epumer.

Con fecha 22 de junio de 2001, luego de casi 12 años de diversas gestiones a nivel nacional y tras permanecer durante más de 120 años en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, se logra la restitución de los restos mortales del Cacique "Panghitruz Güor", hijo del gran cacique "Paine", descendiente de Yanquetruz, bautizado con nombre cristiano como "Mariano Rosas" siendo prisionero en la "estancia del Pino", propiedad de Juan Manuel de Rosas.

Panghitruz Güor se logra escapar y se convierte en el Cacique principal y autoridad indiscutida del gran cacicazgo ranquel que controlaba las tierras de la pampa central, la zona del monte. Leuvucó era el centro político del cacicazgo y sede de su gobierno.

Murió el 18 de agosto de 1877, en Leuvucó, presuntamente de viruela. La Pampa y sus hijos perdían a un líder que tuvo la capacidad y la suficiente inteligencia para guiar a su pueblo. Pero su reconocimiento debe venir por los largos y prósperos períodos de paz que logró. Sin dudas que él fue un punto de unión, en el centro del territorio nacional, de dos culturas distintas que hoy caminan juntas, porque han logrado hermanarse y conformar nuestros orígenes como pueblo.

Sin embargo la paz no fue duradera, al poco tiempo de morir, nuevamente las traiciones a un pueblo pacífico llegaron de la mano del Coronel Eduardo Racedo, en 1878, al frente de las fuerzas de la "Tercera División Expedicionaria al Desierto", invadió el territorio ranquel y profanó la tumba del gran cacique, robando su cráneo, que sería enviado a Estanislao Zeballos quien, poco después lo donaría al Museo de Ciencias Naturales de La Plata permaneciendo allí durante 123 años.

Pasó mucho tiempo, hasta que finalmente en 2001, los restos de Mariano Rosas fueron restituidos al pueblo ranquel y trasladados a Leuvucó, para ser sepultados. Se le rindió homenaje al cacique en una ceremonia oficial, la cual fue declarada de interés legislativo nacional, en reparación al pueblo ranquel, dando cumplimiento al articulado de la ley 25.276. El INAI, la Secretaría de Cultura del gobierno provincial y la propia comunidad ranquel instrumentaron los medios para cumplir con el anhelo de aquel gran cacique antes de morir, el de no volver a salir de su tierra, la que lo había visto nacer, ni volverse alejar de su pueblo.

Fueron muchos años de postergaciones, olvidos y traiciones a culturas y pueblos. Es innegable que ellos forman parte de la construcción de nuestra identidad como país, motivo por el cual creemos firmemente en un reconocimiento a Panghitruz Güor, al gran cacique que habitó las llanuras pampeanas y tuvo una visión de integración pacífica, sembrándola fuertemente en su pueblo, a pesar de los vaivenes históricos y políticos de la época.

Resulta imprescindible conocer y reflexionar sobre nuestra historia, determinar y definir acontecimientos y hechos que hicieron inflexión dentro de nuestra patria. En el presente, Leuvucó, evidencia la existencia de la Nación Ranquel, como pueblo soberano, con organización política y territorio.

Reconocer como "Lugar Histórico Nacional" a Leuvucó, y declarar "Sepulcro Nacional" donde yacen los restos del cacique Panghitruz Güor, es recuperar la memoria de todos y todas, reivindicar a una cultura omitida por la historia oficial, y reconocer su real protagonismo en la historia argentina y latinoamericana.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de ley.