La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su profundo pesar por el fallecimiento de Nelson Mandela, Premio Nobel de la Paz, primer presidente elegido por sufragio universal de la República Sudafricana tras el fin del apartheid e incansable defensor de los Derechos Humanos, y su solidaridad con el pueblo sudafricano

Señor presidente:

La figura de Nelson Mandela es sin dudas una de las más destacadas y admiradas de la historia universal, y su vida es un símbolo de la larga lucha del pueblo sudafricano por vivir en una democracia y derrumbar las barreras del régimen racista blanco del apartheid. Es uno de los más grandes retratos de un luchador incansable por alcanzar no sólo la igualdad entre los hombres sino también el entendimiento, el consenso y la cooperación entre ellos, y la integración de las diferentes identidades en el seno de la misma sociedad. Por tal motivo lamentamos profundamente su fallecimiento, ocurrido el 5 de diciembre en la ciudad de Houghton, Sudáfrica

Nacido en 1918, Mandela escapó en 1941 de su destino como líder tribal para vivir en Johannesburgo, donde rápidamente se acercó al Congreso Nacional Africano (CNA), un partido ilegalizado en ese entonces por el régimen supremacista blanco, que reclamaba por la liberación de la mayoría negra. Mandela continuó militando contra las autoridades blancas de Sudáfrica, que mantenían un régimen autoritario sobre la inmensa mayoría de la población, de raza negra, explotándolos económicamente y confinándolos a instalaciones públicas segregadas

Al mismo tiempo, Mandela completó sus estudios de Derecho, y combinó su actividad profesional con su activismo en el CNA. Convertido en uno de los principales líderes del activismo por el fin del apartheid, fue arrestado en 1962 y poco tiempo después confinado en la prisión de la isla de Robben, donde permaneció los siguientes 18 años en prisión. Sus condiciones de encarcelamiento en aquel lugar fueron deplorables. Su celda era de apenas 2,1 por 2,4 metros, y prácticamente no se le permitía mantener contacto alguno con el exterior.

Luego, fue trasladado varias veces a otras prisiones, mientras se rechazaban todos los pedidos de excarcelación y aumentaba el clamor dentro y fuera de Sudáfrica para su liberación. Finalmente, tras más de 27 años en prisión, Mandela fue liberado el 2 de febrero de 1990, asumiendo el liderazgo pleno del CNA y encabezando las negociaciones con el régimen sudafricano para la reconciliación y democratización del país

Mandela demostró en este período un extraordinario sentido de la responsabilidad para con el pueblo sudafricano, al rechazar tajantemente cualquier camino de revanchismo en pos de la unión nacional y la integración de toda la sociedad sudafricana. Por esos esfuerzos, le fue conferido el Premio Nobel de la Paz en 1993, junto con F. W. de Klerk, último presidente del régimen del apartheid

En 1994, Nelson Mandela se convirtió en el primer Presidente de la República Sudafricana elegido democráticamente por la totalidad de la población, y en el primer presidente negro de la historia del país. Gobernó hasta 1999, y su mandato estuvo signado por su titánico esfuerzo por la reconciliación, la concordia y la paz entre todos los sudafricanos

Su historia de vida, su militancia en favor de la liberación de la población sudafricana oprimida bajo el régimen racista del apartheid, y su enorme obra como Presidente en favor de la reconciliación han convertido a Nelson Mandela en una figura de alcance universal, héroe de la democratización de su país y símbolo mundial de los valores del entendimiento, la paz y la concordia. Su vida ha sido, es y será, un ejemplo que guiará a las generaciones futuras en la búsqueda de estos valores

Por todo ello, Señor Presidente, solicito a mis pares la aprobación de este proyecto de declaración