PROYECTO DE TP
Expediente 7757-D-2014
Sumario: VICEPRESIDENTE VICENTE SOLANO LIMA. SE DESIGNA COMO TAL AL EDIFICIO ANEXO H DE ESTA H. CAMARA.
Fecha: 02/10/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 137
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Denominar al Edificio del
Anexo H de esta Honorable Cámara de Diputados ubicado en Avenida
Callao 86 con el nombre de Vicepresidente Vicente Solano Lima.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Vicente
Solano Lima, en sus 82 años de vida tuvo una activa participación en
las instituciones de la República. Poseedor de una versátil y muy rica
personalidad política, la cual le permitió a lo largo de una dilatada
carrera ocupar los primeros planos de la realidad nacional en
momentos distanciados en el tiempo y bajo circunstancias a menudo
contradictorias. Seguiremos su trayectoria desde los comienzos como
estudiante en la Universidad Nacional de La Plata; para referirnos
después a su gestión como diputado en la Legislatura de la Provincia
de Buenos Aires, donde fue elegido por primera vez a los 24 años, y en
el Congreso de la Nación. Fungió como Ministro de Gobierno en las
administraciones de los gobernadores bonaerenses Raúl Díaz y Rodolfo
Moreno. De esa época queda el recuerdo de su sensibilidad social, que
provocara su calificación de "Ministro Rojo". Durante el primer
peronismo (1946-55), Lima fue un fuerte antagonista y llegó a conocer
el exilio en Montevideo. Su pensamiento y su acción a partir de
1955, deben entenderse cabalmente si se analiza el período
inmediatamente anterior y en particular, la participación que le cupo
en los gobiernos conservadores. Lentamente fue virando hacia el
acuerdo con el peronismo, llegando a ser en 1963 frustrado candidato
a presidente con la anuencia de Perón; es la etapa, que evocando el
eslogan que lo identificaba, llamamos "Solano Lima, el hombre que
hace falta en la Argentina". Le cupo una activa participación en la
"Hora del Pueblo", el regreso definitivo de Perón a la Argentina en
1972, y en 1973 fueron con Cámpora, en el FREJULI, "Los hombres del
Pueblo y de Perón".
Vicepresidente de la
Nación durante 7 semanas, su renuncia posibilitó la llegada del viejo
líder a su tercera presidencia.
I.- Los
comienzos: Vicente Solano eran sus nombres. Nació un día de la
primavera cuando comenzaba el siglo XX (1901), en el Cuartel V del
Partido de Ramallo, Provincia de Buenos Aires. Cursó estudios en el
Colegio Nacional de San Nicolás "Justo J. de Urquiza" y en 1918 obtuvo
el título de bachiller. En 1919 en La Plata comenzó a cursar la carrera
de Derecho. Se recibió de abogado a los 20 años, en 1921, y "mientras
estudiaba había entrado a la Policía de la Provincia de Buenos Aires
como agente uniformado para poder continuar con su carrera
universitaria y solía dirigir el tránsito en las calles de La Plata"
(Espinosa Viale, 2004). En 1923 obtuvo el título de doctor en
jurisprudencia. Fue diputado provincial en dos oportunidades, la
primera en 1925 con 24 años de edad y la segunda en 1928 hasta
1930, año en que presidió el bloque conservador de la Cámara Baja
bonaerense. Entre 1926 y 1928 desempeñó simultáneamente el cargo
de concejal en San Nicolás. Su familia era de tradición conservadora,
antiguos alsinistas que propugnaban la autonomía de la Provincia de
Buenos Aires. En sus épocas de universitario comenzó a militar en
política; eran tiempos de la primera presidencia de Yrigoyen y de la
intervención federal de José M. Cantilo, que había desalojado a
Marcelino Ugarte del sillón de Dardo Rocha. En 1921 fue
vicepresidente del Comité Universitario del Partido Conservador e
instaló su estudio jurídico en San Nicolás de los Arroyos. Allí, en 1931
fue comisionado municipal. Ocupó una banca de diputado nacional en
1932; en 1933 accedió a la vicepresidencia del Comité del Partido
Conservador provincial. Elegido presidente del Concejo Deliberante de
San Nicolás en 1938 hasta 1940; a la par que ejercía por segunda vez
como diputado nacional desde 1938.
II.- "El Ministro
Rojo"[1]: Lima explicaba su conservadorismo diciendo: "Soy
conservador como lo fue Disraeli, que hizo la reforma social en
Inglaterra. Soy conservador pero quiero la renovación. No somos
liberales, somos nacionalistas, religiosos. Defendemos la propiedad
privada y estamos en la línea Doctrina Social de la Iglesia". En materia
social, participó en el Departamento Provincial del Trabajo y colaboró
en la redacción de las primeras convenciones colectivas de trabajo en
defensa de los obreros del puerto de San Nicolás, lugar en donde
sentó sus reales como líder y supo evolucionar conforme a los nuevos
tiempos que se avecinaban en el país. Ministro de Gobierno en 1935 (8
de febrero al 29 de agosto) y nuevamente del 9 de enero hasta 13 de
abril de 1943 en las gobernaciones de Raúl Díaz (vicegobernador que
sustituyó al destituido Federico Martínez de Hoz) y del jurista Rodolfo
Moreno, respectivamente. Otro de sus desvelos fueron las elecciones
limpias y el destierro del fraude. Lima, opinaba con respecto al
voto:"No pienso en pequeños negocios electorales... Es necesario
terminar con el fraude y crear el elector responsable con derechos
asegurados y con obligaciones cubiertas hoy, por la clandestinidad. El
país quiere gobiernos incorruptibles, derechos individuales
garantizados, trabajo tenaz y constante. Todos los argentinos
anhelamos la tranquilidad nacional y la formación de partidos políticos
grandes, dignos y fuertes dentro de un nacionalismo sano y
progresista" (Solano Lima, 1957).Luego de sancionada en 1934 la
Reforma de la Constitución, Lima presentó un proyecto de innovación
de la legislación electoral, en la que se manifestaba a favor del
sufragio femenino y que incluía la reglamentación de los partidos
políticos y guardaba afinidades con la enviada al Congreso Nacional
por el Ministro del Interior, Leopoldo Melo. El proyecto de ley fue
alterado, "sensiblemente recortado y modificado por los hombres de
Fresco" (Pastoriza, s/f), dando nacimiento a la Ley 4776 (apodada por
la oposición "ley trampa"), por la que quedaron conferidas al partido
gobernante el control de las Juntas Revisoras locales. Se debilitaba de
esa manera el rol y la posibilidad de los fiscales de las restantes
organizaciones a protestar contra las irregularidades que pudieren
ocasionarse en un acto comicial. Ello provocó el desagrado de Lima,
quien el 27 de agosto de 1935 recibió a un grupo de mujeres
encabezadas por Alicia Moreau de Justo, quienes reclamaron el veto
parcial de la ley que había desestimado no solo el voto femenino, sino
también la posibilidad de ser afiliadas a partidos políticos. Al día
siguiente el gabinete promulgó la ley, Díaz y Lima enviaron un
proyecto de reformas a los artículos cuestionados. A la desazón por la
"ley trampa", se sumaba la resistencia del jefe de Policía (Elías Casas
Peralta, juez con licencia por funciones ejecutivas) a acompañarlo en la
campaña de represión del juego, como modo de frenar el
financiamiento ilegal de la política; por esas dos razones Lima renunció
el 29 de agosto de 1935 (Béjar, 2005b:137 y 209; Walter, 1985:144;
La Nación 28/08/35:24 y 29/08/35:1).Como ministro, con Moreno
luchaban por la elevación de la política y de los políticos, contra la
demagogia y el uso bastardo de las bancas legislativas. Combatió al
juego clandestino (que denominaba "lacra social"), del que fue tenaz
enemigo. Laudó a favor de los ladrilleros y obreros portuarios de San
Nicolás, para que obtuvieran mejor salarios y condiciones de trabajo
dignas. Defendió a los obreros en accidentes de trabajo, en los que
generalmente se les imputaba culpa grave, defensa en la que debió
competir con delegados socialistas y de la FORA (Espinosa Viale,
2004).Respecto de Rodolfo Moreno, se autodefinió como "discípulo y
fiel seguidor político" (Solano Lima, 1977:64). Lima admiraba su
inteligencia, respetaba su honestidad y sentido de la justicia; le
entusiasmaban su valor moral e intelectual, compartiendo "plenamente
sus ideas renovadoras que atentas y sensibles a los signos de los
tiempos, proponían enterrar gradualmente viejas prácticas y vicios
políticos (el fraude y la violencia, prioritariamente) y refundar un
conservadorismo renovador, con sentido nacional y social" (Solano
Lima, 1977: 64). Se coloca a Moreno y a Lima en la corriente
conservadora que "interpretaba el momento histórico y aspiraba a
ponerse a tono con la hora, mediante una actualización de los
conceptos económicos, políticos y sociales" en contraposición a la que
encabezada por Castillo, Patrón Costas, Santamarina o Suárez Lago,
"se rehusaba a admitir el carácter irreversible de las transformaciones
que se estaban operando" (Goñi Moreno, 1966:11).Ese sentido social
en la gestión de Moreno y Lima se infiere de las acciones que ambos
emprendieron: investigaron las condiciones de vida de las familias
obreras; resolvieron el problema de los pavimentos evitando juicios a
miles de propietarios modestos; reconocieron el salario mínimo
reajustable; crearon la Comisión de Abastecimiento de productos de
primera necesidad; establecieron requisitos de seguridad e higiene en
las industrias; declararon la obligatoriedad de la asistencia médica en
fábricas de más de 250 trabajadores; reglamentaron la ley de trabajo a
domicilio, el descanso en las panaderías y el trabajo de menores; cierre
y apertura uniforme de comercios; fomentaron el desarrollo de la
previsión social; se combatieron el despido de empleados por el hecho
de su agremiación y aplicaron sanciones efectivas contra empleadores
que obstaculizaban o impedían la organización sindical (Goñi Moreno,
1966:27-28). En julio de 1942 anunciaron un proyecto de creación de
un impuesto progresivo a las propiedades rurales mayores a 10 mil
hectáreas, que se incrementaba más aún cuando eran
improductivas[2].En medio de grandes movilizaciones con resonancia
internacional por la injusticia del desenlace, en 1942, el entonces
ministro Lima promovió la conmutación de pena del gobernador
Moreno para "Los presos de Bragado": Pascual Vuotto, Reclús de
Diago y Santiago Mainini, inocentes anarquistas acusados por un doble
homicidio, convictos en un proceso sin garantías y sometidos a torturas
policiales, emulados con Sacco y Vanzetti, condenados a la silla
eléctrica en los EE UU a fines de los años 20, o Di Giovanni y Scarfó
fusilados en 1931 en Buenos Aires (Vidal, 2002; Quesada, 1974 ).En
1943, cuando se cernía la amenaza del presidente Castillo de intervenir
la Provincia, ante la intransigencia del gobernador Moreno a aceptar la
candidatura presidencial del senador por Salta Robustiano Patrón
Costas; Lima hizo introducir 25 tambores de nafta en la Casa de
Gobierno, puesto que si no podían resistir a las fuerzas militares, "les
dejaremos escombros" señalaba a Moreno, y agregaba "la historia
juzgará nuestra actitud"[3] (Solano Lima, 1977:66).El ministro de
Justicia, Culto e Instrucción Pública Guillermo Rothe había preparado el
decreto de intervención federal, fundándola en que el "gobierno de
Moreno constituía un peligro por sus tendencias sociales avanzadas"
(Goñi Moreno, 1966:39-40). El gobernador evitó el remedio federal
renunciando el 13 de abril en estos términos: "determina esa actitud la
imposibilidad de continuar en el cumplimiento de mi programa en
armonía con quienes fueron los factores de mi candidatura y el apoyo
principal del gobierno" (Moreno, 1943). Lima, también dejó el
ministerio ese día.
III.- El conservador
rebelde y liberal: Por su sensibilidad social era un conservador
heterodoxo. Fue calificado, incluso, de conservador izquierdista
(Conservative leftist) (National Foreign Trade Council, 2006; La Nación,
24/04/84). Como ministro del gobernador Moreno, se manifestó "muy
interesado en dialogar con los sindicatos" (Di Tella, 1993). El propio
Moreno, no dudó en aceptar una invitación del Partido Comunista y
envió a su secretario privado José María Goñi Moreno, a compartir una
comida con la Federación Juvenil Comunista en el Club Sportivo
Sarandí (Calvo, 2006).En 1928 al plantearse una alianza con los
radicales antipersonalistas en la Confederación de las Derechas, los
conservadores bonaerenses encabezados por Alberto Viñas y Alfredo
del Gaje se opusieron a incorporar electores de distinta procedencia
partidaria y a abrir las listas de candidatos a diputados nacionales.
Lima encabezó la posición contraria. Su moción triunfó y se autorizó a
incluir representantes de otros partidos políticos; aunque
posteriormente no se dio cumplimiento a lo resuelto (Béjar,
2005b:53).En 1931 encabezó una solicitada en "La Nación", "en la que
se reafirmaban los vínculos solidarios con los partidos afines" en
especial con el Partido Socialista Independiente "que deseamos
mantener en forma doctrinaria para bien de nuestra democracia". Ese
año, cuando en la convención partidaria se discutía la posibilidad de
reincorporación de los dirigentes que habían abandonado el partido
(Moreno, Sánchez Sorondo, Avellaneda y Sánchez Elías), Lima se
impuso a quienes no admitían escuchar las explicaciones de los
ausentes y se les permitió formular su descargo (Béjar, 2005b:80).En
1932, Lima y otros dirigentes conservadores bonaerenses: Grisolía,
Espil y Rodríguez Egaña, pidieron la suspensión de los comicios
presidenciales que se habían convocado, una asamblea general y antes
de definir las autoridades del partido, que éste precisara claramente su
vocación democrática. Se produjo entonces la "escisión liberal", porque
sumadas a las disidencias internas, proponían suspender la nueva ley
electoral que quitaba toda transparencia a los comicios, los que no se
efectuarían en base al padrón nacional. Lima abandonó su discurso
conciliador, atacó a la conducción del Comité Provincial, denunció el
fraude electoral y el 21 de setiembre en un acto en Mercedes propuso
un cambio de rumbo, "los partidos políticos que subordinan su
programa a su posición en el gobierno se convierten en partidos
oficiales y se corrompen miserablemente." "Los peligros del desorden
social no se eluden a través de la tiranía, es preciso encontrar una
fórmula de equilibrio entre principio de autoridad y la preservación de
la libertad" (Béjar, 2005b:116).Tan virulentas fueron las reacciones de
los incomodados, que Lima renunció a su banca de diputado nacional y
a su cargo en el Comité Provincial del Partido Conservador.
Posteriormente, en octubre, formalizaron los disidentes el Partido
Demócrata Nacional Bonaerense de la Avenida de Mayo. Su líder,
Vicente Solano Lima proclamó: "El movimiento liberal y democrático
marcará una nueva modalidad de la vida política, rehabilitará el viejo
partido histórico y barrerá los resabios del antiguo caudillismo
crudamente electoralista, para sustituirlo por instrumentos útiles a la
democracia moderna." Al año siguiente, se reincorporaron al Partido, al
aceptarse el programa que habían dado a conocer públicamente. El
nuevo titular partidario, Alberto Barceló, se acercó a los disidentes
Espil, Garayo y Bergez. Se les admitió la aprobación de un nuevo
estatuto partidario y la reforma político-institucional bonaerense,
mediante la convocatoria de una Convención Constituyente. Asimismo,
se reformuló la conducción conservadora y se reintegró a los ex
rebeldes .En 1934 Lima fue convencional en la Convención
Reformadora de la Provincia de Buenos Aires, presidida por Vilgré
Lamadrid e integrada entre otros por: Kaiser, Fresco, Saavedra Lamas,
Repetto y Sánchez Viamonte. También en ese año, se opuso a Pedro
Groppo y Atilio Roncoroni quienes pretendían que la lista de candidatos
a diputados nacionales fuese aprobada por el voto de los delegados;
les recordó la obligación de consultar a los afiliados. No fue admitida
su moción, ni tampoco otras iniciativas, por lo que Moreno no aceptó
encabezar la nómina de candidatos y Lima nuevamente renunció a su
cargo partidario. Pero, fueron persuadidos por el gobernador, Barceló y
Sánchez Sorondo y retiraron sus dimisiones. En 1935, ante manejos
espurios en la confección de la lista de candidatos a diputados, Lima se
rehusó a integrarla y renunció al lugar que se le había concedido. En
1939 un sector del partido postulaba la fórmula Jorge Santamarina
(Presidente del Banco Nación)-Vicente S. Lima para la gobernación de
Buenos Aires, la cual contaría con el aval del presidente Ortiz. Barceló
obstaculizó la convocatoria a asamblea general, la boicoteó el 29 de
diciembre al no formar quórum; provocó que Benito de Miguel y
Antonio Santamarina también desistieran de sus candidaturas y se hizo
proclamar por la Convención, a mediados de enero, candidato a
gobernador con Edgardo Míguez de compañero de fórmula. En las
elecciones amañadas y fraudulentas [4], triunfó Barceló, lo que resultó
intolerable para Ortiz, quien ordenó la intervención federal al gobierno
de Fresco.En 1940 Lima, como diputado nacional, integró la Comisión
Investigadora Parlamentaria de la venta fraudulenta de terrenos del
Estado en El Palomar, presidida por el senador socialista Alfredo
Palacios. El escándalo fue de tal magnitud que el diputado Guillot
(UCR-presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda) se
suicidó. El presidente Ortiz presentó su renuncia, la cual fue rechazada
por la Asamblea Legislativa y a posteriori ofreció conformar un
gabinete de coalición llevando como ministros a Nicolás Repetto y
Solano Lima[5] (Luna, 1999:201; García Costa, 1997:308); pero ya su
salud estaba en crisis y debió delegar el mando en el vicepresidente
Castillo. El Ministro de Guerra general Márquez[6] fue acusado por el
Senado ante la Cámara de Diputados, pero ésta rechazó el pedido de
juicio político. El diputado en ejercicio (Bertotto, UCR) fue expulsado y
los ex legisladores: Kaiser y Godoy (conservadores) y Aguirrezabala
(radical) terminaron condenados a prisión, y más tarde indultados por
el presidente Perón en 1947.
IV.- Ante el primer
peronismo: En la Convención del PDN de 1945 Lima se opuso a Patrón
Costas y Santamarina, planteando la conveniencia de presentar sus
propios candidatos a presidente y vicepresidente de la nación. Los
conservadores fueron denostados por la UCR y los demás partidos de
Unión Democrática, excepción paradojal del PC que propuso su
incorporación a la alianza contra Perón-Quijano. Fue la Unión
Democrática quien terminó de hundir al conservadurismo, porque lo
rechazó después de haber admitido a los comunistas y eso creó un
gran resentimiento. Muchos conservadores ante el desprecio y la
antipatía o "el injusto repudio" votaron a Perón y con ello sellaron la
derrota de Tamborini, quien perdió por casi 260 mil votos (González
Bergez, 2004; Llorente, 1977).[7]Algunos conservadores se
incorporaron al peronismo: Cámpora, Visca, Carrillo, Arce, Remorino,
Vignart, Sustaita Seeber, Morrogh Bernard, Ivanissevich e Hipólito Paz;
sin embargo Lima no estuvo entre los mudados de partido y en 1946,
fue candidato a gobernador de Buenos Aires por el PDN, acompañado
en la vicegobernación por Ulises Villalobos. En 1947 debió exiliarse en
Montevideo por diferencias con Román Subiza ministro de Asuntos
Políticos y vecino de San Nicolás- con quien estuvo a punto de batirse
a duelo. Fue uno de los primeros ciudadanos que abandonaron el país
como consecuencia del hostigamiento del gobierno peronista. En 1951
fue‚ candidato a vicepresidente por el PDN en la fórmula encabezada
por Reynaldo Pastor. Regresó del exilio en 1955, y después del
bombardeo a Plaza de Mayo efectuado por la Marina de Guerra el 16
de junio, Perón llamó a una tregua y se le permitió hablar por Radio
Belgrano, como también lo hicieron Arturo Frondizi y Luciano Molinas.
En esa oportunidad Lima le solicitó la renuncia a Perón, considerando
que el clima del país, cercano a la guerra civil, podía contribuir a la
pacificación nacional.
V.- "El
hombre que hace falta en Argentina"[8]: Después de la caída del
gobierno de Perón le dio una mano al derrocado y proclamó su célebre
expresión: "Tregua, pacificación y amnistía", se manifestó despojado
de rencores, propuso la pacificación y la superación de la antinomia
peronismo-antiperonismo. A comienzos de 1956, los políticos
conservadores se debatían entre, continuar una política de rotundo
antagonismo hacia el fenómeno peronista de masas añorantes del jefe
depuesto, o acompañar la prédica de un "conservadorismo popular",
más conciliador con el movimiento político derrotado por un golpe de
Estado. Encabezaban la primera vertiente González Bergez, Hardoy y
Cueto Rúa (Partido Demócrata Conservador, 1960). Asumía la
dirección de la otra línea Solano Lima (Escribano, 2007; Buján, 2004),
quien provocó que los dirigentes de la otra "palidecieran" frente a la
nueva opción planteada, al advertir que su doctrina se aproximaba
sensiblemente a la del justicialismo (Romero, 2007:276). Los
fusilamientos del general Valle, coroneles Ibazeta, Cortínez, Cogorno,
Irigoyen, 13 militares y 9 militantes peronistas más, terminaron por
convencerlo que "vamos mal", como expresó. "Una revolución no
puede empezar blanda y ponerse dura, porque entonces el fracaso es
seguro. Todo proceso estable, sin apoyo de mayorías, debe comenzar
con dureza y aflojar después" dijo Solano Lima. Decidido a ser un
dirigente popular, aspiró a conciliar el orden con la satisfacción de las
necesidades sociales. Así, al retornar del exilio fundó el Partido
Conservador Popular,[9] que reconocía en su breve Declaración de
Principios, la influencia de las ideas y soluciones que se ofrecían al
mundo desde "Con Sempre"[10] (Von Ifflinger, 2007). La aludida
Declaración de Principios es de rigurosa actualidad, ya que proclama lo
que con posterioridad se ha dado en llamar "el núcleo de los Derechos
Humanos"; adhiere a la República y sus instituciones, reconociéndose
heredero de la tradición de Pellegrini, Roca y Sáenz Peña. En sus bases
de acción política subyace la idea de la "tradición argentina y del
carácter nacional" (Von Ifflinger, 2007) conceptos que han sido amplia
y confusamente discutidos o negados en la modernidad. La fundación
del PCP se produjo fundamentalmente ante acciones de la
autodenominada "Revolución Libertadora"; en especial las vinculadas
con la proscripción del peronismo y la persecución de sus dirigentes
(Olivera Avellaneda, 2006:13). En 1957 interviene por primera vez en
los comicios para elegir convencionales constituyentes y obtiene un
escaño. El 23 de febrero de 1958 Lima fue candidato a presidente,
acompañado por Horacio Maldonado como vicepresidente y Alfredo
Masi-Alberto Fonrouge para gobernador y vice de Buenos Aires. La
plataforma de entonces, proponía: Designar un ministerio de coalición,
incluso con el Partido Peronista, la CGT y personalidades
independientes; ejecutar un plan de emergencia económico-financiero
y social, y decretar una amplia amnistía[11] política, gremial y militar;
levantar las inhabilitaciones no fundadas en sentencia judicial;
Convocar a elecciones de constituyentes, para que dicten una
Constitución con sentido social y popular; el presidente y vice,
presentarán sus renuncias indeclinables a sus cargos ante la
Convención Constituyente, que se declare soberana,; aprobada la
nueva Constitución, se llamará a elecciones generales, para poner fin
al proceso de legitimación del poder (Partido Conservador Popular,
1958). Lima, pretendió conformar un frente de centroderecha, y
convertirse en gobierno transitorio, tendiente a levantar la proscripción
del peronismo y concediéndole ventajas legales y constitucionales y
dictando una completa amnistía (Fares, 2005; Del Carril, 1959). La
campaña tenía como ejes, además de los mencionados, el
reconocimiento al peronismo que "hizo la política más moderna y la
mejor en materia social" (Solano Lima, 1958-a:6) y la revalorización de
las masas que se sentían identificadas con Perón (La Nación,
24/04/84:11). Asimismo, reclamó a todos los partidos que se exigiese
al dictador Aramburu la derogación del decreto que había dictado
prohibiendo las huelgas, "desconociéndose que son inherentes a la
persona humana, anteriores a la ley escrita y a la Constitución
Nacional" (Solano Lima, 1958b:5). Solano Lima-Maldonado obtuvieron
175 mil votos en las elecciones que ganó Arturo Frondizi, quien en su
discurso ante la Asamblea Legislativa el 1 de mayo, día de su asunción
del mando, habló sobre una gran amnistía, pero el 18 del mismo mes
en el Centro Naval empezó a pergeñarse su derrocamiento (Menotti,
1998:258). Hipólito Paz recuerda un diálogo en Nueva York, que sirve
para entender la futura decisión de julio de 1973. En esa entrevista,
Lima le manifestó que era el general Perón, quien tenía en sus manos
la solución del país. 1.900.000 votos en blanco eran indicadores del
malestar reinante y que sin la participación del peronismo, no era
posible pensar en la normalización institucional. Que aceptó la
candidatura presidencial que del PCP, porque "de ser elegido se
limitaría a convocar otra elección en la cual se le permitiera al Partido
Peronista actuar con todos sus hombres [...] sin ninguna interdicción
política sin excepción" (Paz, 1999: 316).El rol del conservadurismo
popular lo estableció su fundador, en la Cámara de Diputados, al
recordar que "ningún partido puede vanagloriarse de no haber causado
daño al país, ninguno puede olvidar que le han sido causado daños",
por ello reclamaba "olvido que es retorno a la fraternidad y amor que
es el mito idealizado que cubre los dolores de la tierra".[12] Olivera
Avellaneda (2006:13) señala, por su parte que el PCP fue fundado en
base a las tradicionales banderas del conservadurismo, a las que se
anexó la protección hacia los sectores sociales más humildes. En
diciembre de 1960 el presidente Frondizi convocó al diálogo político
para debatir el estado de la nación; la primera audiencia fue concedida
a Solano Lima (Rein, 2006:274). En 1963 (12 de marzo), participó de
la Asamblea de la Civilidad y firmó el Acta de Coincidencia suscripta
por ocho partidos políticos[13], iniciativa de la UCR presidida por
Balbín. En ese año intentó acceder a la presidencia con la aquiescencia
de Perón y Frondizi, a través del Frente Nacional y Popular, creado el 3
de mayo.[14] Pero la fórmula, en la que llevara como candidato a
vicepresidente al santafesino Carlos Sylvestre Begnis, fue tácitamente
proscripta por el gobierno de Guido (Decreto Ley 4874, 19 de junio de
1963). Si bien se la inscribió, sistemáticamente le vetaban los electores
presidenciales reprochados de properonismo, lo cual llevó a que
desistieran de participar en los comicios y acto seguido Perón y
Frondizi ordenaron el voto en blanco. Taroncher Padilla (2004) define a
esta circunstancia como "autoproscripción inducida"; Smulovitz
(1991:119) considera a la acción del Ministro del Interior Villegas como
"réplica flexible" destinada a confundir a los actores partidarios y
electores acerca de las normas bajo las cuales se desarrollaría la
elección y acerca de quienes serían los candidatos habilitados a
competir (Terragno, 1981:39; Llambí, 1997:287).El Poder Ejecutivo
había dictado el decreto-ley 7165/62 de prohibición de la propaganda y
difusión de doctrinas o elementos de afirmación peronista. Tcach
(2000: 73-95) señala que Lima era "sospechado de filoperonismo".
Luego de la fallida sublevación del 2 de abril de 1963 de la Marina de
Guerra, en oposición a cualquier forma de integración, avance y
participación electoral del peronismo, se dictaron el Comunicado 200 y
los Decretos-Ley: 2713/63 que facultaba al gobierno a proscribir a todo
aquel que elogiara al peronismo, al régimen de 1946/55 o a Perón;
4046/63 que excluyó a Unión Popular -integrante del FNP- que
traccionaba los votos del PJ y por fin, el 4874/63 que extendió la
proscripción a los candidatos y electores de presidente y
vicepresidente. La fórmula no fue inhabilitada por las autoridades ni
por la Justicia. Perón ordenó votar en blanco el 27 de julio y los demás
partidos del FNP adoptaron similar actitud.[15. El corolario fue que
Arturo Illía ganó las elecciones con 25 % de los votos y el sufragio en
blanco (o "abstención revolucionaria") recomendado por Perón,
Frondizi, Lima y los sindicatos) alcanzó el 20 %. Floria y García
Belsunce (2005: 169) señalan que en las elecciones del 63, el
conservadurismo conducido por Lima, "reivindica[ba] tendencias
populistas a la búsqueda de una alianza desigual, pero provechosa con
el peronismo" y de tal modo "Solano Lima procura[ba] recordar al
peronismo que el conservadorismo popular fue un aporte a su origen
histórico concreto, lo que no será indiferente en los acontecimientos
futuros"[16].
VI.- La Hora del Pueblo y
el Operativo Retorno: La Argentina se encontraba al comenzar la
década bajo una dictadura militar, Onganía fue derrocado y los
comandantes militares designan al general Levingston, "quien debió
asumir en las más complicadas condiciones y sin una mínima
preparación" (Llambí, 1997: 293). Los denominadores comunes eran la
proscripción política, el deterioro de la economía, la grave situación
social y la amenaza de generalización de la violencia. En 1970
dirigentes políticos como Ricardo Balbín, Enrique Vanoli, Jorge
Paladino, Eloy Próspero Camus, Benito Llambí, Vicente Solano Lima,
Julio Amoedo, Horacio Thedy y Manuel Rawson Paz, pese a provenir
de partidos diferentes, coincidían con la gravedad de la situación
nacional y comenzaron a reclamar el restablecimiento del orden
constitucional, la celebración de elecciones libres y la inmediata
entrega del poder. Discutieron cómo obtener a una estabilidad
institucional permanente. Se reveló entre ellos un "nuevo espíritu de
unidad que se establecía por encima de divisiones políticas que [los]
habían enfrentado durante años" (Llambí, 1997:293; Menotti,
1998:449).Todos eran contestes, incluido Balbín el adversario de
siempre de Perón, que sin éste "en el cuarto oscuro había tiranía en
ciernes" (Panorama, 23/11/72:13). Así se originó "La Hora del Pueblo",
agrupamiento interpartidario que hizo su primera declaración el 11 de
noviembre de 1970; "fijó su accionar futuro descalificando toda
cooperación con el gobierno, en una superación de la antinomia
peronismo-antiperonismo" (Menotti, 1998:449). Por entonces, se
habían sumado, Jorge Selser (PSA) y Leopoldo Bravo (Bloquista). El 16
de febrero siguiente fueron no ya los dirigentes, sino los partidos[17]
quienes publicaron el documento "La Hora del Pueblo, solución
nacional", exigiendo elecciones inmediatas, sin exclusiones y con
respeto a las minorías (Am, 2006).[18].
Paralelamente, otros
dirigentes - algunos también partícipes de la Hora del pueblo,
promovieron el llamado FRECILINA que tuvo su estreno en una
reunión celebrada en el hotel Savoy. En esa ocasión estuvieron
representados sectores provenientes del la UCR como Alberto Asseff y
Andrés Amil, del conservadorismo popular y del peronismo. Fue el
embrión del futuro FREJULI que participará y triunfará en las
elecciones del 11 de marzo de 1973.
Este nuevo
agrupamiento se erigió en factor decisivo para el retorno del general
Perón, en un contexto en el que pululaban los dirigentes, incluidos
muchos justicialistas, que o se oponían a ese regreso o dudaban de
que efectivamente volver fuese la voluntad del propio jefe
exiliado.
Lima y Fonrouge,
tuvieron un activo rol en la organización del regreso de Perón a la
Argentina, el cual se concretó el 17 de noviembre de 1972 en un vuelo
charter, en el que vinieron Isabel, hombres, mujeres y jóvenes de la
política, la cultura, el periodismo, las fuerzas armadas, los deportes y
religiosos.
Participé en esa
memorable ocasión siendo miembro de la Comisión de Recepción
encabezada por el Dr. Arturo Frondizi.
Con motivo del
"Operativo Retorno", Lima declaró a la prensa: "Cuando un pueblo está
en marcha, nada lo detiene. Y el pueblo argentino se ha puesto en
marcha detrás de los postulados nacionales encarnados en la figura del
general Perón[19]. Estoy seguro que todos [...] compartimos similar
confianza. Idéntica fe" (Barrau, 1973:228). En el Aeropuerto de Ezeiza
el gobierno de Lanusse entorpeció con un cerrojo militar la salida de
Perón de la zona y se llegó a creer que éste se encontraba detenido.
Frondizi, Lima, Fonrouge y el futuro senador Eduardo Paz, en su
carácter de líderes del PCP, cumplieron febriles actividades para la
solución del conflicto. Lo hicieron como integrantes del Frente Cívico
de Liberación Nacional (FRECILINA), la herramienta preelectoral que
conformaban el PJ y sus aliados antes de los comicios de 1973, entre
los cuales se encontraba el Movimiento Nacional Yrigoyenista que tuve
el honor de presidir(Svampa, 2003; Barrau, 1973; 259, 261, 265/266)
y que tenía como máximo objetivo "la unidad de todos los argentinos
frente a los militares" (Lobato y Suriano, 2004:461). El FRECILINA dio
a conocer un documento redactado por Frondizi, Sánchez Sorondo,
Allende y Lima, en el cual se pidió aclarar el "virtual estado de
confinamiento" de Perón. Más tarde, Lima fue el principal gestor del
encuentro de Balbín y Perón en Gaspar Campos.
VII.- Los hombres del
Frente y de Perón[20]: A fines de 1972, Lima junto con el general
Laprida, Rodolfo Martínez, Matera y Cafiero, eran considerados las
variantes que consentirían Perón y Lanusse, para una transición
ordenada y con renunciamientos mutuos (Panorama, 16/11/72:17). En
1973, se constituyó el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI)[21],
a fin de participar en las elecciones mediante un frente electoral en el
que el peronismo fuese el núcleo (Panorama, 26/10/72:16), porque el
PJ en soledad no alcanzaba a triunfar. Lima aclaraba tiempo después
que: "un solo partido no puede resolver la crisis y por eso [Perón]
convocó a los jefes de todas las agrupaciones para conseguir la victoria
popular" (Solano Lima, 1973e:8). El 11 de diciembre de 1972 la
conducción del FREJULI le ofreció la candidatura a presidente al
general Perón. Lima fue el encargado de realizar la alocución con su
"retórica alsinista, pero efectiva" (Bonasso, 2006:454).El ex presidente
declinó el ofrecimiento y Lima fue candidato a vicepresidente[22]en la
fórmula que encabezó Cámpora[23], luego de fuertes disputas en el
seno del congreso del PJ, en el que se llamó a desobedecer a Perón,
quien había renunciado a ser candidato[24]; tal postura fue asumida
por Abal Medina, Rubeo y Calabró; mientras que Pedrini, Caro y
Palacio Deheza, pedían acatar su voluntad. La presencia del líder del
PCP contribuyó a acentuar el carácter policlasista del peronismo (Jelin,
1978) y el triunfo de la fórmula del FREJULI recreó el alineamiento
social de 1962 con Andrés Framini[25] (Balvé,
1978:974).[26]Hortensio Quijano en 1946 y Lima en 1973 fueron el
saborizante que agregaba tonalidad al brebaje principal (Eliaschev,
2006), porque Perón había entendido que debían explorarse caminos
transversales. Se decía que Lima constituía una especie de reaseguro
del Ejército y de los sectores medios. Él lo negó aclarando que se trató
de una "reanudación de la amistad pública y manifiesta que tenían con
Perón" (Solano Lima, 1983a:28)". La imagen de burguesía moderada
de ambos candidatos justicialistas compensó el ardor de sus
seguidores" (Rouquie, 1994:186); pero no estuvieron exentos de
críticas y controversias: se especuló que no serían aceptados por los
militares; sindicalistas ortodoxos se referían a "la traición de los que
manejan el aparato político" y algunos socios minoritarios del FREJULI
buscaron el casus belli para emprender su retirada- que no fue el caso
del MNY-, los izquierdistas creyeron ver en "la fórmula de la discordia"
un retorno al régimen de los años 30 y, en ambos candidatos, vestigios
del "fraude patriótico". La dictadura no vetó la fórmula porque creyó
que Cámpora-Lima cerraban toda posibilidad a la "izquierda
disolvente", que aprovecharía la abstención del peronismo (Panorama,
21/12/72).La nominación fue para Lima una verdadera sorpresa.
"Cuando ocurrió la votación se encontraba en su domicilio [frente] al
Hotel Crillón. Un amigo fue a buscarlo de madrugada para que
aceptara la postulación, lo que así hizo". Asumió la réplica frejulista
ante los "cinco puntos de compromiso" con que la dictadura pretendía
condicionar el resultado de los comicios[27], porque "eran una opinión
de las fuerzas armadas en relación con el proceso de
institucionalización". Los cinco puntos, también llamado "pacto de
garantías", en opinión de Lima estaban estructurados sobre
"condiciones indignas para cualquier partido político" (Solano Lima,
1973b:6), porque intentaban perpetuar el poder militar en el futuro
gobierno, condicionándolo hasta convertirlo en un gobierno de
transición. En cuanto a Lima, sostuvo: "Es un hombre del movimiento
nacional que ha tenido una conducta consecuente con la columna
vertebral del mismo, o sea, el Movimiento Peronista. Es un hombre
que, realmente, está donde está porque se lo merece". Agregaba,
además: "su inserción en la fórmula peronista representa el
acercamiento de los sectores medios en proceso de nacionalización al
Movimiento Peronista". La campaña se inició en San Andrés de Giles el
21 de enero (Así, 23/1/73). Lima dio a conocer el porqué de su
participación en el FREJULI: "Estoy unido a Uds. más por mis actitudes
que por razones ideológicas, porque en 1956 visité las cárceles y
dialogué con los presos de entonces". Explicó además: "queremos la
liberación que es la opción que el pueblo le presenta al sistema, para
devolver libertad, independencia y honor a la Patria" (Solano Lima,
1973a:10). "El propósito del gobierno justicialista será realizar la
revolución social para abolir la división de clases" (Solano Lima,
1973d:4); porque "el justicialismo es el antídoto contra la lucha de
clases, ya que tiende a su unificación" (Solano Lima, 1973i:3); explicó
las diferencias ideológicas entre el marxismo y la ideología policlasista
del FREJULI. "La revolución iniciada el 17 de octubre avanzará sobre
todos los órdenes argentinos con un criterio de socialización" (Solano
Lima, 1973f:7). Volvería a insistir con dureza más tarde: "El gobierno
peronista será revolucionario. Si no hubiera elecciones otra será la
manera de proceder. Porque entonces recrudecerá la violencia contra
la violencia oficial. En esas circunstancias los soldados montoneros y
guerrilleros se multiplicarán en todas las zonas del país" (Solano Lima,
1973h: 11)[28].La dictadura, ante el cariz que había adquirido la
campaña, intentó vincular a los postulantes justicialistas con la
"subversión" y pretendió suspender los comicios. Lima en un acto dijo:
"Gran parte de la violencia que se ejerce en el país responde a otra
ejercida desde el poder. Si el Estado es violento e injusto, si es
ilegítimo y se asienta sobre las armas, la sociedad responderá con
violencia. Por eso el 11 de marzo es la última fecha para la paz. El
pueblo se volcará a las urnas y si no hay urnas a las armas" (Solano
Lima, 1973d:4). Sus contundentes declaraciones, junto a las de
Cámpora, pusieron las cosas en su lugar demostrando que las
elecciones eran el mal menor para la dictadura (Baschetti, 1995:22).
Participé de esa campaña
del FREJULI que se desplegó por todo el país. Valoré el aporte de
experiencia y lucidez que arrimó Solano Lima en esos memorables días
de enero al 11 de marzo de 1973.
Luego de las elecciones
del 11 de marzo, en las cuales el FREJULI obtuvo el 49.59 % de los
votos y la fórmula Balbín-Gamond de la UCR renunció al ballotage,
Lima se reunió con Lanusse y le señaló que: "los hechos subversivos
eran consecuencia de la falta de respeto por la Constitución y la
arbitrariedad que eran propios del gobierno militar" (en Lanusse,
1983:12). El 3 de mayo Cámpora y Lima exigieron "terminar con el
contrapunto de violencia y terror ya iniciado", porque el problema de la
violencia que azotaba a la Argentina "no era un problema de
represión" o de "eficiente represión" (Chávez, 1983:23). Lima, además
requirió a Lanusse una amplia amnistía (Guillerm, 1989:63) y desde
Madrid declaró: "Las fuentes de la violencia no son las fuerzas
populares que han ganado las elecciones, sino ciertos organismos
paragubernamentales y grupos extremistas de la izquierda y de la
derecha". Se le demandó a la dictadura militar: "Supresión de la pena
de muerte; levantamiento del estado de sitio; anulación de los
tribunales de excepción; desarticulación del sistema represivo montado
y operativos "rastrillo"; liberación de presos políticos y conexos; no
actuación de las fuerzas armadas en funciones policiales y eliminación
de comandos parapoliciales". El 22 de abril Galimberti, secretario
general de la JP advirtió que el gobierno de Cámpora crearía milicias
populares con responsabilidades de intervención en el campo de la
seguridad, lo cual provocó una inmediata conmoción en todo el arco
político, incluido el FREJULI. Lima aclaró que: "se trata de milicias
cívicas desarmadas, no militares y constituyen un medio para dar
disciplina y madurez a los movimientos juveniles, a través de los
grandes objetivos que se propone el movimiento." El 30 de abril, Perón
desde Madrid echó a Galimberti. Lima juró el cargo de Vicepresidente
de la Nación el 25 de mayo. En tal carácter presidió el Senado en el
98º período legislativo, en 10 sesiones ordinarias y 3 Asambleas
Legislativas: el 26 de mayo en homenaje a las delegaciones
extranjeras que habían concurrido a la transmisión del mando
presidencial.
En consonancia con su
criterio de "tregua, pacificación y amnistía", fue un decidido impulsor
de la leyes de amnistía por delitos políticos, derogación de normas
penales no emanadas del Congreso Nacional y supresión de la Cámara
Federal en lo Penal ("el camarón") que se sancionó en el Congreso
entre el 26 y 27 de mayo de 1973 (Leyes 20508, 20509 y 20510)[30].
Antes de su asunción había anunciado una amnistía amplia "que no
analizará caso por caso". Los legisladores del PCP votaron la norma:
senadores Alberto Fonrouge y Eduardo Paz, diputados Hugo Ramón
Lima y José Luis Lazzarini. Los dos primeros presentaron el mismo 25
de mayo un proyecto de ley de amnistía por delitos políticos "para
relegar al olvido tanto agravio" atento a que el FREJULI había
prometido como "una aspiración trascendental bregar por la
pacificación de los argentinos, alentando la concordia para lograr la
recuperación nacional". Agregaban en los fundamentos: "la fuerza que
arremete no tiene derecho a juzgar a la fuerza que se defiende" (Paz y
Fonrouge, 1973:80-81). Vale recordar esta actitud coherente de Solano
Lima, más allá de que la amnistía desgraciadamente no apaciguó a la
Argentina que a la postre se enfrascó en un baño de sangre con el
desemboque del 24 de marzo de 1976 y el inicio de la dictadura. La
amnistía de 1973 fue entendida como un acto pacificador, pero
muchos de los beneficiados la leyeron como factor para redoblar su
lucha armada para copar el poder. Así le fue a la Argentina por este
desencuentro tan crucial.
El 20 de Junio, más de
3 millones de personas se habían congregado en Ezeiza para aguardar
el regreso definitivo de Perón. Grupos armados de la derecha peronista
(AAA) comandados por el teniente coronel Osinde provocaron una
masacre y se enfrentaron a fuerzas del ERP (Solano Lima, 1983a:28).
Mientras Cámpora minimizó la gravedad de la situación y sostuvo que
sería una desilusión muy grande para mucha gente el no ver ni
escuchar a Perón, Lima le contestó que él era el presidente en ejercicio
y prefería esa frustración a la muerte del general Perón y de todos
ellos (Chávez, 1983:26); además, tenía conocimiento que la JP
pensaba tomar el aeropuerto (Verbitsky, 1985).Dice Masi (1995) que el
gesto de Lima, terminó quizás salvándole la vida a Perón.
Debióse aterrizar en
Morón. Todos quienes viajábamos en ese avión que traía al general
Perón sentimos una profunda frustración. Nos embargaba una fuerte
desilusión. Perón regresaba definitivamente y en vez de ser un acto de
unión era un hecho que provocaba enfrentamientos feroces.
VIII.- La renuncia a la
vicepresidencia: Los primeros días de junio de 1973 Buenos Aires
amaneció empapelada con afiches que reclamaban la vuelta de Perón
al poder. Había entre las fracciones del peronismo, una visible pugna
interna que no podía ser superada. Cámpora el 22 de junio intentó
debatir en el gabinete la masacre acaecida dos días antes, pero
cuando advirtió que no era posible el diálogo creó una comisión
investigadora presidida por Lima e integrada por los ministros Righi y
Puig.
Lima dijo: "Recuerdo
que fui llamado, un mediodía, a participar en una reunión en Gaspar
Campos en horas de la tarde. Me vino a ver Lastiri... Yo no sabía para
qué íbamos a Gaspar Campos. Allí me encontré con Perón, Cámpora, la
señora Isabel, López Rega, Gelbard, y Robledo. En los primeros
momentos Perón se despidió, se fue arriba, y nosotros pasamos al
comedor. Se produjo ahí la decisión. López Rega llevó la carga contra
Cámpora... No le dieron tiempo a presentar su renuncia, a que tomara
la iniciativa" (Solano Lima, 1981b y Chávez, 1983:26). Lima recordó
que Cámpora se defendió diciendo "que había sido elegido presidente
con la conformidad del general Perón. Que le era leal. Y que si alguna
vez discrepaba, elevaría su renuncia inmediatamente [...] él había
recorrido todo el país y había logrado la certidumbre de que el pueblo
quería ser gobernado por el general Perón" (Solano Lima, 1983b). Ese
día Lima declaraba: "El candidato natural del FREJULI era Perón, pero
fue vetado, y ahora es la oportunidad para que presente su
candidatura" (Solano Lima, 1973j:1); ante preguntas de la prensa
acerca de su estado de ánimo, respondió: "son gajes de la política". El
lema del FREJULI se repetía incesantemente: "Cámpora al Gobierno,
Perón al Poder". Esa consigna fundamental de la propaganda no
dejaba lugar a dudas acerca del sentido de la candidatura de Cámpora
y de quien retenía en sus manos el poder (Llambí, 1997: 308; Menotti,
1998:466). El día 13 a las 8 de la mañana en Casa de Gobierno,
entregaron sus renuncias al Congreso, en la persona del vicepresidente
primero del Senado José Antonio Allende, puesto que el presidente
provisional Díaz Bialet había sido 'invitado' a viajar a primera hora del
día a España. Allende rememora:"Leí en voz alta la [renuncia] de
Cámpora, en la que explicaba que su actitud obedecía a la necesidad
de posibilitar la presidencia de Perón, voluntad irrebatible de todo el
pueblo argentino. Mientras lo hacía noté que se le llenaban los ojos de
lágrimas. Me dijo: "Esta renuncia es un gesto espontáneo y voluntario
mío. Para quedarme en la Presidencia tendría que enfrentarme con el
general Perón, cosa que nunca haría, o, por el contrario obrar contra
mi decoro." La Asamblea [...] fue difícil (Allende en Sáenz Quesada,
1992).La renuncia de Lima, concisamente expresaba: "Presento a
Vuestra Honorabilidad mi renuncia indeclinable a la Vicepresidencia de
la República, a efectos de que una nueva elección consagre la voluntad
auténtica del pueblo argentino" (Solano Lima, 1973k). Cámpora,
pronunció un breve discurso para informar al pueblo de su decisión y
allí expresó su convicción que el general Perón debía presidir los
destinos de la República en aras de la reconstrucción nacional. Anunció
el próximo "reencuentro del general Perón con su pueblo en el
ejercicio pleno, real y formal de su indiscutida conducción". Señaló
asimismo, que su opinión también era la del vicepresidente, a quien
agradeció en nombre del Movimiento Nacional Justicialista "un gesto
que tanto lo honra" (Cámpora, 1973b:204). Ambos visitaron a Perón
en Gaspar Campos para comunicarle que habían presentado sus
dimisiones; después el todavía presidente, recibió a las autoridades del
Movimiento Justicialista, CGT, CGE, partidos del FREJULI- participé en
esa reunión en el despacho presidencial -, la Hora del Pueblo y a los
obispos. Esa misma noche Perón también habló al país para dar
garantías de tranquilidad y se comprometió a seguir los dictados del
pueblo.
Era su primera
aparición pública luego de sufrir un infarto y demostraba hallarse mal
de salud. Raúl Lastiri, a la sazón presidente de la Cámara de Diputados
y yerno de López Rega, se convirtió en el presidente provisorio y
convocó a elecciones para "lo antes posible" (Carreras, 2001:271).En
1975 desde México Cámpora publicó el libro "Cómo cumplí el mandato
de Perón" y en él explicaba que por su lealtad [33] siempre pensó en
traspasar el gobierno a Perón, y que se retrasó en efectivizarlo por su
precaria salud. Recordó que el 4 de julio le había expresado su deseo
de renunciar a la presidencia y esa misma tarde lo hizo saber en la
reunión del gabinete, de la cual participó Isabel Perón, quien se dirigió
hacia Cámpora de modo incisivo y punzante (Sáenz Quesada,
2003:115). Ello provocó que Cámpora considerara: "En nuestro
Gobierno la única posición que puede tener el general Perón es la de
presidente de la República, por lo que debo comunicarles que he
decidido renunciar en forma irrevocable". Tras lo cual, Lima manifestó
su inmediata adhesión (Cámpora, 1975:84).Espinosa Viale (2004),
sostiene que Lima presentó su renuncia antes que el presidente y con
esta actitud, presionó para que lo mismo hiciera Cámpora [34]. Lima
se quiso ir a vivir a España, pero Perón le dijo antes de haber asumido
la presidencia por tercera vez: "lo necesito a mi lado, ha sido mi amigo
y demostrado una lealtad más grande que la de algunos de mis
partidarios". Llambí (1997:313) coincide con la elucidación de Espinosa
Viale:"En el desenlace final de la situación jugó un papel fundamental
el doctor Lima, que demostró no sólo su hombría de bien sino su
carácter de verdadero y leal amigo del general Perón. Su decisión e
iniciativa de presentar su renuncia a la vicepresidencia, no solo
señalaba claramente que debían cumplirse todos los pasos necesarios
para lograr el fin, la posibilidad de la candidatura del general Perón,
sino que quitaba apoyo a cualquier intento de resistir lo que a esta
altura era una necesidad para retomar el proceso de convergencia
política hasta ese momento."
IX.- Secretario general de
la presidencia y Rector de la UBA: Ocupó el cargo de secretario general
de la presidencia en el tercer mandato del general Perón, desde el 12
de octubre de 1973 y fue además su asesor personal. Sáenz Quesada
(2003: 139) dice que con esa designación Perón intentó "compensar a
Solano Lima, por su forzada renuncia". Posteriormente, fue nombrado
rector normalizador de la Universidad Nacional de Buenos Aires (28/3
al 25/7 de 1974), "con instrucciones de asumir el control de la
situación, pero evitando todo choque frontal" (Di Tella, 1983:112). En
su asunción dijo que venía como un "peregrino cordial a aplicar la
nueva ley universitaria como partícipe de un movimiento de ideas que
se acerca a las garantías y a la sabiduría del movimiento popular que
encabeza el general Perón" (Solano Lima en Michelli et al, 1992:
6059). Sintéticamente su pensamiento educador fue: una universidad
democrática para el pueblo, con alto nivel intelectual, que mantuviere
un nexo con el Estado sin estar divorciada de los otros sectores de la
población, que no fomentase divisiones ni tendencias clasistas, sino
por el contrario debería ser un reflejo del pensamiento nacional. Le
preocupaba la escasa concurrencia a las universidades de los hijos de
los obreros. Rechazaba la política de partido dentro del ámbito
universitario. Propuso concursos transparentes para designar a
profesores de todas las tendencias de políticas conocidas (Solano Lima,
1974a).La UBA se transformó en la Universidad Nacional y Popular de
Buenos Aires. Con Puiggros y Lima como rectores, buscó abrirse "hacia
los sectores desposeídos", apuntó a cerrar "la brecha abierta entre
libros y alpargatas" apostando a "la confluencia de obreros y
estudiantes". Mientras recibía críticas diversas (caótica y populista,
para los reformistas; "campo de gimnasia subversiva", para la
derecha), la UNPBA ensayaba una experiencia innovadora con medidas
dirigidas a quebrar la dependencia cultural (prohibición de que
investigadores recibieran subsidios privados, becas orientadas a la
"liberación nacional") (Lorca, 2006). Lima, que nunca había mostrado
demasiado entusiasmo por el cargo, ni pudo tener el control total de la
UBA, porque el gobierno no estuvo dispuesto a emprender la purga
necesaria para liberar a la universidad de los violentos (Lewis, 2001:
94); renunció el 1 de julio de 1974, día en que murió Perón y fue
reemplazado el 25.
X.- Frente a la dictadura
1976/83: El PCP fue incluido como Organización Política de Prioridad II
en el Plan del Ejército (Contribuyente al Plan de Seguridad Nacional),
aplicado por el golpe militar del 24 de marzo. Ordenaba que debían ser
detenidas las personas agrupadas en distintas categorías, entre ellas
figuraban las de Prioridad II: oponente potencial, para prever su
detención en el momento en que se evidencie (Mantaras, 1999). El 20
de agosto de 1978, Ángel Robledo logró reunir a un grupo de
dirigentes, quienes elaboraron un pronunciamiento dirigido "Al
gobierno de las Fuerzas Armadas y al pueblo argentino" y suscripto a
título personal, ante la prohibición que regía para las actividades
partidarias, por 29 personas entre las que se hallaban: Bittel, Frondizi,
Lima y Lázara. Pedían con urgencia "...que el gobierno y el país
convaliden la democracia con las actitudes consiguientes". La
declaración más completa fue la suscripta por Bittel, Lima, Lázara,
Monserrat, Allende, de Vedia, Nadra y Cerro, el 18 de noviembre de
1978. Reclamaban "restablecer de inmediato el estado de derecho"
que, "es el único modo de que la vida y la libertad de nuestros
conciudadanos se encuentre garantizada contra el terrorismo,
cualquiera sea su signo..." Los autores consideraron derrotada a la
violencia, ya que "los intereses antiargentinos o las diversas incidencias
del poder mundial no han podido desviar esa vocación nacional por el
pacifismo". Aseguraban, que: "concluida la guerra contra la
subversión", debía derogarse el estado de sitio y todas las restricciones
sobre los partidos políticos y organizaciones sindicales; y que
correspondía "darse respuesta a los familiares de los desaparecidos y
secuestrados y poner término a los arbitrarios procesos existentes".
En 1982 Lima declaraba
que "el país se encuentra en un estado de desobediencia" y pronosticó
una intensificación de la violencia en caso de mantenerse la tendencia
económica. Estimó que las expresiones de reclamo popular, "irán
recrudeciendo hasta que de la protesta se pase automáticamente a la
subversión" (Solano Lima, 1982). La agresión británica provocó el
repudio de la Comisión Popular en Defensa de la Soberanía que, si bien
no constituía un partido político, estaba integrada por numerosos
dirigentes políticos, entre ellos Lázara (PSU), Nadra (PC), Vicente
(PDC), Rabanaque Caballero (PI), Lima (PCP) y Tessio (UCR)
(Mazaeda, 2004).
Ante las elecciones
generales, Lima fundó en abril de 1983 la Convergencia para la
Liberación Nacional (COLINA), destinada a apoyar a los candidatos
presidenciales del PJ. Los partidos que la conformaron fueron además
del PCP, PC, PSU y PSA. El MID y el FIP rechazaron incorporarse y
posteriormente el PC abandonó la alianza (Bilotti, 2006(I): 203), lo que
provocó el fracaso y la disolución del grupo.
En diciembre de 1983,
Lima presenció la transmisión del mando al presidente Alfonsín. En lo
que fue su última aparición pública, dialogó con el Ministro del Interior
Antonio Tróccoli.
XI. EL
FINAL: Falleció en Buenos Aires el 23 de abril de 1984, sus restos
fueron velados en el Congreso y trasladados a San Nicolás. Al despedir
a Vicente Solano Lima, el senador Luis León (UCR) señaló:"Tuvo la
humildad del estadista que trata de corregir rumbos en busca de
puertos superiores. Combatió a Yrigoyen para después reconocerlo.
Discutió a Perón para después abrazarse en su causa. Es un buen
ejemplo, tener la lealtad íntima de valorar que la política no es una
circunstancia sino una militancia de valores muy definidos que exige
grandeza para elaborar la nación democrática desde el campo de las
conductas coherentes [...] Fue un hombre humilde sin estridencias,
porque nunca se lo oyó gritar, pero siempre lo escucharon."Antiguos
adversarios también lo recordaron: Alende dijo que "permanentemente
luchó por el bienestar del pueblo"; para el vicepresidente Víctor
Martínez: "fue un batallador de muchos años y de una larga lucha por
la causa de la democracia". Tróccoli reconoció que: "fue un hombre
que desarrolló una intensa tarea en pos de la unidad nacional". (La
Nación, 25/04/84). El senador Aroza (1994), al rendirle un homenaje
en la Legislatura bonaerense señaló:"Era un político de raza, un
auténtico defensor de la democracia, un integrante de la vieja estirpe
de los caudillos que fueron la savia de la política Argentina [...] Dos
aristas convergentes desde su lucha política son dignas de destacar: su
permanente e incansable afán por alcanzar el consenso, la
reconciliación nacional, por un país unido por encima de todas sus
parcialidades, privilegiando la convivencia y la concertación,
machacando incesantemente en sus propósitos de concordia. Por otro
lado bregando, con igual tenacidad, por la defensa inquebrantable de
los derechos humanos. Su vida política puede sintetizar en un
pensamiento suyo: "que no haya argentinos condenados al oprobio de
no poder compartir la generosa tierra en donde nacimos" .Fue
periodista y director del diario "El Norte" de San Nicolás, clausurado en
1947 cuando Lima fue detenido. Escribió tres libros: "La modesta
siembra", "La Fuerza Conservadora" y "Una política del servicio
eléctrico en la Provincia de Buenos Aires". Orador excepcional, tanto
en la tribuna como en las cámaras legislativas; su lenguaje florido se
caracterizaba por las "frases largas, de coraje contenido, con
convicción transmisible" (Michelli et al, 1992:6059; Espinosa Viale,
2006). Feinmann (2007) dice que fue "un buen tipo"; Paz lo describe
como una persona de "sonrisa franca", "finos modales", "cordialidad
que iluminaban sus ojos y la firmeza de carácter que trasuntaban"
(Paz, 1999:316).
XII.- Conclusiones: Fue
una rara avis conservadora; con fuerte sensibilidad social, partidario de
comicios transparentes y de la voluntad popular, enemigo del fraude y
del juego clandestino como modo de financiamiento ilegal de la
política; rebelde, llegó a romper el PDN desde una vertiente liberal y
cuando se sintió ofendido por maniobras espurias de sus
correligionarios no dudó en renunciar a sus cargos. Primero Perón lo
tuvo como un decidido adversario, fue encausado por desacato en
1948; pero, progresivamente se distanció de sus correligionarios y a
partir del golpe militar de 1955, se mostró favorable a una política de
unión nacional e hizo pública su teoría de la necesidad de la
integración pacífica del peronismo en la vida nacional. Fundó el PCP y
pasando por alto la aparente contradicción que significa ligar al pueblo
con la conservación de un sistema que no lo favorece, Lima se
convirtió en figura prominente de un frente inorgánico designado como
"movimiento nacional". Candidato a presidente en 1963 por el FNP,
que incluía al PJ, fue de hecho proscripto por el gobierno de Guido,
que opuso múltiples trabas a la fórmula. Tuvo activa participación en
La Hora del Pueblo, el retorno de Perón y las negociaciones con la
dictadura lanussista. Perón lo eligió para secundar a Cámpora, en
atención a su condición de avezado político, con el que se podía contar
para gobernar (Rouquié, 1994:186). Vicepresidente durante 49 días,
presentó su renuncia junto con el presidente Cámpora para permitir
una nueva elección que consagrara al líder justicialista como Jefe de
Estado, quien el 12 de octubre de 1973 lo designó secretario general
de su presidencia. Conservó la condición de ser una de las figuras
confiables para la juventud; por eso, le encomendaron la problemática
Universidad de Buenos Aires (Cuestionario, 1974; Di Tella, 1983:112).
No sufrió, tras la caída de la viuda de Perón ninguno de los ataques
que debió soportar el resto del gobierno camporista. Lima, puede ser
caracterizado como el arquetipo del político argentino tradicional.
Conocía la necesidad de consolidar la paz, de transformar el Estado, de
hacer imperar un espíritu de amplia concordancia, de respeto
recíproco[35]; venía de tiempos difíciles y duros enfrentamientos, por
eso se empeñó en cerrar el ciclo fatal de los golpes de Estado. Supo
del exilio y en su madurez imaginó una fuerza política capaz de hacer
de la Argentina "una nación posible, no una quimera imposible soñada
por los fundadores de la nacionalidad" (Solano Lima, 1957). Desde esa
perspectiva levantó las banderas de pacificación y amnistía y al final de
sus días consideraba necesario consolidar un pensamiento
fundamental: "la paz nos hará fuertes, solamente la esperanza de la
justicia podrá crear ilusiones en un mundo conmovido por la desilusión
y la desesperanza". Sus propósitos fueron expresados en estos
términos: unir a la familia argentina, producir la coincidencia de los
grandes partidos nacionales, reconocer que la verdad a veces está
dividida en partes, oír a todos los que tengan una verdad que
proclamar o un error que confesar, producir un orden que debe ser
justo, una justicia que debe ser social, fundados en los principios
evangélicos, interpretados según la época que toca vivir. Se reconoció
partícipe de un movimiento de ideas cercano a las garantías del
movimiento popular que encabezaba Perón. Frente a los años de
plomo pidió tener en el fondo del alma "perdón" y "piedad", para
conseguir la paz nacional.
A mí me enseñó mucho.
Una vez me preguntó cuál es la virtud mayor que debe tener un
político. Lo miré dubitativo. Él respondió a su propia pregunta: "Es la
paciencia". Me quedó definitivamente grabado.
Por todo lo expuesto,
como muestra de reconocimiento es que propiciamos se honre al ex
vicepresidente constitucional de la Nación Dr. Vicente Solano Lima,
asignándole su nombre al espacio de trabajo de nuestra Cámara
conocido como Anexo H.
ANEXO
NOTAS
[1] Se lo conocía como el ministro rojo, por sus ideas
progresistas en materia de leyes laborales y bienestar del pueblo. También se le llamó "pico de
oro".[2] Por ese entonces una sexta parte del territorio bonaerense (alrededor de 51.000 km2,
superficie similar a la de Costa Rica, o tres veces la de Suiza), se encontraba en manos de 272
personas o sociedades (Solano Lima, 1977:65).[3] Le advirtieron a Lima que resistir a un
bombardeo, podía hacerle perder la vida a Moreno, a lo cual les contestó: "Así se ganará la
estatua" (Goñi Moreno, 1966:41).[4] En San Nicolás, bastión electoral de Lima, no se recurrió al
fraude porque este "tenía mayoría auténtica" (Luna, 1999:159). Durante la campaña electoral, Lima
participó de un acto en Rojas en defensa de la Cooperativa local, que por oponerse al monopolio
eléctrico se hallaba hostilizada por la municipalidad con la anuencia del gobernador Fresco. Ese
mitin terminó con la intervención de la policía brava y decenas de heridos.[5] Lima, a pesar de ser
amigo de confianza de Ortiz, no pudo incorporarse a su línea, ya que prefirió quedarse con su
partido cuando el Jefe de Estado dispuso la intervención federal a Catamarca, la que desaprobó
junto a otros diputados mediante un telegrama de protesta (Luna, 1999: 9 y 142).[6] Llamado
"Palomárquez" por la suspicacia popular (Bayer, 1998)[7] González Bergez (en Monserrat, 1992:78-
79) dice que: el modo en que se formó la Unión Democrática y como se excluyeron a los
conservadores acusados de fraudulentos, "trajo un resentimiento espantoso entre ellos". Muchos
migraron al peronismo. Del líder conservador popular sentencia: "El propio Lima nunca entendió la
cosa, quedó con una herida mortal; tanto es así que después se hizo peronista".[8] Eslogan que
identificaba su campaña a la presidencia en el año 1963, en la fórmula del FNP que compartiera
con Carlos Sylvestre Begnis.[9] Bilotti (2006 (I): 261) fija como fecha fundacional del PCP, el 17 de
julio de 1956. En sus orígenes se denominó Partido Demócrata Conservador Popular.[10] "Con
Sempre", radiomensaje sobre los Derechos Humanos, de Pío XII pronunciado el 24/12/1942.
http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/15-15/241 21942.html[11] Con respecto a la amnistía,
dijo: "... En el país existe una verdadera impotencia del olvido. Saldemos el haber y el debe en el
balance de las pasiones igualando las sumas con un poco de grandeza de alma. [...] El país podrá
recobrarse a si mismo: el olvido de los males del pasado aportará estímulos vigorosos a la
consolidación de la unidad moral de nuestra nacionalidad. Hay que crear el ambiente propicio para
ello bajo la autoridad garantizadora de la ley, con el respeto electoral que yo aconsejo desde aquí a
mis amigos y adversarios políticos y más a mis amigos, que detentan las posiciones del gobierno.
La amnistía no es siquiera perdón, menos aún resignación, que no la pedimos a los desterrados
políticos, ni a los beneficiarios de esta ley; es simplemente olvido. (Solano Lima, 1957).[12]
Algunos autores, como Guardado (2005) califican al Partido Conservador Popular de "engendro
inentendible".[13] Los firmantes fueron: PJ, UCRP, UCRI, PDP, PDC, PS, PCP, PF.[14] El Frente
estaba integrado, por lo tanto, por la UCRI, la Unión Popular, el PCP, el Movimiento del Frente
Nacional, el Movimiento por un solo Radicalismo, el PF y la Unión Federal. El primer candidato
mencionado fue el empresario católico Carlos Pérez Companc (Menotti, 1998:410); pero finalmente,
el 24 de mayo Perón elige su candidato: un hombre de trayectoria política coherente, aunque
silenciosa, que fue leal aliado de Perón: Vicente Solano Lima. Su designación causó "extrañeza por
el origen del candidato, irritativo para radicales y obreros (Menotti, 1998:410). Alende, que ya
había sido designado candidato por la UCRI no bajó su candidatura, el partido se dividió en MID y
PI y Frondizi detenido en Bariloche expresó su apoyo a Lima y lo presentó como un "batallador de
la democracia" (Menotti, 1998:411).[15] El peronismo decretó la abstención y pidió a sus
simpatizantes el voto en blanco, que entonces, no era tomado por cobardía cívica" Las banderas de
"paz y conciliación" fueron el sustento principal del frente que pretendió asegurar en el país la
plena vigencia de las instituciones. El FNP fue obstaculizado de modo tal que sin caer en la
proscripción, estuvo inducido a retirarse de la contienda electoral (De Casasbellas, 1999).[16] En
1957 Perón le remite una carta a Hipólito Paz donde le expresó: "El amigo Solano Lima busca lo
que todos han buscado, hasta ahora sin resultado. El panorama en ese sentido no deja de ser
llamativamente interesante; todos están detrás de nuestros votos, con un rótulo u otro, pero con
idénticas intenciones. (Paz, 1998: 316). Varios años después, cuando Perón preside la Argentina
por tercera vez, Lima se convirtió en un hombre de su absoluta confianza (Acuña, 2003b:154-155)
y fue el político no peronista a quien más confidencia e intimidad brindó Perón (Todo es Historia,
1977 (116):67).[17] UCR, PJ, PSA, Bloquista, PCP y PDP.[18] El 1 de abril de 1971 la Junta Militar
había rehabilitado la actividad política en toda la República, con la idea de conformar el Gran
Acuerdo Nacional (GAN). El reemplazo de Levingston por Lanusse en marzo de 1971 "fue el golpe
final a las últimas esperanzas que restaran de una larga permanencia de los militares en el poder"
(Di Tella, 1983:81), el principio del fin de una "revolución" que no había logrado afirmarse (Menotti,
1998:455).[19] Rechazó llamar caudillo a Perón "Pudo ser caudillo y no lo fue; en cambio, fue líder
porque discutía todas las ideas, era un polemista" (Solano Lima, 1983a:31).[20] Tal era el jingle
que más sonaba en la campaña electoral del FREJULI en 1973[21] Los miembros del FREJULI eran:
Cruzada Renovadora, Encuentro Nacional de los Argentinos, Frente de Liberación 12 de Mayo,
Movimiento de Acción Nacional, MID, Movimiento de Izquierda Cristiana, Movimiento de la
Revolución Nacional, Movimiento Nacional Yrigoyenista, Movimiento Popular Tucumano, Movimiento
Socialista para la Liberación Nacional, Ateneo de la Nueva Generación, PCP, PJ y PPC.[22] Cámpora
lo eligió a pedido de Perón, en una lista en la que se hallaban: José Antonio Allende (PPC) Jesús
Porto (ENA) y Américo García (MID).[23]Lanusse señaló que "Cámpora no podía legalmente ser
candidato, había violado cláusulas expresas con sus viajes al exterior. Pero toda la sensación que
tuvimos fue que Perón había puesto ese nombre allí especialmente para que lo vetáramos. Con el
veto, vendría a reemplazarlo por un candidato más irritativo, llámese Galimberti o Julián Licastro, y
eso llevaría a una de dos decisiones de las Fuerzas Armadas: o la suspensión de las elecciones, o la
proscripción lisa y llana del peronismo" (Lanusse: en Carreras, 2001; La Nación, 8/1/1973:5).[24]
En realidad, Lanusse había vetado la candidatura de Perón el 29 de julio de 1972 y lo que el ex
presidente quiso evitar era la abstención del justicialismo en los comicios de 1973, lo cual podía
ocurrir si se insistía con su nombre para presidente (Baschetti, 1995:20).[25] No hay por qué
sorprenderse de ello. La candidatura frentista de Lima continúa, al fin de cuentas, la política de
Framini después de las elecciones del 18 de marzo, cuando el gobernador electo reemplazó una
respuesta de masas por el viaje simbólico a La Plata en compañía de Lima, Antonio Cafiero y
Enrique De Vedia. Esto constituyó, la presentación de Solano Lima "en sociedad" 26] Lima estuvo
alineado en el Partido Conservador con Cámpora en los años 30. Se separaron al surgir el
peronismo, pero volvieron a converger después del 55, cuando Lima fundó el PCP para acercarse al
peronismo. Es así como la fórmula "izquierdista" del peronismo en 1973, estaba integrada por dos
dirigentes conservadores de la provincia de Buenos Aires -que, en los años 30, era el partido más
ortodoxo y recurría al fraude en este distrito-(Fraga, 2005:21).[27] El 30 de enero de 1973 el
ministro del Interior Mor Roig anunció que la Junta de Comandantes había establecido cinco puntos
para el futuro. Se exigía a los triunfadores que acataran la Constitución, que aseguraran la
independencia del Poder Judicial, que descartaran amnistías indiscriminadas y que compartieran
con las Fuerzas Armadas las responsabilidades sobre seguridad interna y externa. Los cinco puntos
expresaban los temores de las cúpulas militares de que los sectores más extremos del peronismo
se apoderaran del poder real, como parecía predecirlo el tono de la campaña en la que Montoneros
copaba los actos peronistas. Los cinco puntos eran un compromiso de las fuerzas armadas para
autorregular su conducta en el futuro, manifestando el apoyo a los futuros gobernantes
constitucionales, su adhesión a los principios de la libertad, el respeto por las minorías y las
instituciones de la República (Lanusse, 1983:11).[28] Sus dichos se explican porque el gobierno de
Lanusse y algunos candidatos vinculados como Chamizo (Nueva Fuerza) habían echado a rodar la
versión que Perón no quería elecciones y que se suspenderían los comicios.[29] En verdad, Lima
descendía del caudillo montonero Felipe Varela (Bonasso, 2006:502).[30] La sanción de estas
normas mereció que se calificara al Congreso de entonces como "parlamento suicida" (Beladrich,
1980).[31] Victorio Calabró había lanzado desde Corrientes una proclama que retumbó en todo el
país: "Estando el general Perón en la Argentina, no puede ser presidente de la República nadie más
que él. No puede ser sólo poder. Debe ser a corto plazo, ya, gobierno y poder" (Clarín,
11/07/73)[32] "El hecho narrado es inexacto; [ya] que al doctor Lima nadie le pidió la renuncia en
ningún momento, por el contrario, Lima se la ofreció espontáneamente al general Perón cuando
regresó a la patria y lo instó a que accediera al poder con nuevas elecciones porque el pueblo así lo
esperaba. Este ofrecimiento Lima lo concretó en la reunión que se celebró en Gaspar Campos, con
la presidente, el general Perón y Cámpora y ministros del Poder Ejecutivo (Lima, 1975)[33] Perón
sopesó la lealtad incondicional de Cámpora para nominarlo como candidato presidencial. También
evaluó la conveniencia de contar en la Casa Rosada con alguien que le permitiera gobernar a
distancia. La falta de idoneidad de Cámpora sería suplida por los buenos consejos de un político
experimentado e inteligente como Vicente Solano Lima y el de los ministros que debieron buscarse
(Acuña, 2003a:571). Según Kunkel (2007) el general Perón pretendía que al Peronista que vaya a
ocupar un puesto de importancia, se le debía pedir "que fuera leal, honesto y capaz.... en ese
orden", por eso había elegido a Cámpora.[34] La Nación (24/04/1981:11) sostiene similar versión
de los hechos y Lima la recuerda en una entrevista en 1983 (Solano Lima, 1983b).[35] Lima y su
familia admiraban al padre Carlos Mugica S.J., quien casó a una de sus hijas en la Parroquia Cristo
Obrero. El padre del cura (Adolfo Mugica), había sido diputado conservador en 1938-1942 y luego
Ministro de Relaciones Exteriores de Frondizi (Meisegeier, 2002).
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
DURAND CORNEJO, GUILLERMO MARIO | SALTA | CONSERVADOR POPULAR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO (Primera Competencia) |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DEL DIPUTADO DURAND CORNEJO (A SUS ANTECEDENTES) |