La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio a los hechos de intolerancia, a las manifestaciones xenófobas, racistas e intolerantes y a las profanaciones a símbolos religiosos que se vienen produciendo en los últimos meses en nuestro país, tales como las que sufrió la Iglesia Metodista Argentina (IEMA), tanto en su templo de la Ciudad de Rosario como en la Iglesia situada en la Avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos o los actos vandálicos del 25 de septiembre en la Iglesia San Ignacio de Loyola en la Ciudad de Buenos Aires o lo acontecido en la Catedral de Buenos Aires el último 12 de noviembre de 2013.

Señor presidente:

En los últimos meses hemos sido testigos de graves hechos de intolerancia y vandalismo producidos en iglesias, templos y otros establecimientos de diferentes religiones.

Como bien señala el periodista Washington Uranga en su columna de opinión de la edición del domingo 17 de noviembre de 2013 del Diario Página 12, la lista de estos lamentables acontecimientos es larga y algunos deberán ser investigados por la justicia.

Desde la destrucción de gran parte del patrimonio cultural y religioso de la Iglesia de San Ignacio de Loyola, por parte de un pequeño grupo de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos aires, en medio de un conflicto político estudiantil con el Ministerio de Educación de la Nación y el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, hasta la irrupción de un grupo nazi a la Catedral de Buenos Aires, que intentó impedir la celebración de una misa ecuménica llevada a cabo en recuerdo de la "Noche de los Cristales Rotos", fecha que representa el repudio a la barbarie nazi, pasando por otras profanaciones y destrucciones a templos en Rosario, Bahía Blanca o Mar del Plata, todos los hechos nos muestran cómo, por diferentes razones, se están produciendo actos vandálicos, de gran intolerancia que pensamos todos que estaban desterrados en nuestro país.

Como sociedad debemos condenar cada uno de estos hechos, seamos o no parte de cada una de las comunidades religiosas afectadas directamente. Porque estas manifestaciones que se han producido -y que como ya fue señalado en muchos casos terminaron en importantes destrozos- nos afectan a todos y todas y atentan contra la construcción de un país civilizado, donde las diferencias religiosas no impidan la construcción de caminos comunes para lograr mayor igualdad.

La Argentina está celebrando los 30 años de democracia ininterrumpida. No es poco en virtud de nuestra historia de golpes institucionales basados fundamentalmente en la intolerancia y persecución de todo aquello que se considerara diferente. Debemos rechazar enérgicamente cada uno de estos lamentables hechos vandálicos y xenófobos no solo por lo que significan en nuestro presente, sino también por lo que pueden significar en la construcción de un futuro mejor. Muchos de estos acontecimientos fueron producidos por jóvenes. Nuestro deber como legisladores es mostrarle a la mayoría de la juventud que condena y repudia estos actos que la construcción de un país con mayor igualdad, con plena vigencia de los derechos humanos, con mayor y mejor democracia y con instituciones republicanas sólidas se basa en el respeto por las diferencias y con más y no menos diálogo entre los distintos sectores.

Por todo lo expuesto, les solicito a mis colegas que me acompañen con su firma.