La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio y preocupación, por los ataques perpetrados en dos templos de la Iglesia Metodista Argentina (IEMA). El primero, el 27 de septiembre en la Iglesia Norte de la ciudad de Rosario y el segundo el pasado 9 de noviembre en el primer Templo fundado en la Argentina, ubicado en la calle Corrientes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Señor presidente:

El pasado 27 de setiembre se registraron actos vandálicos en un templo perteneciente a la Iglesia Metodista Argentina (IEMA), ubicado en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, se trata de la Iglesia Norte, de la calle San Lorenzo 2722, que quedó prácticamente destrozada, producto del fuego que consumió los bancos, el piso de pinotea, el altar, el piano y varias puertas y ventanas.

El sábado 9 de noviembre el blanco volvió a ser la Iglesia Metodista. En el templo histórico, fundado hace 170 años, situado sobre la calle Corrientes, en pleno centro de Buenos Aires, "se produjeron destrozos, profanación de su altar y serios daños a su tradicional órgano de significativo valor", según señaló el comunicado oficial de la IEMA (1) . En el mismo sentido, La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) evaluó el hecho como un atentado "contra la libertad y diversidad religiosa, contra el compromiso social de los cristianos, contra el patrimonio cultural y contra nuestra historia nacional" (2) . La Primera Iglesia Metodista en Buenos Aires fue inaugurada el 3 de enero de 1843, siendo el primer templo metodista en América del Sur y también el lugar donde se predicó el primer sermón metodista en castellano de América, el 25 de mayo de 1867. La edificación actual, con sus remodelaciones, data de 1874.

Actos de esta naturaleza, a los que se suman también aquellos ocurridos en los últimos dos meses la Catedral de Mar del Plata, en la Iglesia San Ignacio de Loyola, en esta capital y hace muy pocos días la Iglesia de San Antonio de Padua en la ciudad cordobesa de Capilla del Monte, dan cuenta de una cuota importante de intolerancia religiosa que en una sociedad como la nuestra debe ser señalada y denunciada. No podemos además dejar de destacar el acontecimiento que hace solo algunos días sacudió a los argentinos cuando un grupo de lefebristas, o fundamentalistas religiosos, interrumpieron el acto ecuménico en la Catedral porteña al conmemorarse un nuevo aniversario de la trágica noche de los cristales rotos, que anunciaría lo que poco tiempo después se convirtió en una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad.

No podemos callar ante estos hechos de violencia e intolerancia, por ello y por lo expuesto solicito la aprobación del presente Proyecto de Declaración.