La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Adherir al Día de la Raza a celebrarse el día 12 de octubre. Fecha instituida por decreto el 4 de octubre del año 1917, en conmemoración del Descubrimiento de América en 1542.

Señor presidente:

Ante esta fecha -que en los últimos tiempos generó una discusión a nivel social y en los medios de comunicación- y en la que según la legislación todavía vigente se festeja el "Día de la Raza", consideramos oportuno hacer algunas reflexiones, a fin de desmitificar la historia y tratar de adentrarnos en lo que realmente ocurrió no sólo en nuestro país sino en el continente americano en su conjunto a partir de ese día...

El 12 de octubre de 1492, se produce el llamado descubrimiento de América por parte de España, y se ha incorporado en el inconsciente colectivo de nuestras sociedades que fue a partir de ese momento que los españoles nos trajeron la "civilización", bajo la idea subyacente de que la raza blanca y europea es superior a las otras razas, lo que llevó a que -de alguna manera- nuestra cultura fuera transformándose y adaptándose al modelo eurocéntrico de cultura y "civilización".

Más de 500 años han pasado y esa realidad desafortunadamente no ha cambiado. Pero no podemos -ni debemos- seguir creyendo en la historia contada desde el lado de los que en ese momento eran los poderosos, donde "los descubiertos" aparecemos como los sin cultura, identidad ni futuro. Ya es tiempo de superar esa realidad y empezar a escribir nuestra propia historia.

El festejo del "Día de la Raza" merece entonces una serie de consideraciones:

En primer lugar, la Organización de Naciones Unidas abolió el término "raza" en 1959 por considerarlo careciente de todo valor científico y por servir solamente para incentivar el odio entre los hombres de distintas culturas.

Pero, en caso de tomar en cuenta el concepto ¿de qué raza estamos hablando? ¿La Española...? ¿La Americana...? Si hablamos de ésta última, podríamos interrogarnos ¿antes de esa fecha no constituíamos una "Raza"? ¿Qué eran entonces nuestros antepasados aborígenes? ¿Las civilizaciones incaica, maya y azteca entre tantas otras?

Durante mucho tiempo este avasallamiento de las culturas milenarias que habitaban nuestra América Latina ha sido justificado bajo la idea iluminista de que, para salvarlos de las tinieblas, había que "civilizar" a los bárbaros ignorantes. Pero hoy más que nunca es cierto que la historia cambia según la voz que la cuenta: lo que para los romanos fue la invasión de los bárbaros, para los alemanes fue la emigración al sur...

Por suerte, esta mutilación de nuestra identidad originaria no ha impedido el reconocimiento y la asimilación de ciertos valores fundamentales por parte de estas culturas despreciadas incluso por sus propios hijos. Estos valores fundamentales se han constituido en herramientas fundamentales para la recuperación de una América libre y socialmente soberana.

Más allá del cambio en su denominación propuesto por nuestra Presidenta, de lo que podemos estar seguros es que el 12 de octubre es y debe ser un día de profunda reflexión sobre la naturaleza y devenir de nuestras naciones, especialmente de nuestra querida Argentina, que muchas veces tambalea ante los influjos externos. Debemos afianzar nuestra cultura nacional para no sucumbir a una nueva conquista y aculturación a escala planetaria al que nos estamos enfrentando en esta época de globalización informacional y tecnológica.

Somos el ejemplo vivo de que la unidad en la diversidad es posible y eso nos da la autoridad para oponernos ante un modelo homogeneizante que pretende avasallar las diferencias de identitarias y nacionales. Aprendamos a defender y valorar lo nuestro, es la única alternativa para construir la sociedad integrada y plural que todos anhelamos.

Por todo lo expresado anteriormente con motivo de la conmemoración aludida, estimo que esta Honorable Cámara debe expresarse en tal sentido y solicito a tal fin el apoyo de mis pares.-