PROYECTO DE TP
Expediente 7377-D-2013
Sumario: "DIA DEL MARTIR FEDERAL" EN CONMEMORACION DEL ASESINATO DEL GENERAL DON ANGEL VICENTE "CHACHO" PEÑALOZA: SE DECLARA COMO TAL EL DIA 12 DE NOVIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 08/11/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 171
El Senado y Cámara de Diputados...
DECLARACIÓN DEL DÍA 12 de NOVIEMBRE DE CADA
AÑO COMO DÍA "DEL MÁRTIR FEDERAL"
ARTICULO 1º:
Declárese el día 12 de Noviembre de cada año como el "Día del
Mártir Federal", en conmemoración del aniversario del asesinato del
General Don Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza.
ARTICULO 2º:
Encomiéndese al Poder Ejecutivo Nacional, a través de la Secretaría
de Cultura de la Nación, y por su intermedio con el Instituto
Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano
"Manuel Dorrego", arbitre las medidas necesarias para la
planificación e implementaciones de las acciones conmemorativas al
"Día del Mártir Federal".
ARTICULO 3º:
Comuníquese al Poder Ejecutivo.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
"El partido federal tiene un nuevo
mártir. El partido unitario tiene un crimen más. El general Peñaloza ha sido degollado". (José
Hernández)
Los mártires federales son
luchadores por la liberación nacional. Hombres y mujeres argentinos que
no limitaron esfuerzos en el propósito de alcanzar la emancipación de su
pueblo.
Esta ley intenta homenajear, a
través de la efeméride del crimen del Chacho Peñaloza, a esos valientes
argentinos que cayeron en manos del enemigo unitario.
Conmemoramos, desde la
fecha del crimen del Chacho Peñaloza, a Facundo Quiroga, Juan Manuel de
Rosas, Manuel Dorrego, José Gervasio Artigas, Bernabé Aráoz, Martín
Miguel de Güemes, Estanislao López, Francisco Ramírez, Juan Bautista
Bustos, Felipe Ibarra, Felipe Varela, Manuel Oribe, José A. Virasoro,
Nazario Benavídez, Victoria Romero, y tantos otros héroes que la historia
oficial se encargó de ocultar o demonizar, como parte de un proyecto
político triunfante, el unitario.
La violencia que alcanzó a
estos valientes argentinos provincianos no fue suficiente para los gobierno
del puerto. Sumaron, al martirio de estos argentinos, la muerte cultural. La
desaparición de sus nombres y testimonios de los libros, las escuelas y los
medios masivos de comunicación.
Vaya entonces desde este
proyecto de ley el homenaje a esos mártires del federalismo argentino.
Fundadores de la Nación y paradigmas del proyecto nacional, popular y
latinoamericano.
DECLARACIÓN DEL DÍA
12 de NOVIEMBRE DE CADA AÑO COMO DÍA "DEL MÁRTIR
FEDERAL" (1)
"Es que no puede construirse un
futuro venturoso sobre la base de un pasado falsificado." (Pacho O´Donnell)
"Lo que se nos ha presentado
como historia es una política de la historia, en que ésta es solo un instrumento de planes más
vastos destinados precisamente a impedir que la historia, la historia verdadera, contribuya a la
formación de una conciencia histórica nacional que es la base necesaria de toda política de la
Nación" (Arturo Jauretche)
"¿Por qué hacen una guerra a muerte
entre hermanos con hermanos?... ¿No es de temer que las generaciones futuras nos imitaran en tan
pernicioso ejemplo?". (Carta del General Ángel Vicente Peñaloza, al General mitrista Antonio Taboada,
8 de febrero de 1862)
La caída de Rosas, en
1852, abrió paso a la implementación de un proyecto liberal-
oligárquico-dependiente, que pretendió hacer tabla rasa con las
tradiciones y la cultura nacional, organizando asimismo el genocidio
de sus sujetos portadores: el gaucho, el indio y los grupos afro-
descendientes. La legitimación social de este proyecto (2) exigió la
aplicación de un conjunto de bien aceitados dispositivos, que
incluyeron la falsificación de la historia nacional, la imposición de un
sistema de adoctrinamiento que permitiese naturalizar el proceso de
aculturación y de adopción de una especie de provincialismo cultural
dependiente de la matriz eurocéntrica, mediante la imposición de un
rígido sistema educativo que pretendió imponer criterios de
disciplinamiento jerárquico, obediencia y una suerte de pensamiento
único que pretendió naturalizar el fenómeno de la dominación y un
discurso en clave liberal, y el control de los procesos de formación
de la opinión pública, impidiendo la circulación de proyectos o
explicaciones alternativas, y la imposición de mecanismos de
selección y promoción institucionales basados en la aceptación
acrítica del sistema de valores y de las representaciones sociales
impuestas. A fin de naturalizar socialmente esos valores y
representaciones sociales instrumentales para garantizar la
hegemonía de la elite portuaria asociada con los imperialismos de
turno, se diseñó un sistema de efemérides oficiales y una profusa
labor orientada a la construcción de monumentos y la denominación
de las calles, avenidas y localidades de la Nación con los nombres y
las gestas reivindicadas por el panteón patrio diseñado por los
intelectuales al servicio de esa oligarquía.
La piedra de toque que
posibilitó la legitimación del soterramiento de nuestras tradiciones,
la falsificación de nuestra historia nacional y la imposición de la
dependencia cultural y económica de nuestra sociedad fue la
dicotomía entre "civilización" y "barbarie", diseñada por Domingo F.
Sarmiento en el Facundo, concebido su autor como panfleto de
combate sin mayores pretensiones de rigurosidad histórica o de
compromiso con la verdad. Según el propio Sarmiento: "Ensayo y
revelación para mi mismo de mis ideas, el Facundo adoleció de los
defectos de todo fruto de la inspiración del momento, sin el auxilio
de documentos a la mano, y ejecutado no bien era concebido, lejos
del teatro de los sucesos y con propósito de acción inmediata y
militante." Su propósito era no era una incógnita: "Quisiéramos
apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes
sentimos sin poderlo remediar, una invencible repugnancia." Años
después potenciará su deseo de exterminio, recomendando al
entonces presidente Bartolomé Mitre: "no trate de economizar
sangre de gaucho. Este es un abono que es preciso hacer útil al
país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos esos
salvajes."
La dicotomía sarmientina
impregnó a la historia oficial y a la cultura argentina de una matriz
dependiente. Hace algunos años, en 1993, el historiador Tulio Halperín
Donghi, de extensa trayectoria en la Universidad de Berkley, celebraba ese
éxito: "Quejarse de la dependencia es como quejarse del régimen de
lluvias. No es necesario explicar entonces por qué no hablamos más de
ella" (3) La afirmación de Halperín, tan terminante como la dicotomía de
Sarmiento o la convicción del sanjuanino de que la inclusión del gaucho en
un orden social "moderno" resultaba imposible, por lo que sólo cabía su
eliminación, resulta insostenible, y prueba contundente de la operación
habitual del liberalismo, consistente en la postulación del pluralismo y la
vigencia de las libertades, mientras en la práctica pretende imponer el
pensamiento único y evadir el debate franco y pluralista. (4) En efecto,
más allá de los deseos de Sarmiento o de Halperín, una larga tradición
revisionista ha denunciado y demostrado las falacias y ocultamientos
promovidos por ese liberalismo colonialista, proponiendo lecturas
alternativas y mucho más atentas a nuestras tradiciones, nuestro pasado y
nuestra cultura nacional.
Leopoldo Lugones, por
ejemplo, afirmaba en El Payador: "(....) fácil será hallar en el gaucho el
prototipo del argentino actual. (...) No somos gauchos, sin duda; pero ese
producto del ambiente contenía en potencia al argentino de hoy, tan
diferente bajo la apariencia confusa producida por el cruzamiento
actual.(...) Y como se trata de un tipo que al constituirse la nacionalidad
fue su agente más genuino; como en él se ha manifestado la poesía nacional
con sus rasgos más característicos, lo aceptaremos sin mengua como
antecesor." (5)
Para Arturo Jauretche, en
tanto, la recuperación de la historia auténtica de nuestra patria significaba
no sólo un acto de justicia con el pasado, sino también como una
herramienta esencial de construcción política de caras al futuro: "Véase
entonces la importancia política del conocimiento de una historia auténtica;
sin ella no es posible el conocimiento del presente y el desconocimiento del
presente lleva implícita la imposibilidad de calcular el futuro, porque el
hecho cotidiano es un complejo amasado con el barro de lo que fue y el
fluido de lo que será, que no por difuso es inaccesible e inaprensible." (6)
Si bien el revisionismo
histórico ha realizado aportes sustantivos en la tarea de recuperación de la
historia auténtica de nuestra nación durante un siglo, ha encontrado graves
dificultades para que sus aportes fueran incorporados a la vida institucional
de la Nación. Tanto las efemérides, como los contenidos escolares, los
monumentos públicos o la denominación de calles o localidades continúan
expresando de manera abrumadora esa matriz oligárquica, dependiente y
autoritaria que impuso el liberalismo a partir de mediados del Siglo XIX.
De todos modos, en los últimos años, se han registrado algunos cambios
auspiciosos, expresados por ejemplo en la decisión presidencial de crear el
Instituto de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel
Dorrego, el ascenso al generalato de Juana Azurduy y Felipe Varela, la
inclusión en las efemérides nacionales de la Vuelta de Obligado, la re
nominación de calles y avenidas en homenaje a destacados actores del
campo popular en varias provincias argentinas, etc.
Para continuar con esta tarea
de recuperación del ser nacional, tanto como acto de justicia hacia nuestros
antecesores y nuestra cultura, cuanto como argamasa para la construcción
de un futuro en clave pluralista, democrática, federalista, popular y
latinoamericana, resulta impostergable la creación de una nueva efeméride,
que permita reivindicar la memoria y la lucha de los mártires del campo
nacional y popular con que sembró el suelo de la patria el genocidio liberal.
En tal sentido, la figura del "Chacho", Angel Vicente Peñaloza, constituye
la síntesis más representativa del héroe nativo y popular, comprometido
con las luchas de su pueblo y con el ideal de independencia y de soberanía
nacional, socavado por el modelo de la Generación del 37. Su liderazgo
indiscutido, su entrega por la causa nacional y las características de su
brutal asesinato, reclamado imperiosamente por Sarmiento, lo constituyen
en símbolo de una tradición y de una causa popular y latinoamericana que,
pese a los deseos de la poderosa oligarquía pro-británica, siguen vigentes,
cada vez con mayor protagonismo y liderazgo, en nuestro presente. La
consagración de la fecha de su muerte como Día del Mártir Federal,
significaría asimismo la confirmación de aquella advertencia de un
Romance anónimo que se mantuvo viva en la memoria de su pueblo:
"¡Ya se acabó
Peñalosa!
¡Ya lo pudieron
matar!
Tengan cuidado,
señores,
¡No vaya a resucitar!"
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
TINEO, JAVIER HECTOR | LA RIOJA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
OPORTO, MARIO NESTOR | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
DOMINGUEZ, JULIAN ANDRES | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
PEROTTI, OMAR ANGEL | SANTA FE | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
GARCIA, ANDREA FABIANA | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
SOLANAS, JULIO RODOLFO | ENTRE RIOS | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
PILATTI VERGARA, MARIA INES | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
CALCAGNO Y MAILLMANN, ERIC | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
HERRERA, GRISELDA NOEMI | LA RIOJA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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