La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo para que, habida cuenta de la toma de conocimiento público de la existencia de agrupaciones de niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 15 años que reciben instrucción policial y militar, informe, a través de los organismos que corresponda, sobre los siguientes aspectos:

1. Localización de las mismas, discriminadas por provincia.

2. Cantidad de niños, niñas y jóvenes que asisten, especificando edad de las/los mismas/os.

3. Si cuentan con apoyo o aval institucional, ya sea del gobierno nacional, provincial y/o de las distintas fuerzas de seguridad provincial o nacional (Gendarmería Nacional Argentina).

4. En caso de la existencia de mecanismos de autorización, supervisión y/o monitoreo de dichas actividades por parte del Poder Ejecutivo Nacional, remita a esta Honorable Cámara los convenios correspondientes, así como los informes elaborados al día de la fecha.

5. Fundamentos pedagógicos y sociales que rigen la organización de estas agrupaciones.

6. Si existen planes curriculares que organicen las actividades de estas agrupaciones y, en caso afirmativo, si cuentan con la aprobación del Ministerio de Educación de la Nación.

7. Si considera que dichas agrupaciones violan la Convención Internacional del Niño. En tal caso, qué medidas piensa tomar o ha tomado al respecto.

8. Cualquier otra información que sirva al presente.-

Señor presidente:

A partir de la toma de estado público de la iniciativa llamada 'Policía Infantil' en la ciudad de Esquel, resurgió la polémica en torno a la existencia de éste y otros grupos similares en distintas provincias del país, como Misiones, Salta, Catamarca, Mendoza, Chaco, Tucumán, Jujuy, San Juan, Santa Fe, Corrientes, Tierra del Fuego, Neuquén y Entre Ríos.

El sitio www.policiainfantil.com.ar creado por un comisario retirado, Esteban Zarza, remarca que sólo en la provincia de Misiones hay más de 27 agrupaciones. El gobierno del kirchnerista Juan Manuel Urtubey heredó esta política social de su antecesor Juan Carlos Romero, ratificándola y nunca dando señales de que esa situación fuera a cambiar.

El caso de Salta es aún más inquietante: tiene 75 cuerpos de policía infantil, donde concurren cinco mil chicos de entre 5 y 16 años, y también agrupaciones de Gendarmería. Es más, el 13 de octubre se celebra en esa provincia el Día de los Cuerpos de Policía Infantil. Los cuerpos infantiles funcionan en las mismas comisarías, algo inentendible desde cualquier pensamiento mínimamente razonable, o en clubes vecinales, de acuerdo con el lugar disponible. Los chicos concurren tres veces por semana, por la mañana o por la tarde, a contraturno de la escuela. En algunos casos, como ocurre en aquellos que se encuentran en la ciudad de Salta, les dan el desayuno o la merienda, la cual es otorgada por la municipalidad.

En 2007 el fotógrafo salteño Alejandro Ahuerma fue premiado por la Secretaría de Cultura y el Ministerio de Trabajo Nacional por una investigación fotográfica sobre trabajo infantil, donde se retrataban las actividades de una agrupación policial en dicha provincia. Sin embargo, a pesar de premiar este trabajo, no se conocen medidas concretas adoptadas por estos organismos para erradicar una actividad que ellos mismos consideran violatoria de los derechos del niño. Desde su creación en 1990 la agrupación depende de la propia institución Policial y del Gobierno Provincial, por lo tanto es una Institución Oficial perfectamente constituida y goza de total impunidad, ya que a pesar de estar creada en contra de todos los derechos que protegen la salud mental y los derechos de los niños, nació, creció y sobrevive al amparo del Estado Provincial.

Puntualmente en el caso de la agrupación de Esquel chicos de entre 9 y 14 años concurren cada sábado a la sede policial de esa ciudad a realizar "prácticas de adoctrinamiento policial", que van desde la práctica de desfiles hasta la realización de "saltos rana" y "cuerpo a tierra". Estas actividades y ejercicios estaban dirigidos, hasta el momento que fuera pasado a disponibilidad, por el capellán de la policía de Esquel, Adrián Alberto Mari.

Según declaraciones del propio Mari, "este adoctrinamiento, es para que los niños saquen al policía que hay en su interior". El proyecto comenzó a desarrollarse en el mes de enero del corriente año y cuenta con el apoyo de los padres de los niños quienes, a través de rifas, ferias de platos y bailes, recaudaron fondos para poder comprar los uniformes: joggins, buzo y gorra, todo de color azul. Se les pide a los chicos buenas notas en las escuelas, buen comportamiento en la casa "y que saluden a los policías". Pero la actividad no se limita solo a los desfiles y las prácticas policiales, sino que también los chicos realizan talleres donde se pone el acento en la "vocación policial".

Mari admitió también que policías de Esquel en actividad pasan los sábados para saludar a los chicos, y que la idea es que en la calle los chicos hagan lo mismo. Sin embargo desde la Jefatura de Policía de la provincia no existe una autorización oficial para realizar esta actividad, por lo tanto no cuenta con el respaldo institucional correspondiente.

Esta "Policía Infantil" tiene un sitio en la red social Facebook. Allí se pueden ver fotos y videos de los jóvenes desfilando al mejor estilo castrense y también realizando ejercicios de entrenamiento físico, como mencionábamos anteriormente. En algunos casos se los puede ver con chalecos antibala de la policía de Chubut y recibiendo las órdenes del propio capellán.

En términos generales las agrupaciones realizan actividades como control de tránsito, desfilar en las fechas patrias, y, en algunos casos, concurrencia a misa. Históricamente estuvieron dirigidos a varones, pero desde hace algunos años también se han creado cuerpos infantiles policiales femeninos y mixtos.

La creación de este tipo de agrupaciones de instrucción policial, que se extendieron a partir de los noventa, genera nuestro más profundo rechazo y preocupación. Y por este motivo es que a través de este Proyecto de Resolución no sólo repudiamos la creación de este tipo de programas de instrucción policial para niños, sino que también creemos necesario que la Subsecretaría de Derechos Humanos y el Ministerio del Interior de la Nación tomen las medidas pertinentes para investigar esta situación.

No se está cuestionando que se fomente entre los niños y niñas valores vinculados al respeto, sino que las formas didácticas y pedagógicas implementadas, relativas a una instrucción jerárquica y castrense, se basan en metodologías de disciplinamiento que no se corresponde con las instancias formativas adecuadas al desarrollo pleno de la niñez y adolescencia en un ámbito democrático, igualitario, humano y solidario.

Llama poderosamente la atención que esta actividad esté permitida por el gobierno nacional, a la luz de sus obligaciones políticas y sociales con el conjunto de la población en general y los niños en particular. Hemos tomado conocimiento que se han iniciado acciones puntuales para desarticular estos cuerpos, tal el caso de la legislatura provincial de Jujuy, donde se crearon las primeras agrupaciones en 1999.

Esta posición crítica frente al tema también había sido asumida por el secretario de Cultura de la provincia de Salta, Gregorio "Gori" Caro Figueroa. En el año 2007, en declaraciones al diario Página 12, Caro Figueroa señalaba: "He observado a chicos que pertenecen al cuerpo de policía infantil con una actitud arrogante, prepotente, de superioridad, frente a chicos de su misma condición social que no son parte del grupo. No les inculcan valores sino disciplina. Hay una cultura de mando. Podrá argumentarse que estos chicos no son entrenados con las mismas pautas que rige la formación de los efectivos de la fuerzas de seguridad. Se dirá que no ejercen ni reprimen violencia. Es posible que se esgriman argumentos para convencer sensibilizando. Se dirá que son chicos de bajos recursos que encuentran un espacio para desarrollar su vocación y, eventualmente, acceder mañana a una salida laboral. Aunque se diga mucho más y se mejoren los alegatos defensivos, no creo que se pueda justificar la existencia de una policía infantil. Desde su misma denominación resulta un despropósito".

En estas declaraciones claras y contundentes, Caro Figueroa destacaba que "no es bueno que a un niño se le inculque un espíritu de cuerpo verticalizado, donde se instruye dando voces de mando y exigiendo subordinación, haciéndoles sentirse diferentes, cuando no contrapuestos al respeto de sus amigos y vecinos. Resabio de una época en la cual se intentó militarizar la sociedad, este tipo de encuadramiento de los niños resulta, cuanto menos, anacrónico e inconveniente".

Es dable recordar que el Estado argentino está obligado, a partir la ratificación de la Convención sobre los derechos del Niño, a garantizar que el niño "para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión".

En tal sentido este hecho de gran repercusión mediática debe alertarnos sobre la imperiosa necesidad de repudiar y contrarrestar la organización de este tipo de agrupaciones, pues todas las iniciativas tendientes a la militarización de los niños son claramente violatorias de la Convención sobre los derechos del Niño, y el Estado debe intervenir.

Así se comprometió el Estado argentino al ratificar la Convención y luego, en 1994, elevarla con rango constitucional; vale recordar que en otro párrafo del preámbulo dice: "Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad".

Por todos los motivos expuestos anteriormente, es que solicitamos a las Sras. Diputadas y los Sres. Diputados acompañen en la sanción del presente Proyecto de Resolución.-