La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su repudio por los hechos sucedidos el 30 de Septiembre del corriente, en la Republica de Ecuador, en donde sectores pertenecientes a las fuerzas policiales se alzaron contra el Gobierno Democrático del Presidente Rafael Correa, poniendo en riesgo la institucionalidad del país y la seguridad de sus ciudadanos.

Señor presidente:

La fuerte revuelta militar y policial que padeció Ecuador el pasado 30 de septiembre, tuvo como su principal causa las medidas adoptadas por el Presidente Rafael Correa tras vetar parcialmente la Ley de Servicios Públicos que mantenía privilegios de bonos extras laborales solo para los policías.

En estos tiempos, en todo el territorio de América Latina, no se puede permitir que sectores de la población encargados de la seguridad interna de un país se subleven, por cuestiones infundadas, y no respeten las reglas de juego democráticas, y la adopción de normas en un Estado de Derecho legítimamente constituido.

Desde la instalación de gobiernos Democráticos en Ecuador, desde 1991 hasta la actualidad, se vio como un obstáculo la débil consolidación del régimen, ocasionado principalmente por revueltas de actores anti sistemas.

En la actualidad, en la Región Sudamericana, las democracias parecen estar consolidadas por lo menos en sus definiciones mínimas, como las elecciones periódicas, la alternancia en el poder de los partidos políticos, etc. Pero en realidad, los sucesos acaecidos en Ecuador nos reflejan claramente, que la democracia se construye a partir del dialogo y no por la fuerza ni por la presión de grupos o facciones que intentan imponer su voluntad a todo un colectivo de personas, a partir de su propio interés.

Ahora bien, es preciso desatacar la labor de la UNASUR, bloque regional que en su accionar concreto convoca a una reunión extraordinaria, para defender un país miembro, y sostener la democracia, y su régimen republicano de gobierno.

Más allá de las diferencias, políticas, ideológicas, económicas, el Bloque de Países de UNASUR, manifiesta un claro ejemplo de cómo debe actuar un organismo supranacional, en caso de amenaza a un orden institucional establecido en un país miembro.

En síntesis, desde la Cámara de Diputados de la Nación, debemos expresar nuestro repudio a los hechos desestabilizantes en nuestra republica hermana del Ecuador, y esforzarnos como países Sudamericanos a trabajar con todas las herramientas legales a nuestro alcance para que se restablezca de manera urgente la recuperación institucional del Ecuador, y su Fortalecimiento Democrático, a los fines de proteger los derechos, civiles, políticos y sociales, que se han vistos suspendidos por causas insólitas y aberrantes.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.