El Senado y Cámara de Diputados...

"Modificación Ley 20655

LEY DE DEPORTE"

ARTICULO 1.-: Modificase el Artículo 7º de la Ley 20655 el cual quedará redactado de la siguiente manera:

ARTICULO 7º.- Créase el Consejo Nacional del Deporte, que estará integrado por representantes del Ministerio de Bienestar Social, de los organismos que por la presente ley se crean, de las entidades nacionales representativas de todo el deporte amateur y profesional, y por ocho representantes de Clubes deportivos. Estos representantes, uno por cada región deportiva, surgirán de la elección que se realice en cada región. Cada Región incorporará en su Consejo Regional a dos representantes de los Clubes deportivos.

ARTICULO 2°.-: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

En el siglo XIX, nuestro país tuvo una importante influencia británica, especialmente en los deportes como se los conoce hoy, debido a la inmigración que en gran cantidad, llegó desde 1870 a 1930. Esta colectividad introdujo numerosos deportes y fundó clubes y colegios en los que se desarrollaban distintas actividades deportivas.

Tras su rápida difusión, la escuela inglesa de los deportes se fue "acriollando", cuando ganó terreno en los hábitos de la cultura obrera argentina y, ya sobre los inicios del siglo XX, fue abandonando su condición de actividad exclusiva de los colegios de señoritos, para empezar a conformarse la incipiente Comunidad Deportiva Nacional: (instituciones deportivas estudiantiles, clubes y circuitos de competición de distintas disciplinas) organizadas por dirigentes locales que comienzan a tener protagonismo.

El desarrollo del deporte estuvo ligado indisolublemente al tendido de nuestra red ferroviaria que, a partir del primer ferrocarril (Entre Plaza Lavalle y Floresta) en 1857 llegó en 1915 a tener 33.710 kilómetros de vías.

Por este tiempo fueron naciendo las Asociaciones y Federaciones que regirían la actividad deportiva y la práctica se expandió. El Estado comenzó a apoyar la actividad que en distintos momentos había prohibido, como ocurrió con el pato, los duelos de esgrima, pero también con el boxeo y el automovilismo.

Es de destacar que el deporte y la política convivieron en el transcurrir histórico nacional, compartiendo las luchas internas, que como veremos, en el Deporte, estuvo dada entre los pedagogos (hoy el sector de la Educación Física) y los dirigentes provenientes en general de la escuela del Ejército, ya sean de gimnasia, tiro o esgrima. De allí es que los Consejos de Deportes (la forma colectiva que encontró el Estado como conducción deportiva) dependieran del Ministerio de Educación, del Ministerio de Guerra o de Acción Social según el sector con mayor preponderancia en la política del momento, cuenta en su libro "Historia Política del Deporte Argentino (1610-2002), el historiador Víctor F. Lupo.

En lo que respecta al orden institucional y legislativo, las leyes (desde la Ley 1420 de educación universal, gratuita y obligatoria en adelante), decretos y reglamentaciones fueron acompañando, tibiamente al principio, el desarrollo del deporte en la Argentina, hasta conformar una política deportiva.

En el año 1908 por la ley Nº 6277 se crea el "Consejo Superior del Deporte" constituido por representantes de los Ministerios de Guerra e Instrucción Pública, del Consejo Nacional de Educación, de las Universidades Nacionales y de la Sociedad Sportiva Argentina (actual Confederación Argentina de Deportes) que tenía como misión aprobar los reglamentos y programas que administraba ésta última. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que éste es el primer antecedente del Consejo Nacional del Deporte de la Ley 20655/74 actualmente en vigencia. Además mediante las leyes 5543, 6013 y 6277 se le asignan fondos a la Sociedad Sportiva Argentina para fomentar los juegos atléticos y la cultura física y construir cinco estadios en la Capital Federal, Mendoza, Tucumán, Paraná (Entre Ríos) y Córdoba.

Durante las décadas siguientes la conducción del Deporte estatal funcionó de esa forma y el desarrollo deportivo alcanzado generó, por añadidura y entre otras consecuencias, el nacimiento, crecimiento y fortalecimiento de innumerable cantidad de clubes de barrio, que se constituyeron en un auténtico fenómeno social nacional. Centenares de entidades deportivas florecieron en todo el país, como organizaciones libres del pueblo que, en definitiva, expresaban el enorme caudal cultural de la población argentina.

A partir del golpe militar de septiembre de 1955, la disolución del Consejo de Deportes y la Dirección de Educación Física más la intervención por primera vez en la historia de la CAD - COA y otras federaciones nacionales, el estado toma en sus manos la conducción del deporte.

Y lo perfecciona con otra Dictadura militar cargo del Gral. Juan Carlos Onganía cuando saca el Decreto-Ley por el cual se crea la Dirección Nacional del Deporte (actual Secretaria de Deportes de la Nación), cuyo primer director fue el profesor (con rango militar) Enrique Kistenmacher.

El regreso definitivo a la patria del General Juan Domingo Perón, luego de 18 años de exilio, y su asunción a la Presidencia de la Nación por tercera vez, el 12 de octubre de 1973 tuvo su expresión en el área deportiva. Este Congreso Nacional votó, 21 de marzo de 1974, la Ley 20655/74 actualmente en vigencia. El Proyecto de Ley, fue enviado por el Presidente Perón el 9 de noviembre de 1973 con una carta explicatoria sobre el artículo del Consejo Nacional del Deporte (CONADE), Organismo máximo de Conducción, con las funciones principales de realizar y aprobar el Presupuesto Anual y dictar la Política Deportiva para toda la Nación, y de esta manera regresaba a la mejor tradición histórica de conducción colegiada.

Con esta creación Perón lograba superar conceptualmente la antinomia Deporte - Educación Física e influencias militares que se venía dando desde principios del siglo XX.

Desgraciadamente a partir de la muerte de Perón y el nuevo gobierno militar a partir del 24 de marzo de 1976 frustró la reglamentación de la Ley del Deporte y la forma de conducción colegiada en la actividad.

A partir de 1976 y hasta la vuelta de la democracia, en "ese oscuro período", los casi 10.000 clubes con que cuenta nuestro país, y que desarrollan sus actividades en el marco del derecho de libertad de asociación establecido en el Art. 14 de la Constitución Nacional, siguieron siendo ámbitos de participación democrática de nuestro pueblo, eligiendo voluntariamente a sus autoridades y en algunos de ellos, admitiendo representantes de la minoría en sus Cuerpos Directivos.

Pero, según el Dr. Luis A. Porcelli, uno de los abogados más estudiosos de estos temas, en su escrito "Núcleo Deportivo o Institucional y la Crisis de los Clubes" (13 de junio 2001), sostiene: "estas instituciones además de su funcionalidad determinante, el desarrollo y la actividad de los clubes, han contribuido a la formación del patrimonio histórico nacional". Agregando: "la grave situación económica financiera por la que atraviesan hoy las asociaciones civiles no tiene por causa determinante solo los aspectos mercantiles ni las malas administraciones (aun cuando pudieren incidir negativamente), sino que responde a cuestiones más complejas y profundas como la pauperización creciente de nuestra sociedad a partir de 1976, la impotencia estatal para atender la cuestión y, en particular, por la ausencia de un tratamiento específico.

El mismo General Perón en 1972 se expresaba de la siguiente manera sobre la función integradora de los Clubes de Barrio: "Nosotros en nuestro Gobierno (entre 1946/1955) no tuvimos delincuencia juvenil porque eliminamos los potreros (verdaderos antros de delincuencia) y construimos y apoyamos a los clubes de Barrio. Solamente en la Capital Federal creamos 90 clubes de barrio. Lo construía el gobierno, una canchita de fútbol, otra de básquet, un salón y un teatro, porque no todos querían hacer solo deporte. Luego lo entregábamos a los vecinos que se organizaban para conducirlo y llevarlo adelante", mostrando la práctica de una conducción colegiada, participativa y directa desde la base misma del deporte.

"Los clubes tienen su razón de ser pese a los señores que en nombre de la modernidad quisieron decretar su cierre. Así como la familia es la célula básica de la sociedad, los clubes lo son del Deporte", expresa el periodista Orlando Rigolí. Pese a toda la agresión (económica principalmente) recibida en nombre de la modernidad, el club brinda aún, junto a la escuela pública, la gran posibilidad de formación, contención e inclusión social que necesitan los niños y jóvenes que se han quedado sin puntos de referencia para su formación tanto intelectual como física. Y son también un lugar abierto para que los integrantes de la tercera edad puedan desarrollar sus actividades recreativas.

"Desgraciadamente para nuestro deporte, la Ley Nacional del Deporte, solo se cumplió en un reducido tiempo en estas últimas décadas, por falta de entendimiento sobre un cuerpo colegiado y democrático, por los funcionarios de turno", según mi modesto entender.

Hoy todas las sociedades modernas van hacía un Democracia cada vez más representativa y federal, lo mismo que nuestro gobierno. En el deporte nuestro país tiene la herramienta, a través de la Ley 20.655, de un claro ejemplo de democracia participativa y social.

"Si entendemos a la Conducción con poner las voluntades en paralelo, al servicio de una misma causa, sin sectores que saquen ventajas", por la historia de las últimas décadas, creo que los clubes, especialmente los clubes de barrio, hoy no tienen una representación legítima, por ninguna de las instituciones que integran el Consejo Nacional del Deporte (CONADE).

En razón de lo expuesto, solicitamos la aprobación del presente proyecto de ley.