La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por el reciente fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca, firmado por los jueces Luis Cotter, Ricardo Planes y Angel Argañaraz, mediante el cual se prohibió el ingreso de residuos radiactivos a la Argentina, previsto potencialmente en una cláusula del contrato formalizado entre Invap Sociedad del Estado y la Organización Australiana para la Ciencia y Tecnología Nuclear-Ansto (Australian Nuclear and Technology Organization, según sus siglas en inglés).

Señor presidente:

Muy acertadamente, la periodista Laura Rocha tituló a su nota, publicada en el Diario La Nación el pasado 9 de noviembre de 2006, “Lo consideran un hito en la protección ambiental. Prohíben el ingreso de residuos nucleares”.

Frente a tantas presiones, indudablemente el fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca consistió en eso: un hito en la protección ambiental.

Es que, desde 2001, en que el Invap firmó un contrato con Ansto, por el que se estableció que la empresa argentina construiría un reactor nuclear cerca de Sydney y que los residuos nucleares (radiactivos) serían procesados en la Argentina, un largo camino hubo de transitarse, a partir de la acción de amparo incoada por Juan Schröder, en 2002.

Frente a un inesperado revés en primera instancia, la Cámara de Apelaciones hizo lugar al planteo de prohibir el ingreso de esos residuos radiactivos a la Argentina, con sólidos argumentos que esperamos sean confirmados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, si es que se abre la instancia extraordinaria como dejó entrever el vocero de la empresa Invap.

Mientras tanto, expresamos nuestro beneplácito por la defensa de la Constitución Nacional y, consecuentemente, de lo en ella regulado en materia ambiental y solicitamos a nuestros pares el tratamiento y aprobación del presente.