La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar su más enérgico repudio a las declaraciones del Presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, quien igualó al actual Gobierno y a los órganos parlamentarios con la última dictadura cívico- militar, denostando las instituciones y la estabilidad democrática reconquistada por los argentinos hace poco más de treinta años.

Señor presidente:

En un arranque del más puro desprecio a las instituciones, el Presidente de la Unión Industrial Argentina lanzó unas declaraciones al ruedo del debate público, que caracterizan y sintetizan el pensamiento de los sectores dominantes respecto de las reglas de convivencia democrática. En declaraciones radiales Méndez dijo: "Me preocupa y me duele decirlo, me cuesta decirlo, que un Gobierno que tiene una mayoría durante 10 años absoluta, que tiene una tropa de lealtad incuestionable, que levanta la mano, a veces me hace acordar a la dictadura y la famosa obediencia debida"

Héctor Méndez busca expresar su desacuerdo o su enojo por la propuesta del Gobierno de controlar el funcionamiento del mercado, en tanto afecte arbitrariamente los derechos de los consumidores, y cuando lo hace, no tiene filtros, y por eso pone en evidencia el modo en que los sectores que él representa se visualizan así mismos en la estructura social: al comparar el actual Gobierno democrático con una dictadura militar, especialmente con la última, Méndez está afirmando que para ellos es indistinto el sistema democrático o el autoritario, es indistinto el respeto por los derechos humanos o el horror, es indistinto el ejercicio de la soberanía o la entrega, es indistinto la lucha por la igualdad social o el individualismo. Ninguno de estos desafíos les importa, ninguno de estos retos les concierne. Lo único relevante para estos sectores dominantes de la sociedad, para Héctor Méndez, es la mayor o menor tasa de ganancia, la para ellos tan preciada rentabilidad.

Esta filosofía de estar con el mejor postor es la que llevó a ciertos grupos empresariales a aliarse con la última dictadura militar y a ser cómplices de los crímenes de lesa humanidad, algo que está siendo dilucidado en el proceso de memoria, verdad y justicia que todavía continúa. De allí que hablar de dictadura cívico-militar sea lo más apropiado. El propio Héctor Méndez, en un acto de sinceridad estremecedor, llegó a decir: "¿Ustedes saben cuáles son las empresas que apoyaron a Hitler? Empresas grandes. Los empresarios están con el poder siempre."

Sr. Presidente, esta Cámara de Diputados de la Nación, que ha sido aludida directamente por Méndez en sus declaraciones, no puede dejar pasar esta afrenta no sólo a esta institución parlamentaria sino también a la democracia argentina en general, reconquistada en el año 1983.

Y debemos repudiar estos dichos porque está claro que no entrañan solamente un exabrupto del funcionario de la Unión Industrial Argentina, sino que en realidad también representan el pensamiento de un sector de la sociedad argentina, que en ciertas circunstancia ha conspirado contra la República, logrando desestabilizar la democracia, causando enormes daños sociales pero generando también enormes ganancias para ellos.

En este contexto, son congruentes las declaraciones del economista Javier González Fraga, quien arteramente ha puesto en palabras ese tipo de pensamiento, al pronosticar una salida anticipada del Gobierno de Cristina Kirchner.