PROYECTO DE TP
Expediente 6879-D-2010
Sumario: DECLARAR MONUMENTO HISTORICO NACIONAL A LA ESTANCIA DE LA FAMILIA MONTAÑO Y SU ENTORNO, UBICADA EN COLANGÜIL, DEPARTAMENTO DE IGLESIA, PROVINCIA DE SAN JUAN.
Fecha: 20/09/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 137
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º: Declárese Monumento Histórico Nacional
a las ruinas del antiguo casco de "Estancia de la familia Montaño" y al entorno de las mismas, en la
localidad de Colangüil, Departamento Iglesia, provincia de San Juan.
Artículo 2º: La Secretaría de Cultura de la Nación
adoptará los recaudos necesarios para preservar el patrimonio histórico de este conjunto, conforme
lo establecido en la ley 12.665.
Artículo 3º - Comuníquese al Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En el noroeste del
Departamento de Iglesia, se encuentra el pueblo de Colangüil al pie de la Cordillera de los Andes a
45km de la Villa cabecera del Departamento, ubicada en Rodeo y a 250 km. de la Ciudad Capital de
San Juan. Parece un lugar detenido en el tiempo, sus pobladores (17 familias) se dedican a la
actividades agrícolas - ganaderas, esto les permiten vivir en contacto con la naturaleza, pero con
grandes sacrificios y muchas dificultades, especialmente por la carencia de servicios, y malas
condiciones de los caminos, que los lleva a vivir casi aisladamente. Además, en el distrito de
Angualasto se encuentran diversos testimonios que pertenecen a las culturas prehispánicas, como:
petroglifos, cementerios indígenas, restos de viviendas y camino del Inca, el lugar se distingue por
su riqueza arqueológica y cultural, donde el legado de las culturas nativas se pueden percibir
claramente.
El exilio del Prócer en Colanguil
El ejército patriota en el Alto Perú había sufrido la
derrota de Huaqui, Saavedra, según sus propias palabras, "creyó que su presencia en Perú podía
reparar los quebrantos de aquella jornada" y el 30 de agosto de 1811 partió de Buenos Aires hacia
Salta con una comitiva de 24 patriotas, sujetos a instrucciones que él mismo había redactado. A solo
ocho días de llegar a Salta se enteró de los sucesos acaecidos durante su viaje: Saavedra, fue
notificado de su separación del cargo político, es decir, de la presidencia de la Primera Junta y
también de los cargos militares. Según refiere el historiador Enrique Ruiz-Guiñazú en su libro "El
Presidente Saavedra y el Pueblo Soberano de 1810", la creación del Triunvirato el 23 de
septiembre, dio por terminada la función política de Saavedra. En el ámbito militar fue sustituido
por Manuel Belgrano en el Regimiento de Patricios y por Pueyrredón en el Ejercito del Norte. La
partida de Cornelio Saavedra, fue un hecho positivo para los Morenistas, quienes eran partidarios de
la conformación de un poder político fuerte, dada la amenaza de las fuerzas realistas sobre el Puerto
de Buenos Aires. Sin embargo, la situación en Buenos Aires se fue complejizando, el "motín de las
trenzas", del 11 de diciembre de 1811, protagonizado por el regimiento de Patricios, reclamaban el
regreso de Saavedra y la renuncia de Belgrano como Jefe del Regimiento, pero, terminó en la
derrota de los sublevados, y diez de ellos fueron ejecutados.
El 18 de febrero de 1812, Saavedra partía de Salta
hacia Tucumán y luego a Mendoza, pasando por San Juan. Viaja con su segunda esposa, doña
Saturnina Otárola y su pequeño hijo de sólo diez años. En San Juan, su familia recibe la
hospitalidad de José Ignacio Fernández Maradona, alojándose en su casa que estaba ubicada en la
actual esquina SO de las calles Mendoza y Santa Fe. Allí nacería su tercer hijo, el 21 de marzo de
1814. Para Saavedra y su mujer fueron tiempos de mucho sufrimiento, el exilio y las acusaciones
que pesaban sobre el prócer de Mayo, significaban tristeza y separación forzada. El único consuelo
y ayuda, lo recibió de parte del General José de San Martín, quien ocupaba el cargo de Gobernador
de la intendencia de Cuyo, y mediante el pedido de la esposa de Cornelio Saavedra, le autorizó a
trasladarse a la ciudad en San Juan, para reencontrarse con su familia.
El Triunvirato no tardó en descargar su ira, cuando él
estaba en Salta en octubre de 1811, le llegó la orden de confinamiento en San Juan para un posterior
proceso, que finalmente llevó a cabo la Asamblea del Año XIII, bajo los cargos de querer
perpetuarse en el mando y de iniciar negociaciones con potencias extranjeras, donde Don Juan de la
Rosa Alba intervino como su defensor. Probablemente presumió que lo esperaba el pelotón de
fusilamiento porque, ayudado por un baquiano iglesiano, se refugió durante tres días en la localidad
de Colangüil al norte de San Juan y cruzó la Cordillera de los Andes. No le duró demasiado el
nuevo hogar: cuando Chile cayó en manos realistas, prefirió el riesgo de volver a Cuyo, de modo
que cruzó nuevamente la Cordillera de los Andes para permanecer en Colangüil.
El lugar de refugio fue la estancia de don
Tomás Montaño en Colangüil, departamento de Iglesia, fue el sitio en el que don Cornelio
Saavedra, presidente de la Primera Junta del gobierno patrio, recibió hospitalidad y alojamiento en
su exilio forzado, luego de los acontecimientos del 6 de abril de 1811, que resultó en su dimisión y
posterior alejamiento de Buenos Aires. En la estancia de Colangüil Saavedra residió en la capilla
familiar, puesto que era costumbre en aquellos tiempos alojar a los huéspedes destacados en ese
sitio, acondicionado especialmente. En este rincón iglesiano, quien presidiera el primer gobierno
patrio fue recibido y auxiliado por Tomás Montaño, reconocido por sus dotes de generoso anfitrión
y de baqueano y de quien se sabe, aportó, en 1817, caballos, mulas, monturas y pellones a la
columna del Comandante Cabot del Ejército de los Andes. Los orígenes de la estancia de los
Montaño, que aún se mantiene en propiedad de sus descendientes, se remontan a 1753, cuando esos
territorios fueron entregados a Don Simón Montaño en virtud de una merced real por Juan
Echegaray, fundador de San José de Jáchal.
Regreso de Saavedra a Buenos Aires
En febrero de 1814 le ordenaron comparecer en la
ciudad de Luján para notificarse de la sentencia y ser sometido a juicio pero temiendo una injusta
defensa y un peor exilio, a poco de salir de San Juan desvía su camino rumbo a Chile. Cruza la
cordillera por Colangüil, llega al valle de Hurtado en Chile y en el puerto de Coquimbo es recibido
con los honores correspondientes por los patriotas chilenos. Desde allí solicita amparo al director
del gobierno patriótico, Francisco de Lastra, y el 9 de junio se traslada a Santiago. Desde Buenos
Aires se requiere a Chile la extradición de Saavedra, que Lastra niega, en gesto humanitario y
patriótico.
En esos días se produce la derrota de las fuerzas
independentistas chilenas en Rancagua: O'Higgins y Carrera retroceden en retirada a Mendoza y
Saavedra -temiendo lo peor por parte de los españoles- vuelve a Coquimbo, el 4 de octubre de 1814.
Ante el inminente avance de las tropas realistas y el riesgo que esto implicaba para él y sus
acompañantes, decide cruzar la cordillera nuevamente. Emprende el retorno por el río Elqui hacia el
este, en búsqueda de los pasos cordilleranos. Viaja en compañía de su hijo, un criado, un baqueano
iglesiano y un pequeño grupo de patriotas, a un día de caballo se hallan las tropas realistas de
Elorriaga, quien envía una patrulla que -infructuosamente- sale en búsqueda de Saavedra. Ya a
salvo, del otro lado de la cordillera, en Iglesia, el prócer permanece en la estancia de los Montaño,
desde allí envía sus pertenencias, su hijo Agustín y criados a la ciudad de San Juan donde aún se
encuentran su esposa y su nuevo hijo, Pedro Celestino Saavedra, al que no conoce todavía.
Por medio de una petición de San Martín al General
Alvear, se autoriza a Saavedra a regresar a Buenos Aires. Finalmente el Congreso de Tucumán, ya
sesionando en Buenos Aires, acogió la solicitud de amparo y elevó al Directorio una solicitud de
devolución de honores y grado militar el 14 de julio de 1818. Luego una comisión nombrada por
Juan Martín de Pueyrredón -por entonces Director Supremo- declaró "nulos, atentados y sin ningún
valor los procedimientos" y recomendó que le repusiesen grados y honores. Unos años después, en
1822, pidió el retiro, para dedicarse a lograr una rehabilitación política plena y escribir sus
memorias, las cuales fueron publicadas en 1910.
Señor presidente, el caso particular de Cornelio
Saavedra en Colangüil impone una reflexión acerca del exilio y del destierro de aquellos hombres
públicos y gobernantes que fueron víctimas de las pasiones políticas. Impone asimismo un
pensamiento acerca del receptor del exiliado, de aquel que abre las puertas de su casa y se arriesga a
cobijar al perseguido, albergando a aquel que es visto como un enemigo por quienes detentan el
poder político circunstancialmente.
El destierro fue una sanción aplicada por los
vencedores a aquellos derrotados en las contiendas políticas y militares. El exilio fue un recurso
extremo al cual se acudió a lo largo de la historia cuando la intolerancia política no hacía segura la
permanencia de los actores políticos en el lugar de los acontecimientos. Ambas sanciones, que
desde tiempos lejanos fueron moneda corriente en la práctica política y militar, se aplicaron como
castigo ejemplar. Su práctica significaba no solamente el alejamiento del escenario del castigado,
sino además el distanciamiento de su familia, el aislamiento y la separación de los recursos de la
víctima.
El exilio y el destierro de nuestros gobernantes es un
amplio texto que se abre al poco tiempo de ocurrida la Revolución de Mayo y es en San Juan donde
se escribe el primer capítulo. A fines del siglo XVIII, San Juan ya había sido sitio de confinamiento
para aquellos prisioneros portugueses que por la acción militar del Virrey Cevallos, fueron
desalojados de la isla de Santa Catalina, pero antes de eso, el territorio había sido refugio de nativos
que huían, desde el litoral y otras regiones del país, de los abusos del sistema de encomiendas,
encontrando exilio en "los valles andinos", según nos relata Juan Agustín García en su libro La
Ciudad Indiana, cuya primera edición fue publicada en 1900.
La presente iniciativa parlamentaria propone
reconstruir y preservar el sitio de la casa principal de la estancia de los Montaño en Colangüil,
clasificándolo como Monumento Histórico Nacional. En él Don Cornelio Saavedra vivió horas de
desasosiego, allá por los albores del movimiento libertario de nuestro país. Si bien el lugar se
encuentra en ruinas, aún es posible identificar todas las habitaciones del mismo, existiendo -caído
junto a las ruinas- el tronco del manzano, bajo el cual, cuenta la tradición, Saavedra solía pasar sus
tardes. La construcción en adobes, con fundaciones en piedra, si bien se halla en un gran estado de
deterioro, es susceptible de una consolidación que permita la apropiada lectura del lugar histórico,
en el entorno de la construcción se halla una antigua escuela -que fuera abandonada cuando se
construyó la actual, en la década del setenta - que si bien no reviste carácter histórico, contiene los
valores emotivos para los lugareños.
En consonancia con la temática, es menester destacar
y reconocer el aporte a este proyecto, la investigación realizada por la profesora Virginia Ibazeta de
Dominan, ex alumna y actual docente de la Universidad Nacional de San Juan, y el técnico
universitario Alejandro Carrizo, titulada: "Cornelio Saavedra en Colanguil: en defensa de la historia
popular y del sitio histórico", que hace un delicioso recorrido geográfico, para luego ahondar en el
principal hecho histórico que tuvo lugar en Colanguil que fue la presencia del prócer. Por otra parte,
contiene un archivo fotográfico mostrando el agreste territorio donde se sitúa Colanguil, que es
simbólicamente el medio ambiente con el que tiene que luchar cotidianamente la población.
La designación, por parte de la Nación, de un edificio
o sitio como bien cultural implica, no sólo el reconocimiento de los valores que trascienden y que se
hallan expresados en dicho espacio, a partir de la valoración de los acontecimientos allí ocurridos;
al mismo tiempo este reconocimiento en muchos casos implica recuperar un texto más amplio, y
proponer una mirada más extensa sobre acontecimientos que fueron reiterativos a lo largo de
nuestra historia, como el exilio.
El sitio propuesto en el presente proyecto está bajo la
amenaza de la desaparición pero es susceptible de recuperar y ser puesto bajo el régimen de
protección de los Monumentos Históricos de nuestro país, además la trascendencia de este proyecto
radica en la futura inversión económica que implicaría la restauración del lugar, evitando la pérdida
del mismo, conservando todos los elementos que tienen valor histórico.
Creemos que todo esfuerzo que implique la
reparación y conservación del lugar es positivo y necesario, para establecer un vínculo permanente
con nuestro pasado y para seguir construyendo nuestro sentido de pertenencia e identidad cultura.
En el año del Bicentenario de la Patria, creemos necesario conectarnos con los sucesos del pasado
que conforman el cimiento de la Nación Argentina, para comprender la realidad social y política
contemporánea.
Cuento para ello con que mis pares en esta Honorable
Cámara de Diputados sabrán comprender los motivos expuestos y acompañarán esta iniciativa.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
FERRA DE BARTOL, MARGARITA | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
GIOJA, JUAN CARLOS | SAN JUAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
CULTURA (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |