PROYECTO DE TP
Expediente 6783-D-2006
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA DESARROLLAR Y FABRICAR INSTRUMENTOS PORTATILES CAPACES DE INCORPORAR EL BIOSENSOR CHAGASICO RECIENTEMENTE CREADO CON EL FIN DE DIAGRAMAR UNA POLITICA EFECTIVA PARA LA ERRADICACION DE LA ENFERMEDAD.
Fecha: 10/11/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 171
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo que, a
través del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación y demás organismos
que considere competentes en la materia, facilite los mecanismos y provea los
recursos necesarios para desarrollar y fabricar instrumentos portátiles capaces
de incorporar el biosensor chagásico recientemente creado por la investigadora
rosarina Claudia Lagier, instrumentos que resultarán de suma utilidad a los
fines de obtener estadísticas ciertas sobre la cantidad y localización de los
infectados por el Mal de Chagas y diagramar una política efectiva para tender a
la definitiva erradicación de la enfermedad.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El Mal de Chagas es una
enfermedad indisolublemente vinculada a las condiciones de pobreza. El mismo
es transmitido por la vinchuca a través de un parásito que se reproduce en el
interior de las células de los tejidos y circula en la sangre. La vinchuca se
encuentra presente en el 70% del territorio nacional, desde el norte del país
hasta el sur de la provincia de Río Negro, y habita preferentemente en
viviendas de áreas rurales con paredes sin revoque, techos de paja no
alisados, así como en como gallineros, corrales y galpones. Por tanto, dado que
las viviendas precarias son el hábitat ideal de la vinchuca, la población más
propensa a contraer la enfermedad es la que vive en condiciones de pobreza.
La ley 22.360 declaró a la
enfermedad de interés nacional, asignándole, dentro de la política sanitaria
nacional, un carácter prioritario a la prevención y lucha contra el Mal de
Chagas y obligó a la autoridad sanitaria nacional a establecer un sistema
nacional de información.
El organismo de referencia en la
realización y coordinación de acciones de investigación, prevención,
producción, diagnóstico y tratamiento del Mal de Chagas, y que concentra la
totalidad de la información referida a la enfermedad, es el Instituto Fatala
Chabén, organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
Según dicho organismo, las
estadísticas de la enfermedad datan del año 1992 y provienen de varones
examinados en el reconocimiento médico para ingresar al servicio militar, con
lo cuál el resto de la población no estaría comprendida dentro de las mismas. A
partir de esos datos, se realizan proyecciones, a nivel país, que arrojan una
cifra oficial de 2.300.000 personas infectadas (7.2% de la población).
Instituciones especializadas en la
enfermedad como la Asociación de Lucha contra el Mal de Chagas y la
Fundación Pedro Echagüe también coinciden en la inexistencia de estadísticas
actualizadas en el ámbito nacional sobre la cantidad de afectados, pero
extraoficialmente manejan cifras que duplican las oficiales (1) .
El CONICET recientemente
destacó que en algunos lugares de la Argentina, la situación en relación al
Chagas retrocedió al escenario que existía a mediados de la década del ’60, y
que más del 60% de las viviendas infestadas se encuentran en áreas rurales.
Así, en zonas rurales del sur de La Rioja, Santiago del Estero, Chaco y Formosa
se registra más del 50% de viviendas con presencia de vinchucas en altas
densidades. Y una de las causas del retroceso es el hecho de haber dejado de
fumigar para eliminar a la vinchuca por falta de presupuesto.
La inexistencia de estadísticas
ciertas sobre el número de infectados tiene como consecuencia el
desconocimiento del estado actual de la epidemia e impide formular cualquier
política sanitaria adecuada al respecto. Resulta imposible diagramar una
política efectiva a fin de tratar a los afectados por el Mal de Chagas y tender a
la definitiva erradicación de la enfermedad si no existen estadísticas ciertas
sobre la cantidad y localización de los infectados por el mismo.
En este sentido, resulta muy
importante la reciente obtención de un dispositivo capaz de, a partir de una
muestra de sangre, reconocer los anticuerpos del Trypanosoma Cruzi -el
parásito responsable del Chagas- y detectar la enfermedad en minutos en
seres humanos.
El biosensor chagásico, creado
por la investigadora rosarina Claudia Lagier -investigadora del Conicet, de la
Universidad Nacional de Rosario y docente de la cátedra de Química Analítica
de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas- y su equipo, obtuvo
dos premios del concurso Innovar 2006 organizado por la Secretaría de Ciencia
y Tecnología de la Nación.
Dicho dispositivo permite
detectar el Chagas más rápidamente y con mayor precisión que los métodos
que se utilizan tradicionalmente en laboratorio. Pero además, y tan o más
importante que la rapidez y la precisión, es que puede utilizarse con un
instrumento portátil, lo que permite trasladarlo con facilidad a zonas aisladas
para realizar las pruebas en terreno.
Para Lagier, el sensor tiene
ventajas respecto de otras tecnologías porque "pueden armarse electrodos
descartables de muy pequeña superficie para ser utilizados con instrumentos
portátiles que caben en la palma de una mano y no necesitan de electricidad
ya que funcionan a batería" (2) . Dado que la científica y su equipo no se
encargan de fabricar el aparato portátil donde se incorpora el sensor, resulta
necesario apelar a las autoridades de Salud de la Nación para que esta
importante innovación “se convierta en un elemento concreto y real de uso
sanitario” (3) .
Podemos decir entonces que el
sensor tiene dos grandes ventajas. Por un lado, “la habilidad de detectar en
sangre las moléculas de defensa que produce toda persona infectada por el
Trypanosoma cruzi con bajas probabilidades de error” (4) , lo que constituye un
gran avance con respecto a algunos de los métodos actualmente utilizados. Y
por otro, que su diseño “permite que los "bioelectrodos" puedan ser utilizados
para realizar determinaciones consecutivas en forma automática” (5) . Además,
el biosensor puede ser reutilizable y resulta potencialmente apto para la
automatización, lo que disminuiría considerablemente los costos y permitiría su
uso en hospitales y bancos de sangre.
El desarrollo de este sensor fue
posible gracias al esfuerzo conjunto del equipo de la Universidad Nacional de
Rosario integrado por Claudia Lagier -a cargo del proyecto-, María Elida Ribone
-investigadora colaboradora- y María Soledad Belluzo -becaria doctoral-, y
profesionales de la Universidad Nacional del Litoral que realizaron los trabajos
de biología molecular, el Dr. Iván Marcipar -investigador responsable- y la Lic.
Cecilia Camussone.
Como señala la responsable del
proyecto, "No nos gustaría que quede como un mero esfuerzo profesional,
eventualmente dedicado al lucro de instituciones privadas; este dispositivo
puede utilizarse concretamente en acciones sanitarias" (6) . Por ello, resulta
imprescindible que el Estado provea los recursos necesarios para aprovechar al
máximo las potencialidades de este desarrollo en la lucha contra la principal
endemia de nuestro país.
Por todo lo expuesto solicito a
mis pares me acompañen en la aprobación del presente pedido de
informes.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
TATE, ALICIA ESTER | SANTA FE | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia) |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | MOCION SOBRE TABLAS (AFIRMATIVA) | 29/11/2006 | |
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 29/11/2006 | APROBADO |