La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su adhesión a la conmemoración del 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sancionada por la Organización de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948, ratificando su firme convicción de que solo en el respeto irrestricto de los derechos esenciales del género humano los pueblos podrán ver realizados sus anhelos de igualdad, libertad y justicia y los Estados darán fiel cumplimiento a los fines para los cuales han sido creados y para los que se han comprometido como miembros de una comunidad internacional que se reconoce en la preservación y garantía de los valores y principios inherentes a la dignidad intrínseca de la condición humana.

Señor presidente:

Es una celebración compartida por todos los pueblos del mundo y por los gobiernos que democráticamente los representan, el hecho de cumplirse el 10 de Diciembre del corriente año el 60º aniversario de la DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, sancionada por la ONU con posterioridad a la finalización de uno de los episodios más escalofriantes y vergonzantes de los que la humanidad tenga memoria.

La segunda guerra mundial, con su impronta genocida y devastadora, dejó un aprendizaje que nunca deberemos olvidar, y que la Organización de las Naciones Unidas, creada como consecuencia de aquella, dejó certeramente explicitado en lo que desde entonces se constituye como una Carta Universal cuyo contenido debe ser exhaustivamente acatado por los Estados que la integran y que persigue la evitación de la reiteración de hechos tan aberrantes y oprobiosos como los que caracterizaron el Holocausto como así también la dignificación ineludible de la persona humana y sus derechos fundamentales, inherentes a su condición de tal.

Nuestro país, que como otros del continente y del resto del mundo, sufrió en numerosas ocasiones, y muy especialmente a partir del 24 de Marzo de 1976, la barbarie que nadie creyó podía volver a repetirse, y que hoy se encuentra curando sus heridas con memoria, verdad y justicia, en el marco de una democracia recuperada que ya lleva 25 años ininterrumpidos- con reconfortante coincidencia de fechas para su celebración- y de una política de Estado que definitivamente ha decidido erradicar la impunidad de los genocidas en la Argentina, acompañando de tal modo un saludable derrotero compartido con gran parte de la comunidad internacional, no puede entonces sino conmemorar con júbilo y honda satisfacción el aniversario de la creación de un instrumento jurídico de alcance universal que consagra para los tiempos la vigencia de aquellos derechos esenciales que jamás debieron haber sido conculcados y que, a no dudarlo, la comunidad argentina se halla dispuesta, como lo ha hecho día tras día, a defender y garantizar.

Vaya entonces en esta celebración el homenaje a todas las víctimas de la irracionalidad genocida, cuya muerte no ha sido vana porque desde su lucha y su militancia por la justicia y los derechos humanos han señalado el camino que nunca más deberá abandonarse, el de la búsqueda de una patria justa, libre e igualitaria, en un mundo globalizado donde la promoción y respeto de los derechos humanos y la Justicia Universal expresen el punto de inflexión que nos asegure , a todos los seres humanos, un futuro mejor.

Por estas razones, Sr. Presidente, solicito la aprobación del presente proyecto.