La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje al Ingeniero Jose Maria Paz asesinado hace cuarenta años en San Miguel de Tucumán en el contexto de la guerra interna que tristemente ensangrentó y dividió a la Argentina en los años setenta. Este homenaje se inscribe en el que la Cámara rinde con carácter permanente a todas las victimas de ese desencuentro argentino.

Señor presidente:

La violencia que ensangrentó y dividió a la Argentina en la década de los años setenta aún tiene secuelas dolorosas. No es mi intención hacer una exégesis de la más que sensible cuestión. Sí, pretendo con este homenaje que la Cámara recuerde a una de las víctimas y en esa memoración se abarque el homenaje colectivo para todos los que dieron o perdieron su vida en aquella época aciaga. Digo todos y es todos, desde el último y más anónimo guerrillero hasta el más olvidado de los soldados o policías que murieron. Sabemos que hubo un inmenso idealismo y también inconmensurable dolor de todas las víctimas. Reitero que mi intención es tratar de contribuir a cicatrizar para siempre las heridas que aún nos separan. Creo que el modo es memoria y justicia para todos y como resultado de ello, la concordia.

Concordia no puede ser criminalizada en nombre de la justicia. Perseguiré la concordia argentina dé o no votos, sea o no censurada o no pueda superar la barrera del prejuicio y los preconceptos.

Creo que la concordia argentina es - o será cuando la logremos definitivamente- un alto valor en sí mismo porque un país unido y que ha saldado sus querellas tiene mejores bases para su desarrollo en todos los planos. Un país en concordia consigo mismo está mejor plantado ante los desafíos que tiene por delante.

Ni por asomo nos entreveramos en ninguna teoría, como por caso la de "dos demonios". Sencillamente hablamos objetivamente de víctimas. Que las hubo en todos los lados y todas dolorosas. Irrefutablemente.

Me permito transcribir textualmente la carta que publicó La Gaceta de Tucumán el 27 de agosto, firmada por la hija del Ing. Paz, Eugenia.

"El 27 de agosto se cumplieron 40 años de la muerte del ingeniero José María Paz.

Era presidente de la Compañía Azucarera Concepción, entre otras funciones que desempeñaba. Desde ese cargo logró la unión de todos los ingenios del noroeste, tarea impensable hasta su tiempo. Él fue víctima de un intento de secuestro por un numeroso grupo de guerrilleros montoneros.

Se vivía en el país un terrible un caos político, social y económico y estos grupos de guerrilla secuestraban y asesinaban personas, para cobrar recompensas y con ellas poder adquirir armas para la guerra que comenzaba. Querían crear una zona liberada en todo el noroeste argentino. O sea quitarnos parte de nuestra Patria,... hoy se niega que todo eso existió. Era el gobierno de María Estela de Perón, elegida en democracia. Paz decía que no se entregaría, pues de nuestra familia no saldría dinero para alimentar aquella guerra.

Vivimos entonces tiempos muy feos, muy amenazados, él y toda la familia. Alguien muy cercano, lo entregó a los guerrilleros. Así, al salir del aeropuerto subió a un taxi, donde a pocos metros lo esperaba una camioneta con un cajón de madera para encerrarlo. Cuando trataron de bajarlo de su auto, vio lo que ocurría y valientemente pudo desprenderse de las personas que lo atacaban. Allí la gente comenzó a darse cuenta de lo que estaba sucediendo, se oyó un disparo, cayó al suelo haciéndose el muerto, pero ellos antes de huir, le disparan a quemarropa, por si de casualidad vivía.

Huyeron, con su plan frustrado. Y él gravemente herido, tirado, con frío, completamente sólo.

Después de 20 días de una terrible agonía, muere. Muere dejando claro el perdón, sabiendo quienes eran sus asesinos, y pidiendo que se encontraran las palabras para las soluciones del país que tanto amaba y nunca las armas. Decía: "nunca las armas". En esos días el ERP secuestró al Coronel Larrabure, a quien durante un año torturaron y asesinaron.

Ese fin de año, fue el asesinato del capitán Viola y de su hijita. Todo esto y mucho más para informarse, de cómo actuaban estos grupos de jóvenes idealistas. Es, hoy, el momento para pedir justicia, verdad y memoria para todas las víctimas.

Quisiera con esto, hacer recordar a los de mi generación y que los jóvenes conozcan parte de la historia que nadie quiere mencionar. Así, pido una oración por todos los que sufrieron, hoy olvidados y dejando heridas incurables en sus familias.

No usamos pañuelos blancos, porque en nosotros, el corazón es celeste y blanco y en silencio, llevamos tanto dolor, a la espera que dichos ataques, sean declarados "delito de lesa humanidad" por una justicia igualitaria. Así, querido papá, quería rendirte junto a los míos, un homenaje, que creo lo mereces, vos y muchísimos más que derramaron su sangre por esta POBRE ARGENTINA." Eugenia Paz"

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