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PROYECTO DE TP


Expediente 6657-D-2014
Sumario: PEDIDO DE INFORMES VERBALES AL JEFE DE GABINETE DE MINISTROS Y AL MINISTRO DE DEFENSA DE LA NACION, SOBRE EL SOSTENIDO INCREMENTO INTERANUAL DEL PRESUPUESTO PARA INTELIGENCIA ASIGNADO A LA JEFATURA DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS.
Fecha: 27/08/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 110
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional en los términos de los arts. 71, 100 inciso 11 de la C.N. para que por intermedio de la Jefatura de Gabinete de Ministros y Ministerio de Defensa, se informe verbalmente a esta Cámara de Diputados de la Nación en sesión secreta, acerca de los siguientes puntos vinculados al sostenido incremento interanual del presupuesto para inteligencia asignado a la Jefatura de Estado Mayor General del Ejército.
Corresponderá en el caso que la señora Presidente de la Nación Dra Cristina Fernández de Kirchner releve del secreto que impone el art. 17 de la ley 25.520 a los ministros inquiridos en el presente pedido de informes y que deberán concurrir al recinto a los fines del art. 33 inc. 3 de la citada norma.
Los ministros deberán informar en orden al siguiente cuestionario preliminar:
1.- Explicitar las razones de oportunidad, mérito y conveniencia que motivaron desde el año 2010 el fuerte aumento de partidas presupuestarias a la Dirección de Inteligencia del Ejército (DIE) en orden al 156 %, mientras que las de la Secretaría de Inteligencia sólo se incrementaron 34 %. Al respecto consignar además las causas por las cuales el gasto de la DIE es el que más se incrementó desde 2007 si se lo compara con lo ejecutado por el Ministerio de Defensa y por el Ejército.
2.- Distinguir entre el monto aprobado en la ley de presupuesto para la Dirección de Inteligencia del Ejército y el que fue efectivamente devengado en los ejercicios 2010 a 2013 y efectuar similar análisis respecto de las Jefaturas de Inteligencia de Fuerza Aérea, Armada y Estado Mayor Conjunto.
3.- Puntualizar si el gobierno nacional ha analizado y considerado hipótesis de conflicto extrarregionales o de desborde del terrorismo o narcotráfico para fundar el notorio aumento del flujo de partidas a la inteligencia militar de la Jefatura de Estado Mayor General del Ejército. Ello, no se compadece con el porcentaje de PIB que la República Argentina destina al gasto de defensa nacional global y que mayoritariamente es destinado a abonar sueldos del personal uniformado y civil de las Fuerzas Armadas. De igual manera el asignado a inteligencia militar supera ostensiblemente al que se estipula para adquisición de materiales y armamentos.
4.- Referir de qué manera las nuevas inversiones en inteligencia militar: drones, visores nocturnos, equipamiento para intercepción de comunicaciones militares y materiales de entrenamiento, son utilizados para hacer inteligencia externa.
5.- Determinar por qué motivos si la ley 25.520 ordena que la Secretaría de Inteligencia debe dirigir el Sistema Nacional de Inteligencia, compuesto por la inteligencia militar (Defensa) y la criminal (Seguridad); hoy la DIE está por encima de todas.
6.- Establecer fehacientemente que en ningún caso la DIE realiza inteligencia interna, dando garantías y probanzas de esta prescindencia para que la cámara de Diputados pueda tener certeza de que se cumple a rajatabla la ley vigente.
7.- Indicar cuáles son los objetivos de la inteligencia táctica operacional efectuada dentro del territorio nacional.
8.- Señalar el número total de personas que prestan servicios en las áreas de inteligencia del Estado Mayor Conjunto y las tres armas, puntualizando respecto de las fluctuaciones en las plantillas desde 1 de enero de 2010 a la actualidad.
9.- Precisar qué porción del presupuesto de Inteligencia del ejército se asigna para tareas inherentes a los archipiélagos y mares australes usurpados por Gran Bretaña.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El reparto presupuestario para las tareas de inteligencia muestra al Jefe de estado mayor del Ejército como un claro ganador. En los últimos cuatro años la presidenta Cristina Kirchner le otorgó una cuota creciente de poder a la Dirección General de Inteligencia del Ejército (DIE), controlada por el jefe de esa fuerza, que no administra hipótesis de conflicto externas, y, en cambio, relegó a la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE), que dirige Héctor Icazuriaga.
Desde 2010, el presupuesto de la DIE creció 156%, en un país sin guerras ni conflictos graves- salvo el inherente a la usurpación de nuestras Malvinas, los otros dos archipiélagos y los espacios marítimos circundantes -, en tanto que el de la SI sólo se elevó 34%.
La paradoja consiste en que la ley de inteligencia 25.520 ordena a la SI investigar como auxiliar de la Justicia temas de seguridad ciudadana, una demanda social urgente: narcotráfico, lavado de dinero, terrorismo, crimen organizado y otros delitos.
Desde la asunción a su cargo de la Jefatura del Ejército, el presupuesto para la DIE pasó de $ 168,2 millones a 431,1 millones en 2014.
En cambio, la SI pasó de 514,7 millones a 689,3 millones en ese lapso: sólo creció 33,93%. Un tercio de la inflación acumulada en cuatro años. Aunque es casi un ministerio: tiene 1850 agentes (en 2003 tenía 2083).
Así lo consignó un informe del Centro de Investigaciones y Estudios Estratégicos (CIEE), que dirige el ex diputado justicialista Miguel Ángel Toma, ex secretario de Seguridad y de Inteligencia y fue publicado el 25 de agosto del corriente por el diario La Nación.
Con esos 431 millones, la DIE supera hoy ampliamente a cualquier cuerpo de inteligencia del Ministerio de Seguridad de los que controla el secretario Sergio Berni. En 2014, el de Policía Federal tiene asignados 203,8 millones; Gendarmería, 244,7 millones; Prefectura, 76,4 millones, y PSA, 45,3 millones de pesos.
La Dirección de Inteligencia Criminal, que coordina a todas éstas, sólo contará con 41 millones, diez veces menos que la DIE.
Todas las direcciones de inteligencia de Defensa (DIE, Fuerza Aérea, Armada y Estado Mayor Conjunto) gastarán $ 626,9 millones este año, las de Seguridad suman 611 millones.
Y de esos 626,9 millones, 431 son de la Inteligencia de Ejército: 68,7%. El 31,3% restante se reparte entre las inteligencias de Fuerza Aérea, Armada y Estado Mayor Conjunto.
La oficina de prensa de Defensa confirmó al diario La Nación el salto presupuestario de la DIE, pero indicó que fue mayor, de 168%. Explicaron que el conjunto del presupuesto de Defensa creció 181%, por lo que la suba de la DIE fue menor. "Dentro del presupuesto de Ejército, la DIE representaba un 4% en 2010 y ahora un 3,8%. Y en Defensa antes era de 1,3% y ahora de 1,2%", dijo la vocera del ministro del área.
Según Toma, esa comparación "no es válida porque el presupuesto de Defensa incluye sueldos de todas las Fuerzas Armadas, que no están incluidos en la partida de la DIE".
Además, agregó, "es diferente equiparse en armamento, uniformes, transportes o municiones, que había un retraso, que hacerlo en equipamiento y tecnología de inteligencia".
Respecto del destino de los recursos y actividades de la DIE, Defensa consignó que no puede informar porque la ley de inteligencia 25.520 resguarda el secreto de ese organismo.
Pero la misma ley ordena que la SI debe dirigir el Sistema Nacional de Inteligencia, compuesto por la inteligencia militar (Defensa) y la criminal (Seguridad). Hoy la DIE está por encima de todas.
Hago propias las opiniones del Doctor en Derecho Horacio Alfredo French, que fueron publicadas por el matutino cordobés La Voz del Interior el día 3 de julio de 2014, las cuales en líneas generales señalan que:
Cinco son los países latinoamericanos que utilizan sus ejércitos en la lucha contra el narcotráfico: El Salvador, Venezuela, Brasil, México y Colombia. Pero sólo este último puede exhibir algunos éxitos resonantes a través del "plan Colombia", que consiste en ayuda económica, institucional, social y militar por parte de Estados Unidos a ese país sudamericano.
No obstante, no hay duda de que estos modelos para afrontar el crimen organizado no son aplicables a la vida política argentina, ya que su sociedad rechaza la utilización de las Fuerzas Armadas en cualquier ámbito.
Las Fuerzas Armadas -a través de la inteligencia militar- tienen un rol muy claro para poder sumarse a la lucha contra el narcotráfico: la obtención de información clasificada proveniente del exterior, obtenida a través de intercambios y cooperación con organizaciones similares de otros países.
Pero para lograr este objetivo habrá que revertir, primero, la falta de confianza en las instituciones argentinas, no sólo en el marco interno, sino también en el ámbito internacional. Porque el problema del narcotráfico es global y no es posible resolverlo en soledad, como lo hacen las autoridades argentinas, que encaran esta durísima lucha con una modesta visión policial, que sin dudas no hace mella al poderoso narcotráfico.
Ahora bien, según datos del portal de Nueva Mayoría correspondientes a 2012, el gasto destinado a la defensa nacional ubicaba a la Argentina apenas por arriba de Guyana y Surinam, con el 0,84 de su producto interno bruto (PIB), mientras que Ecuador -que encabezaba en ese momento el ranking de los países armamentistas- destinó a ese rubro el 3,29 de su PIB; Chile, el 2,27; Brasil, el 1,41, y Colombia, el 2,6, por mencionar algunos casos.
¿Qué se entiende por gastos militares? La Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) lo define como "todos los gastos corrientes y de capital relativos a las fuerzas armadas, incluidas las fuerzas de mantenimiento de la paz; los ministerios de defensa y demás organismos de Gobierno que participan en proyectos de defensa; las fuerzas paramilitares, si se considera que están entrenadas y equipadas para operaciones militares, y las actividades en el área militar".
Agrega: "Dichos gastos incluyen el personal militar y civil, y a las pensiones de retiro del personal militar y servicios sociales; operación, mantenimiento, compras, investigación y desarrollo militares, y ayuda militar (en los gastos militares del país donante)".
O sea, de una rápida lectura se desprende que el presupuesto para la inteligencia militar de las Fuerzas Armadas de la Argentina está contemplado dentro del gasto militar, aunque a juzgar por los magros resultados de su trabajo, no se utiliza o se utiliza muy mal. O lo que es peor, se utiliza con otros fines.
Habrá que ver entonces si el Ejército -a cargo del general César Milani- tiene en sus planes revitalizar los destruidos cuadros de la inteligencia militar para ocuparlos en fines nobles, como es la lucha contra el narcotráfico, el lavado de activos, la trata de personas y la corrupción estatal.
Otro análisis de alto nivel es el que realice el ex canciller argentino Dr. Dante Mario Caputo, quien expresa: "Para medir la desproporción de estos gastos en inteligencia militar veamos algunos datos generales.
En Chile, los montos devengados en 2011 por gastos en personal representaron el 65% del total, mientras que las adquisiciones -compra de equipamiento, incluidas armas- fueron el 24% del gasto. En el caso argentino, para el mismo año, el porcentaje del gasto laboral fue 79% y el gasto en adquisiciones apenas fue 2,2%.
Como se ve, la disparidad más notoria con Chile es en la compra de material militar. En nuestro país resulta claro que el capital con que cuenta el sistema de defensa se reduce años tras año, ya que lo que se adquiere es menos que lo que se pierde por utilización u obsolescencia.
Naturalmente, esta "desinversión" tiene consecuencias importantes en la capacidad de defensa. Por ejemplo, el caza bombardero más moderno que tiene la Argentina es el A4-AR (una versión renovada del A4-M Skyhawk). De los 36 aparatos con que contaban nuestras fuerzas, habitualmente sólo dos son operacionales. Como es imaginable, el resto de nuestra capacidad aérea se encuentra en la misma situación.
Otra manera de evaluar la caída de la capacidad defensiva es el tiempo de vuelo para entrenamiento que tienen los pilotos. En la actualidad, Francia está llegando a las 15 horas mensuales de vuelo y los Estados Unidos entrena a sus pilotos con 12 horas por mes. En nuestro país el tiempo promedio de entrenamiento es de 1 hora por mes. Ese nivel no sólo es bajo para mantener una apropiada capacidad operacional, sino que está en el límite de lo que un piloto debe volar por razones de seguridad personal.
Es probable que estos datos provoquen en algunas personas reacciones del tipo "y para qué queremos a los militares" o "aún si se gastara más no cambiaría nada en nuestra capacidad de defensa". Esas son reacciones entendibles, pero que simplifican y caricaturizan una realidad compleja y difícil de administrar. Un país de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados sin capacidad de defensa es un país en peligro.
Cómo se logra tener una razonable capacidad defensiva con las limitaciones de recursos que contamos, no es algo que tenga una respuesta sencilla. Sin embargo, se puede hacer sin que esto implique que se quiten recursos a otras áreas prioritarias de la sociedad argentina. Tener un sistema de defensa útil no significa que haya que pagarlo con un mal sistema educativo, de salud o de seguridad social. En estas áreas sociales, Brasil o Chile avanzaron considerablemente y no descuidaron, sino más bien lo contrario, su capacidad de defensa.
No tiene sentido el gasto desmedido en inteligencia militar cuando en el área de defensa existen prioridades en las que se juega el mantenimiento de una capacidad mínima para la defensa nacional.
Por lo tanto, el gasto en inteligencia militar es un despropósito cuando se ve la situación del resto de la asignación de los recursos. Es un gasto desmesurado e injustificado para las tareas a las que se dice que está asignado. Cuando se comparan el gasto en equipamiento y el de inteligencia en el Ejército, la desproporción resulta evidente. En 2011, el gasto devengado para adquisiciones de material (artillado y no artillado) fue 71,7 millones de pesos y, el que correspondió a inteligencia, 162,1 millones de pesos.
En una situación en la que no hay, como se las denominaba en el pasado, "hipótesis de conflicto", se gasta más del doble en inteligencia militar que en reequipamiento - tomando en cuenta que este último apenas supera para el conjunto de la defensa nacional el 2% del gasto total-.
Esta tendencia, en lugar de corregirse, se acentúa. El prepuesto autorizado para 2013 destinado a inteligencia aumentó y lo que resulta aún más "incompresible" es que en 2012 había 618 personas dedicadas a esta actividad en el Ejército. ¿Qué inteligencia o espionaje hacen 618 individuos cuando no hay nada que espiar? ¿A qué se dedican? ¿Es una actividad legal? ¿Está controlada por el Congreso a través de la comisión destinada a la supervisión de estas actividades? Para el año 2013 ya no son 618 personas dedicadas a esta inclasificable tarea, sino que son 738.
Resumiendo, los fondos destinados a DIE crecieron desde que la Dra. Cristina Fernández de Kirchner es presidente y con el Tte Gral César Milani al frente de esa área: 87,92% entre 2007 y 2008, 143,84% entre 2008 y 2009, 182,29% entre 2009 y 2010, 210.79% entre 2010 y 2011, 264.77% entre 2011 y 2012, y 332% entre 2012 y 2013. Como indican los números, en cada año de la gestión de Fernández de Kirchner fue creciendo cada vez más, resultando así el acumulado entre 2007 y 2013 en 348,31%.
El punto 9º de este Pedido de Informes es especialmente sensible: la Cámara necesita conocer si se realiza Inteligencia respecto de las islas Malvinas, los otros archipiélagos y los espacios marítimos usurpados, tan enormes como vitales para el futuro de nuestra Argentina.
En breve: estamos frente a un gasto injustificable, en un área de muy alta sensibilidad política y con un monto desproporcionado respecto a otros gastos de alta necesidad.
En virtud de lo precedentemente expuesto, solicito el acompañamiento de mis pares a fin de aprobar este pedido de informes verbales.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
DEFENSA NACIONAL (Primera Competencia)
ASUNTOS CONSTITUCIONALES