La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Instar al Poder Ejecutivo Nacional para que la Secretaría de Transporte conjuntamente con la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial arbitren las medidas necesarias a fin de:

1- Ordenar la reprogramación de los vuelos de cabotaje que operan desde la terminal del área metropolitana durante el plazo de ejecución de las obras de remodelación previstas , a fin de evitar las imprevisiones

2- Coordinar las acciones a fin de perfeccionar el sistema de transporte aerocomercial con las autoridades aeroportuarias y los responsables de las empresas con la finalidad de evitar perjuicios y demoras a los usuarios;

3- Se apliquen las sanciones correspondientes por los incumplimientos contractuales que ocasionaron las demoras, reprogramaciones e imprevisiones en los vuelos, la falta de información y el no traslados de pasajeros.

Señor presidente:

Todos los argentinos hemos vivido la semana pasada las consecuencias y el malestar de la sociedad, producto del caos ocasionado en la terminal aérea metropolitana, como consecuencia de una reprogramación en las salidas y arribos de los vuelos por obras de remodelación en las pistas.

La deficiencia en la prestación de un servicio público y la falta de veracidad en las informaciones y servicios prestados por la empresa Aerolíneas Argentinas, son dos cuestiones fundamentales a resolver por la Secretaría de Transporte.

La previsión es la posibilidad de disponer lo conveniente para atender contingencias o necesidades previsibles. La negligencia de nuestras autoridades, se manifiesta en la ausencia de control de los servicios públicos, así la falta de respuesta ante cientos de personas que quedan varadas en un aeropuerto por las reiteradas suspensiones o demoras en los vuelos regulares produce desorden del que nadie se hace cargo, y del cual milagrosamente nadie es responsable.

La incertidumbre, el malestar y hasta la muerte de un ciudadano ocurrieron como consecuencia de un clima de insatisfacción y descontrol en los usuarios, amén de la pésima imagen que brindamos al mundo.

Todos sabemos que los aeropuertos son la puerta de entrada y salida de un país, y también sabemos que lo primero que ve un turista al llegar a la argentina es la terminal aeroportuaria.

Durante años las obras realizadas en los aeropuertos fueron faraónicas y millonarias, a fin de que, todo aquel que llegara a nuestro hermoso país tuviera la mejor imagen, y se sintiera en un país del primer mundo, pero nos olvidamos de algo fundamental, la prestación el servicio y la calidad del mismo.

Conclusión: Tenemos hermosos y modernos aeropuertos pero no tenemos vuelos, y si los tenemos no se cumplen los horarios prefijados, y ante el incumplimiento nadie es responsable.

Las obras de ampliación que iban a comenzar la semana pasada en el Aeropuerto Jorge Newbery con el fin de ampliar la pista , produjeron la reprogramación de 22 vuelos de cabotaje, sin la suficiente previsión por parte de las autoridades, esa realidad hizo que se vivieran un panorama desagradable.

Señor Presidente, la empresa puede, excepcionalmente, incurrir en una modificación de los horarios y reprogramación de los vuelos, pero cuando esto es una conducta reincidente y arbitraria se transforma en un abuso del derecho, que como es de suponer nadie sanciona y donde el único y habitual perjudicado es el usuario , afectando en forma directa la relación de consumo, empresa de servicio – usuario.

Señor Presidente, el 19 de Octubre, los periódicos de nuestro país reflejaron la situación anárquica que se vivió en la terminal aeroportuaria, consecuencia directa de la imprevisión, por no contar con un control por parte de las autoridades, por no aplicar las sanciones pertinentes por el incumplimiento reincidente de la empresa dominante en el mercado y por ser los usuarios rehenes de un servicio que los perjudica permanentemente y ante la cual el Estado no actúa y es responsable concurrente de la triste realidad.

Por las razones expuestas precedentemente, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto