La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional, y por su intermediario la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Medica (A.N.M.A.T.), a los efectos de ser informado sobre los siguientes puntos:

1- Qué mecanismo de supervisión se efectúa sobre la publicidad o propaganda de medicamentos con condición de venta bajo receta dirigida al cuerpo medico, farmacéutico y/o profesionales de la salud.

2- Qué actuaciones ha tenido la autoridad nacional competente respecto del cumplimiento de las normas que restringen las pautas de publicidad o propaganda de medicamentos bajo la condición de venta libre.

3- Cuántos permisos han sido solicitados para la publicidad o propaganda de medicamentos de venta libre, cuántos han sido rechazados y bajo qué criterios o fundamentos fue o no autorizada la difusión de dichos mensajes publicitarios.

4- En caso de haber sido infringidas las normas específicas sobre la publicidad o propaganda en general sobre productos relacionados con la salud de los consumidores, detállese la cantidad de actuaciones por denuncia o de oficio ejercidas por la autoridad de competente, como así también la aplicación de sanciones previstas por la legislación vigente.

5- Solicitar al Poder Ejecutivo para que a través del Ministerio de Salud, la ANMAT y la Secretaría de Comunicaciones, arbitre los medios necesarios a los fines de desarrollar a nivel nacional una campaña de difusión e información referente a la utilización adecuada, segura y racional del producto medicinal.

Señor presidente:

En un contexto donde nuestra sociedad se encuentra estructuralmente condicionada por el consumo y los medios de comunicación, la presencia de los medicamentos dentro de los espacios de difusión y publicidad toma mayor relevancia, ya que el objeto en cuestión-el medicamento- afecta directamente a la salud y a la vida de las personas.

Una de las principales advertencia que vienen denunciando distintos especialistas y académicos es la proliferación que hubo en el mercado de los medicamentos de venta libre. Por un lado, la presencia de un mayor número de psicofármacos bajo esta categoría incrementa su uso sin la correspondientes supervisión médica. Por otro lado, también estimula a los laboratorios y farmacias a tener más presencia en los medios de difusión por las ganancias millonarias que promete el mercado medicinal.

Según el diario Clarín "En el 2007 la facturación total de la industria farmacéutica en la Argentina fue record, con ventas que ascendieron a 7.597 millones de pesos, según el INDEC. Para este año la proyección es que las ventas de los laboratorios serán aún más altas. Es que en el primer semestre de este año la facturación de la industria fue de 4.437 millones de pesos (en el mismo período de 2007 facturaron 679 millones menos)" (Diario Clarín, 16/11/2008, "La facturación de este año marcara otro record").

En la citada nota periodística Marcelo Perreta, secretario del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital, en relación a la venta de remedios ilegítimos añadió: "Pasó de un reducido 0.5 por ciento del total en 200, a un 3 por ciento en 2004 y al 7 por ciento en 2006 (reconocido por la AMNAT). Mueve 1.100 millones de pesos anuales, según datos del sector". Y agrega: "El 60 por ciento de remedios que se venden en kioscos, supermercados, gimnasios y estaciones de servicios son ilegítimos".

En una sociedad como la de hoy que continua avanzando a la "medicalización", entendida como el uso irracional de los medicamentos y la automedicación, los peligros de la publicidad radican en que las pautas de propagandas con las que operan las industrias farmacéuticas, focalizan sus esfuerzos en la manipulación de los medicamentos como bienes de consumo, y no sobre la información respecto a la capacidad de producir salud que tienen los mismos.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un marco general de "Criterios éticos para la promoción de medicamentos" según los cuales los anuncios dirigidos al público "deben contribuir a que la población pueda tomar decisiones racionales sobre la utilización de medicamentos que están legalmente disponibles sin receta" y de esta manera, sobre la base de la ética y el rigor científico, garantizar una información fiable para los consumidores.

En Argentina, luego de la Reforma Constitucional del año 1994 se encuentra reconocido "el derechos de consumidores y usuarios de bienes y servicios, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; una formación adecuada, y veraz, a libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno" (Articulo 42 de la Constitución Nacional).

El otorgamiento constitucional del derecho a la salud y la información de los consumidores, implicó la asunción de un rol más protagónico del Estado en las relaciones de mercado, como también la definición de una "política nacional de salud que promueva el control de la publicidad de los productos de uso y aplicación humana, como así también diseminar información independiente y creíble y asegurar la calidad de tales productos." (Resolución 20/2005 del ex Ministerio de Salud y Ambiente, actual Ministerio de Salud)

Si bien la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Medica (ANMAT), autoridad sanitaria encargada de establecer los criterios éticos de fiscalización de los mensajes publicitarios dirigidos al público sobre productos medicinales, ha desarrollado importantes avances en la actualización de la normativa vigente, varios especialistas advierten sobre de la falta de control eficaz y ponen especial énfasis en los riesgos que suponen para la población las afirmaciones "encubiertas, engañosas, indirectas, subliminal o deslea"l (1) de la propaganda, incitando a la automedicación o al mal uso de los fármacos.

Según un informe realizado por la Universidad Maimonides y el Instituto Argentino de Atención Farmacéutica (IADAF) y mencionado una nota periodística del diario Clarín se revela que: "tres de cada cuatro argentinos toma remedios sin haber consultado previamente al medico o al farmacéutico (...) el 90 por ciento de los mayores de 18 años consumió analgésicos algunas vez sin ningún control medico. Y que un tercio de la población lo hace una vez al mes". Y continua: "Por cada peso que se gasta en salud, se gasta una suma similar por el mal uso de los medicamentos (por excesos, por mala calidad o por automedicación). De acuerdo a especialistas en salud publica, cerca del 10 por ciento de las internaciones en los hospitales se deben a problemas con medicamentos" (Diario Clarín 16/11/2008, "El 75 % consume sin consultar al medico").

En el blogs.clarín.com, en la Editorial del mes de mayo del corriente año, haciendo alusión al problema del uso irracional de las drogas farmacéuticas se aclara: "Los especialistas advierten que la publicidad de los medicamentos de venta libre debería apuntar hacia la medicación responsable, porque no hay medicamentos inocuo, que no tenga efectos adverso no ninguna contraindicación(...) Además el poder que tiene el mensaje publicitario hoy, en especial la televisión, hace que la gente escuche más a la TV que al especialita, sea profesional de la salud, farmacéutico o visitador medico"

Frente al serio problema de salud pública que significa el crecimiento del uso indiscriminado o el abuso de estas drogas lícitas en nuestro país, se hace necesaria la concientización de la población y las autoridades mismas, sobre los riegos que implica el uso irracional y los beneficios de la medicación responsable.

En un mundo donde el exceso de información muchas veces no hace más que generar una sociedad desinformada, se hace imperioso un mayor control sobre el contenido de los mensajes publicitarios de los medicamentos.

El derecho a la salud es un derecho fundamental reconocido en nuestra legislación por los diferentes pactos con rango constitucional. El Estado no tiene otro deber más que el de asegurar la pureza de las drogas y la eficacia de los medicamentos y promover acciones concretar sobre los riesgo de autoconsumo de medicamentos y de esta manera, proteger y velar por salud de nuestra población.

Por todo lo expuesto es que les solicito a mis pares que me acompañen en el presente proyecto de resolución.