El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1°.- Declárase al año 2017, “Año del Bicentenario de la partida del Ejército Libertador de Los Andes”, en conmemoración de cumplirse 200 años, de que el Ejército Libertador de Los Andes, a cargo del General Don José de San Martín, iniciara el cruce de la Cordillera de Los Andes, para dar comienzo a la Liberación Continental de América del Sur en cumplimiento de la Declaración de Independencia de los pueblos de América del Sur.

Artículo 2°.- Establécese como feriado extraordinario en todo el territorio nacional el día 17 de enero de 2017, en conmemoración del bicentenario de la partida del Ejército Libertador de Los Andes.

Artículo 3°.- El Poder Ejecutivo adoptará las medidas necesarias a fin de que la frase “2017 – Año del Bicentenario de la partida del Ejército Libertador de Los Andes”, sea utilizado en el margen superior derecho de todo documento oficial a utilizar en la Administración Pública Nacional centralizada y descentralizada, así como en entes autárquicos, desde el 1° de enero de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2017.

Artículo 4º.- El Banco Central de la República Argentina dispondrá la acuñación de una moneda de curso legal forzoso de pesos cinco ($5), incorporando como isologotipo el Monumento en homenaje al Ejército de los Andes, ubicado en el Cerro de la Gloria, provincia de Mendoza.

Artículo 5º.- El Correo Oficial de la República Argentina S.A., incluirá en el “Plan de Emisiones de Sellos Postales” de 2017, la emisión de un sello postal conmemorativo al Bicentenario del Cruce de los Andes.

Artículo 6°.- Créase la "Comisión Nacional del Bicentenario de la Partida del Ejército Libertador de Los Andes" que tendrá a su cargo determinar sobre: los objetivos, lineamientos, características y alcances del programa de la celebración del Año del Bicentenario de la partida del Ejército Libertador de Los Andes. Estará integrada por:

• Tres representantes del Poder Ejecutivo, correspondiendo a los Ministros de: Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; de Defensa; y de Cultura.

• Un Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

• El Presidente de la Comisión Parlamentaria Conjunta Argentino Chilena.

• Un Diputado nacional.

• Un Senador nacional.

• Dos representantes de los Rectores de las Universidades Nacionales

• Dos representantes de la Academia Nacional de Historia de la República Argentina;

• Dos representantes de la Academia Nacional Sanmartiniana

• El Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano

Invítase a las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja, a integrar representantes.

Artículo 5°.- El Poder Ejecutivo, en conformidad con el artículo anterior, organizará, coordinará y llevará a cabo conjuntamente con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los actos celebratorios, como también la realización de actividades de difusión, inclusión en las currículas escolares, que contribuyan al recordatorio del bicentenario del Plan de Liberación Continental de América del Sur.

Artículo 6°.- El Poder Ejecutivo Nacional procederá a invitar a los actos celebratorios a los Jefes de Estado y de Gobierno con los cuales mantiene relaciones diplomáticas la República Argentina y primordialmente a los países de Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Colombia, que formaron parte del Plan de Independencia ideado por el Libertador Don José de San Martín.

Artículo 7° - Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a adherir a la presente ley.

Artículo 8° - Para el cumplimiento de esta ley, autorízase al Jefe de Gabinete de Ministros a realizar las reasignaciones presupuestarias correspondientes. La ley de presupuesto 2017 establecerá los montos para dicho período fiscal.

Artículo 9° - La presente ley será reglamentada dentro de los treinta días de su promulgación.

Artículo 10°.- De forma.

Señor presidente:

Por superior decreto del Gobierno Central, San Martín es designado General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, el 18 de enero de 1814, para reemplazar al General Manuel Belgrano luego de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. El encuentro de los dos jefes, que ansiaban conocerse, se produjo en la Posta de Yatasto, Salta, el 29 de enero de 1814, y fue de gran cordialidad, entablándose una amistad que perduró por siempre, basada en un mutuo respeto y reconocimiento de los valores morales que ostentaban.

Durante su estadía en el Norte, tuvo el convencimiento de que insistir por este camino para llegar al Alto Perú e intentar atacar y vencer a los realistas sería tarea sin logros y con una pérdida de tiempo y vidas.

A solicitud de San Martín, el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas, lo designó el 10 de agosto de 1814 Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo. Este nuevo destino le permitiría llevar adelante su Plan Continental: formar un ejército bien disciplinado, pasar a Chile, liberarlo de las fuerzas realistas y, por mar, arribar al Perú y tomar Lima.

No llevaba un mes en Mendoza cuando llegaron noticias de la caída de la Patria Vieja Chilena en la batalla de Rancagua, el 2 de octubre de 1814, en manos de las tropas realistas enviadas por el Virrey del Perú.

Por orden de San Martín, partían hacia Uspallata gran cantidad de auxilios para los refugiados chilenos que emigraban hacia Mendoza, escapando de un escarmiento seguro. San Martín salió al encuentro de los primeros refugiados.

En poco tiempo Bernardo de O´Higgins llegaría a convertirse en uno de los puntales para los proyectos de San Martín y la organización de su gran empresa. Además, entre los dos héroes se cimentó una firme amistad que duraría de por vida.

Se presentaba un dilema para San Martín: implementar una estrategia defensiva por si los realistas cruzaban la cordillera para atacar Mendoza o crear un ejército para cruzar la cordillera y atacarlos en suelo chileno. Los dos aspectos fueron contemplados por el Libertador. En lo primero, estableció un férreo control en todos los pasos cordilleranos, reforzó la seguridad de la ciudad mejorando en número y preparación a las milicias. Ante la posibilidad de una invasión de los realistas por el Paso del Portillo, destacó fuerzas en los Fuertes de San Carlos y San Rafael; concretó las conferencias con los indios pehuenches en el sur; intensificó la guerra de zapa, que le permitió conocer los movimientos de los realistas en Chile; preparó psicológica y emocionalmente a la población, incluso a los niños a través de sus enseñanzas escolares. A lo segundo se abocó sin descanso.

El plan continental sanmartiniano fue aprobado por el Gobierno de Buenos Aires luego de la declaración de la independencia del 9 de julio de 1816. Debemos destacar que la actuación a distancia del Coronel Mayor José de San Martín en las sesiones del Congreso de Tucumán -a través de los diputados de Mendoza, San Juan y San Luis, a quienes el Libertador referenciaba- fue decisiva en la concreción de la declaración de la Independencia. Su posición era tan clara como coherente; era menester declarar la independencia lo antes posible, ya que, la Campaña Libertadora, debía ser llevada adelante por un Ejército regular de un Estado independiente y soberano.

Gobernar la provincia y organizar un ejército casi de la nada, no sería una tarea fácil, pero San Martín con su capacidad, experiencia y visión, se encontró con un pueblo laborioso y dispuesto a colaborar con su gobernador, a quien su aquilatada su reputación lo precedía. Un hombre y un pueblo para un destino glorioso. San Martín se enamoró de Mendoza y siempre la recordaría con profunda nostalgia. Decía que con un pueblo como el de Cuyo todo era posible.

A principios de 1815, el Ejército de los Andes, era “una institución embrionaria”, -dice Otero- que con la franca y decidida colaboración del Directorio, inició su organización. Con la fuerza remanente de Juan Gregorio de Las Heras –auxiliares de Chile─ y contingentes que arribaban de Buenos Aires (dos compañías del Batallón Nº 8 y dos escuadrones del Regimiento de Granaderos a Caballo) se fue nutriendo progresivamente el Ejército de los Andes. Contó desde Buenos Aires con un inestimable apoyo a partir de la gestión de Juan Martín de Pueyrredón en el Directorio Supremo, en 1816. Desde julio de ese año, se comenzó a preparar el Campo de Instrucción de El Plumerillo, ubicado a unos 5 kilómetros al norte de la ciudad de Mendoza. En los primeros días de la primavera pudo ya trasladarse San Martín con todo el Ejército, que requirió vituallas, pertrechos y demás.

Se formó entre la importante colonia inglesa residente en Mendoza, la “Milicia Patriótica de Cazadores”; ordenó la formación en San Luis de un Batallón de milicias; organizó la Justicia Militar y puso a su frente al Auditor de Guerra de la Provincia de Cuyo; Organizó la Vicaría Castrense; organizó los servicios de la Secretaría de la Intendencia de Guerra; la comandancia del arma de artillería y del parque.

En el plano de la sanidad, creó hospitales militares en Mendoza, San Juan y San Luis. También Juntas Sanitarias para controlar los hospitales, cuerpo médico y botiquines de campaña.

Se rodeó de eficientes colaboradores, entre ellos el Fraile Franciscano Luis Beltrán. Por recomendación de O´Higgins, San Martín puso al frente del parque y la maestranza a Jose Antonio Álvarez Condarco, cartógrafo y fabricante de pólvora, encargado de montar una fábrica a tal efecto. Gran parte del éxito del cruce de los Andes se debe a la logística ideada por Beltrán. En el campo de instrucción de El Plumerillo, formó con una rígida disciplina militar y respeto por los valores humanos, a un ejército bien organizado y estructurado.

Luego de dos años de un intenso trabajo y movilización de todas las capacidades de Cuyo, el Ejército de los Andes estaba preparado para la partida hacia la cordillera. Pero carecía de una bandera que lo identificara y bajo la cual marchar hacia la ruta trazada. En agosto de 1816, el General San Martín, había recibido la comunicación oficial de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas y la resolución de que la bandera celeste y blanca fuera distintivo de la nueva nacionalidad. Tomó así la decisión de dar al Ejército su bandera para que pueda ser bendecida y jurada antes de emprender la campaña. Varias damas recogieron la intención del general y concretaron su deseo, con la decisiva participación de religiosas del Monasterio de la Buena Esperanza.

Cuando ya todo estaba listo para iniciar el cruce, San Martín reunió a los generales y jefes de cuerpo y les expuso, mapa por delante, el plan de operaciones, reservándose las fechas y recordándoles las instrucciones de Pueyrredón.

A las 10 de la mañana del 5 de enero de 1817, según la crónica del General Espejo: “...el Ejército con uniformes de gala viene desde El Plumerillo a través de las calles adornadas con banderas y guirnaldas de flores, entre las aclamaciones del pueblo y el cantar sonoro de las campanas. Mientras rompían dianas las bandas de música, de cajas y clarines, la artillería hizo una salva de veintiún cañonazos y el pueblo daba grandes demostraciones de alegría. “¡Soldados: esta es la primera bandera independiente que se bendice en América!” La batió por tres veces, y el pueblo y las tropas lanzaron un estruendoso “¡Viva la Patria!” Y con acento más esforzado agregó: “Soldados: ¡Jurad sostenerla muriendo en su defensa como yo lo juro!” “¡Lo juramos!”, respondieron todos a una voz.

El cruce de los Andes ha sido estudiado y admirado por prestigiosas academias militares del mundo. El padre Guillermo Furlong, quien estudió en profundidad la vida y obra del Libertador, decía: “Ni Wellington ni Nelson, a quienes tanto admiré en mi niñez, ni Alejandro Magno ni Julio César, por quienes sentí la más viva admiración en los días de mi juventud, ni tantos otros varones heroicos y guerreros afortunados de cuyas hazañas me he informado, en etapas diversas de mi ya larga vida, me han impresionado tan profundamente, tan sensiblemente y tan noblemente como me han impresionado, y me impresionan, el espíritu, el carácter, el temple, la conducta y la actuación toda del general José de San Martín”.

El Ejército de los Andes inició su marcha hacia la cordillera en columnas que partieron en fechas escalonadas, comenzando la primer partida el 6 de enero de 1817 desde el Plumerillo, Mendoza. Estuvieron organizadas en cuatro columnas secundarias y dos principales. Las columnas secundarias, desde el norte, fueron: 1°) por el Paso de Comecaballos (La Rioja), al mando del Tte. Cnel. Don Francisco Zelada el 15 de enero de 1817; 2°) Paso Guana (norte de San Juan), al mando del Tte. Cnel. Don Juan Manuel Cabot el 12 de enero 1817; 3°) Paso El Portillo-Piuquenes (Tunuyán, Mendoza), al mando del Comandante Don José León Lemos el 19 de enero de 1817 y 4°) Paso El Planchón (Malargüe, Mendoza), al mando del Cnel. Don Ramón Freire, el 14 de enero de 1817. Las dos columnas principales fueron: 5°) La expedición mayor es la columna de San Martín por el Paso de los Patos, parte del Plumerillo el 17 de enero de 1817 con Miguel Estanislao Soler en la vanguardia, Bernardo O´Higgins saliendo el 21 de enero de 1817 con el centro del ejército, sigue José Matías Zapiola al comando del Regimiento de Granaderos, luego la retaguardia con su jefe Pedro Regalado de la Plaza. El 25 de enero de 1817, sale la última agrupación, al mando del General en Jefe: Capitán General Don José de San Martín, para incorporarse al Ejército en marcha, llegando juntos a San Felipe (Chile) el 8 de febrero de 1817. 6°) Por el paso de Uspallata, cruza a Chile la división al mando del Cnel. Don Juan Gregorio de Las Heras, que había salido el 18 de enero de 1817 del Plumerillo.

Las tropas debieron operar en un frente de 800 km, con un ancho de zona montañosa de 350 Km, flanquear alturas máximas de 5.000 msnm, con un recorrido mínimo de 380 Km y máximo de 750 Km.

Podemos resumir la imponencia de esta empresa militar con las palabras de Mitre: “EL PASO DE LOS ANDES ES, COMO COMBINACIÓN ESTRATÉGICA, UN COMPUESTO DE ATREVIMIENTO, DE OBSERVACIÓN Y DE CÁLCULO, QUE EN SU CONJUNTO ASOMBRA, Y ANALIZADO SE ADMIRA Y SE IMPONE POR LO CONCRETO DE SU CONCEPCIÓN Y LA EXACTITUD DE SU EJECUCIÓN”.

El sacrificio que significó trasponer los pasos cordilleranos, se vio coronado por el triunfo en la Batalla de Chacabuco, en la cuesta del mismo nombre, en el valle del Aconcagua, el 12 de febrero de 1817. Libre el camino a Santiago, San Martín entró triunfante junto al Brigadier Bernardo O´Higgins, rodeados de un pueblo pletórico de júbilo.

Ofrecido el cargo de Director Supremo de Chile a San Martín, éste, con su habitual delicadeza, lo declinó y expresó que correspondía al Brigadier Bernardo O’Higgins. Al asumirlo éste, dirigió una proclama al pueblo en la que constaba: “LOS HIJOS DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL RÍO DE LA PLATA, DE ESA NACIÓN QUE HA PROCLAMADO SU INDEPENDENCIA COMO FRUTO PRECIOSO DE SU CONSTANCIA Y PATRIOTISMO, ACABAN DE RECUPERAROS LA LIBERTAD”.

Las tropas realistas que huyeron hacia el sur de Chile, después de Chacabuco, fueron reforzadas por tropas enviadas desde el Perú e iniciaron un avance hacia Santiago. En la noche del 19 de marzo de 1818, lograron sorprender al ejército patriota acampado en Cancha Rayada.

Luego de unos días y calmados los espíritus del amargo trance, ya estaba en marcha la recuperación de las fuerzas y el ejército unido argentino-chileno, recuperado, dio un día de gloria a la causa de la independencia. La victoria de Maipú, marcó un antes y después en la guerra de la independencia de los pueblos de Sudamérica. Cuando la noticia llegó a Bolívar, éste expresó: “La hora de América ha llegado”. Su repercusión se extendió a todo el continente, la noticia cruzó el Atlántico y conmovió a las naciones europeas, donde se ajetreaban los esquemas de poder.

Asegurada la libertad de Chile, se aboca a la preparación de la Expedición Libertadora del Perú. Gobernó con el título de Protector de la Libertad del Perú, declarando su independencia el 20 de julio de 1821. Desarrolló una ardua gestión política y administrativa, al tiempo que acciones militares para liberar al Perú de las fuerzas realistas.

Luego de la Entrevista de Guayaquil en Julio de 1822, aparentemente sin llegar a un acuerdo, San Martín renuncia al mando de su ejército y deja al General Bolívar la gloria de concluir la guerra de la independencia. Regresa a Lima, convoca al Congreso Nacional y ante él renuncia al cargo de Protector del Perú en setiembre de 1822. Regresa a Chile y luego pasa a Mendoza, donde se entera del fallecimiento de Remedios, su esposa. Decide partir hacia Buenos Aires, donde luego de rendir un homenaje en el mausoleo que guarda sus restos, parte hacia Europa llevando a la pequeña Mercedes de apenas 7 años, alejándose de tanta malicia y calumnias para descansar alejado en algún rincón del viejo mundo. Así comienza la etapa europea del Libertador, en la que nunca estuvo ajeno a los acontecimientos políticos que convulsionaban las naciones sudamericanas, informándose por los diarios y las visitas de compatriotas que ansiaban conocer al Libertador de América.

Fiel a su máxima: “Serás lo que debas ser o no serás nada”, su conducta jamás se alejó de este principio. Su vocación fue la libertad de los pueblos, y su bienestar, con la forma de gobierno que cada uno se diera. Fue un forjador de naciones, sin ambiciones políticas ni partidismos. Despreció homenajes y premios, llevó una vida austera; su renunciamiento en Guayaquil, fue una de las más grandes y nobles expresiones de su integridad moral, llevándolo a los más altos peldaños en el pedestal de los héroes americanos.

Debo un agradecimiento a las Asociaciones Culturales Sanmartinianas de la Provincia de Mendoza, aprovechando la ocasión para hacerles llegar un reconocimiento por la labor realizada.

Entendiendo la importancia que tuvo el General Don José de San Martín para llevar a cabo la Independencia de nuestra Patria y la de América Latina, consiguiendo la libertad en la que hoy nos encontramos inmersos todos los habitantes del suelo argentino, y en vistas de que el año 2017 será el bicentenario de la ejecución del memorable Plan Continental que lo llevó a cruzar la cordillera, es que siento la gran responsabilidad y obligación de presentar este proyecto para conmemorar y honrar al Padre de la Patria, solicitando a mis pares la aprobación del mismo.