El Senado y Cámara de Diputados...

LEY DE DEFENSA DEL FOMENTO DE LA PRODUCCION DEL CINE DOCUMENTAL INDEPENDIENTE SIN REQUERIMIENTO DE ANTECEDENTES PREVIOS

Art. 1: El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales deberá asegurar el otorgamiento de subsidios para la producción de cine documental independiente sin requerimiento de antecedentes de los realizadores.

Art. 2: Confórmense los Comités de evaluación de proyectos documentales con representantes de las asociaciones del sector, seleccionados democráticamente en su seno.

Art. 3: Adjudíquese al fomento de cada producción de cine documental independiente -sin requerimiento de antecedentes- un subsidio equivalente al 10% del costo de una Película Nacional de presupuesto medio.

Art. 4: Otórguese para la difusión de las películas de cine documental independiente el equivalente presupuestario asignado a su producción.

Art. 5: De forma.

Señor presidente:

El evidente crecimiento de la producción de cine documental nacional de 2007 a esta parte se explica por la lucha desarrollada durante años por los realizadores ligados a este arte, que culminó con la aprobación de la Resolución 632/2007/INCAA.

Esta normativa que instauró el régimen actualmente conocido como "Vía Digital" significó la superación -en el sector documental- de la barrera de acceso al fomento que imponía la exigencia de antecedentes en los planes de fomento del INCAA, exigencia que operaba como un mecanismo de auto adjudicaciones entre una casta pequeña dominada por intermediarios.

Por primera vez se permitía el acceso a los fondos de fomento estatales -destinados al documental- para los miles de egresados de escuelas de cine y de medios audiovisuales (1) , así como para la importante camada de realizadores que venían produciendo sin fondos estatales desde la década del 90 y que se había multiplicado exponencialmente a partir de 2001. (2)

Esta conquista de los documentalistas es hoy "antecedente" para aplicar a otras vías de fomento que adjudican montos mayores. Se ratifica así el espíritu democrático que tenía su impulso original: una ampliación de derechos que facilitan el surgimiento de nuevos creadores cinematográficos.

Además, con la lucha de los documentalistas se logró la necesaria separación de criterios para una evaluación diferenciada de los proyectos documentales, que anteriormente eran evaluados con los mismos criterios y por los mismos comités que evaluaban los proyectos de ficción. Para tal fin, mediante la Resolución 633/2007, se crearon los Comités de Evaluación de Proyectos Documentales integrados en forma paritaria por un representante de cada una de las asociaciones de documentalistas.

Con esta conformación de los comités con representantes electos por los documentalistas se garantizó la transparencia en la asignación de subsidios y una pluralidad ideológica desprovista de todo compromiso político con la gestión de turno del INCAA, como del Gobierno Nacional. Como consecuencia de este paso de independencia en la evaluación de proyectos, se ha logrado que la realidad documental del presente y del pasado, resulte expresada desde diversas visiones políticas, culturales y artísticas de la sociedad.

Aun cuando a partir de la Res 982/2013/INCAA se otorgara el poder de la designación de los Comités de Evaluación de Proyectos Documentales al Consejo Asesor del INCAA, la realidad ha hecho que continúen conformándose dichos cuerpos por iniciativa, elección y propuesta de las asociaciones de realizadores. Es por eso que queremos institucionalizar este método con este Proyecto de Ley.

Estos dos factores fundamentales -el otorgamiento de un fomento específico para documentales de realizadores sin antecedentes y la conformación de comités democráticos e independientes- son los que explican el exponencial crecimiento de la producción documental. Un análisis en principio cuantitativo del período que va desde 2009 -cuando comenzaron a estrenarse las primeras películas producidas por Vía Digital- hasta 2013, arroja este esclarecedor resultado: de 551 largometrajes estrenados en el país 191 fueron documentales, de los cuales más de un 90% fueron proyectos de la Vía Digital.

Es importante recalcar que este abultado porcentaje que las producciones de la Vía Digital ocupa en la producción de cine nacional, se produce con una pequeñísima parte del presupuesto total del INCAA: su erogación anual nunca superó el 3% de su presupuesto.

El promedio de casi 50 largometrajes documentales estrenados por año es hoy una reconocida referencia para muchos países latinoamericanos y de otras regiones, y es lo que explica que el cine documental argentino sea actualmente premiado y reconocido en distintos festivales y foros audiovisuales. (3)

Para conservar este avance progresivo son necesarias una serie de medidas que lo ratifiquen por ley y garanticen sus aspectos democráticos, su continuidad económica y su independencia política. Resulta imperioso también establecer un mecanismo de actualización periódico de los montos asignados para el subsidio de Vía Digital acorde a las necesidades básicas mínimas para hacer posible una producción, fijando este en el equivalente al 10% del Costo Medio de una película nacional.

Desde la implementación de estas resoluciones la producción documental ha crecido al punto de representar en el año 2013 casi la mitad del total de la producción cinematográfica nacional (82 documentales sobre un total de 166 películas nacionales). Sin embargo, la distribución y exhibición cinematográfica (4) de estas valiosas obras, al no contar con apoyos a su difusión y exhibición, queda librada a las leyes de un mercado abiertamente dominado y monopolizado por las grandes majors americanas y de los multimedios nacionales. Con suerte, a veces los films logran obtener quince días de cartel en alguna pantalla oficial que, no obstante, es insuficiente y manejada arbitrariamente en lo que hace a la programación y a los horarios. Por otro lado, esto se da casi exclusivamente en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, ya que son muy pocas las oportunidades de estrenar en otras regiones del país.

Para que la producción documental independiente cuente con instrumentos de financiamiento para su difusión, distribución y exhibición, resulta necesario que se el INCAA otorgue un monto equivalente al de su producción destinado a tales fines.

Este proyecto de ley tiene un sentido transicional. Es un paso para permitir que el estado actual de realización cinematográfica no retroceda en lo que respecta al ingreso de nuevos actores y para que las películas puedan encontrarse con su público. La libertad de creación cinematográfica debiera contar con un importante presupuesto estatal de fomento que garantice condiciones materiales y laborales para la realización, y una total independencia de la intermediación de intereses capitalistas que limitan la expresión a un examen permanente del lucro. Un gobierno de trabajadores dará un gran impulso al desarrollo de la cinematografía, como una de las ramas más importantes del arte y la cultura contemporánea.

Por ello, llamamos a los señores diputados a acompañar este Proyecto de Ley.