La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio al artero ataque físico recibido por el Diputado José María Díaz Bancalari el día 7 de febrero del corriente, que no solo vulnera la actividad legislativa sino que lesiona también la vida institucional argentina atento a las circunstancias públicas en que tal ataque se produjo.

Señor presidente:

El día 7 de febrero del corriente, cuando salía de la Casa de Gobierno, el diputado nacional José María Díaz Bancalari fue agredido físicamente por un grupo de personas que pretendían representar a ex Combatientes de Malvinas.

Estos hechos se produjeron luego de la reunión que mantuviera la Sra. Presidente Dra. Cristina Fernández de Kirchner con representantes de todo el arco político, gremial, cultural y social de la república, y en la que anunciara la denuncia que efectuara el Estado Argentino ante Naciones Unidas con motivo de la militarización que está efectuando Gran Bretaña en el Atlántico Sur, que se suman al incumplimiento de las resoluciones de ese organismo relativas a las negociaciones que esa nación debe mantener con nuestro país relativas a la soberanía sobre las islas.

En el mismo acto la Sra. Presidente anunció la creación de un hospital especializado para atender todas las patologías de los ex combatientes y sus familiares.

Por todo ello el ataque sufrido por el diputado nacional Díaz Bancalari implica no solo una agresión al mismo, sino una clara manifestación de intolerancia y oposición a las causas comunes y valores que congregan a todo el pueblo argentino y por lo tanto lesionan sus instituciones.

La vida republicana de un país implica que las controversias existentes en su seno deben resolverse de forma pacífica dentro de sus instituciones de modo que cualquier manifestación de violencia ejercida contra un integrante de los Poderes de la Nación debe ser decididamente rechazado, ya que esa práctica nos retrotrae al tiempo oscuro de nuestra historia al que casi treinta años continuados de democracia han afortunadamente superado.

El ejercicio impune -desenfadado y público- de la intolerancia contra un integrante del Poder Legislativo en las puertas de la sede del Poder Ejecutivo significa aceptar que la política no es el medio más idóneo para conducir las contradicciones de una sociedad, por lo que ante el hecho consumado corresponde nuestro enfático rechazo.

Por lo expuesto, solicitamos la aprobación del presente proyecto.