La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Manifestar el desacuerdo a las medidas económicas en materia fiscal y de comercio internacional, que entraran en vigencia a partir del mes de febrero del año 2012, ya que estas puede afectar las líneas de producción de las empresas nacionales, desencadenando un incumplimiento en los compromisos de exportación de productos y desestabilizando, aun más, la balanza comercial.

Señor presidente:

Resulta llamativo que sectores oficialistas hayan justificado la controvertida resolución general 3252 de la AFIP en la necesidad de proteger la producción nacional que consiste en el permiso previo que, desde febrero, exigirá la Aduana para dar curso a toda compra de insumos o bienes importados comprometiendo la actividad de empresas industriales y comerciales, muchas de las cuales ya venían sufriendo presiones para postergar importaciones o pagos externos.

Con esta medida, el Gobierno se arroga el derecho de qué, cuánto, cuándo y cómo importar. Este freno implícito llegará a todas las cadenas productivas, a lo que se suma la proliferación de controles oficiales y sellos de autorización a los sistemas logísticos. Además, es importante destacar que, merced a estas medidas, no se contará con muchos insumos importados en tiempo y forma, que no se producen en el orden nacional, pudiendo paralizar las líneas de producción y al incumplimiento de los compromisos de exportación.

En realidad, los nuevos requisitos apuntan al objetivo oficial de "administrar" el comercio exterior, un eufemismo utilizado para justificar intervenciones estatales que eviten un mayor deterioro del superávit comercial y del stock de reservas del Banco Central, que equivalen a algo menos de un año de importaciones.

En todo caso, estos controles abarcan un universo mucho más amplio que los 600 rubros "sensibles" protegidos por licencias no automáticas de importación y los permisos previos para el resto pasarán por varios filtros oficiales de los que se tiene poca información.

Argentina, como la mayoría de los países, no se autoabastece de todo lo que produce, comenzando por muchos proyectos promocionados como de "sustitución" de importaciones. Como consecuencia de ello el sector industrial en su conjunto presenta un déficit comercial estructural. Así, la pretensión de controlar todas las importaciones puede desembocar en riesgos peores que los que se quieren evitar.

El control de importaciones propiciado por la Secretaria de Comercio Interno no solo afecta las líneas de producción de muchas empresas, sino que además obliga a algunas empresas ajustar los stocks, afectando por lo tanto la productividad y, en última instancia, el nivel de empleo. Por otra parte, el exceso de burocracia puede terminar alentando el contrabando y alentando casos de corrupción. Y, lo más relevante a mediano plazo, incide de manera negativa en las inversiones privadas debido a la mayor incertidumbre en la provisión de insumos.

Es por lo expuesto, Sr. Presidente, le solicito la aprobación del presente proyecto de declaración