El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1°: Dispóngase que en aquellos Servicios Públicos de Pasajeros de larga distancia, sean éstos aéreos, terrestres o marítimos, que brinden el servicio de proyección de proyecciones audiovisuales, se proyecten exclusivamente proyecciones audiovisuales producidas en la Argentina, sean estas llevadas adelante por productoras argentinas o por productoras mixtas, una de las cuales será de nacionalidad argentina.

Artículo 2°: La autoridad de aplicación será el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (I.N.C.A.A), quien decidirá cuales serán las proyecciones audiovisuales proyectas en los Servicios Públicos de Pasajeros de larga distancia, y a su vez será la encargada de la distribución gratuita del material fílmico a ser exhibido. Las producciones audiovisuales que se encuentren en dominio público quedarán a disposición para ser proyectadas.

Artículo 3°: La selección de las proyecciones audiovisuales deberá hacerse mediante un criterio que garantice ecuanimidad y privilegie aquellas proyecciones audiovisuales que toquen temas históricos o de interés nacional, que promuevan la diversidad de la expresión cultural de las distintas regiones de la Argentina, la observancia de la paz y el mantenimiento de los valores fundamentales de libertad, igualdad, solidaridad y tolerancia.

Artículo 4°: La disposición precedente debe ser exhibida para conocimiento del pasajero, dando lugar su incumplimiento a la aplicación de la Ley de Protección de Consumidores por prestación de servicios.

Artículo 5°: La autoridad de aplicación fijará las sanciones para quienes no cumpliesen con la normativa de la presente ley.

Artículo 6°: Todo el material que se exhiba deberá contar con subtítulos en español.

Artículo 7°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

El proyecto que hoy presentamos comparte el espíritu de la reglamentación que garantiza un cupo de cine argentino en las salas cinematográficas, así como el de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Busca ser un aporte en la promoción del pluralismo en la producción local, así como la protección de la identidad nacional -en el marco pluricultural de todas las regiones que integran la República Argentina. Es también objetivo de esta ley, avanzar en la formación cultural de los habitantes de la República Argentina en el marco de la integración regional latinoamericana.

No es en vano discutir acerca de las dificultades de hablar acerca de una "cultura nacional", máxime en un país con raíces tan heterogéneas como lo es la Argentina. Sin embargo es también cierto que las obras culturales de toda la humanidad han estado arraigadas en las costumbres e historias de un grupo social que realiza su vida en un territorio determinado, con una historia particular que, si bien puede encontrar paralelos en otras latitudes con las cuales se encuentra relacionada, es una experiencia única e irrepetible. Las obras culturales son a su vez un reflejo y una fuente de reproducción y transformación del acervo cultural de un país, es una forma mediante la cual el hombre humaniza el mundo mediante el trabajo, lo que necesariamente se manifiesta en un marco espacio-temporal.

En la constelación cultural de nuestro país el cine ocupa un lugar de privilegio. Tanto por su historia, como por ser una de las industrias culturales -tal vez solo comparable con la música- que más impacto tiene a la mayoría de la población. El valor del cine como narrador de historias nos recuerda que aunque vivamos tiempos de mundialización de la cultura, es esencial que las historias de nuestra tierra tengan un espacio que favorezca su crecimiento, un lugar desde el cual sea posible emitir su voz al mundo.

Desde una perspectiva utilitarista -aunque no por ello menos válida- es imposible negar que todo impulso al cine nacional constituye una fuente de trabajo para escritores, directores, actores, montajistas, diseñadores, técnicos, vestuaristas y cuanta mano de obra necesita una industria tan compleja como la del cine. Proyectar cine nacional es promover la producción y difusión de contenidos audiovisuales propios. El presente proyecto tiene la intención de multiplicar la cantidad de pantallas para el cine nacional.

En lo que respecta a números, observamos que los esfuerzos realizados en la última década tienen como resultado un importante crecimiento de la producción local. Según el Departamento de Estudios del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (D.E.S.I.C.A.), se pasó de 37 títulos nacionales estrenados en el año 2002, a 104 en 2011. Sin embargo -y esta es la preocupación que motiva este proyecto de ley- a pesar de que hubo un crecimiento progresivo tanto en la cantidad de espectadores como en la presencia de películas nacionales en la programación total, dicho desarrollo no se traduce de manera proporcional en ambos.

En ese sentido, se avanzó en la presencia de proyecciones audiovisuales nacionales en la programación total de un 26% en 2006 a un 30,99% en el 2011. Sin embargo, la cantidad de espectadores de cine nacional fue de un 10,76% a 7,16%, sin haber una tendencia clara en cada año, sino que depende de que se hayan dado éxitos de taquilla. Éste es el caso de "El Secreto de sus ojos" que, estrenada en 2009, tuvo dos millones y medio de espectadores, llevando el porcentaje de películas argentinas a 15,79%. Dicha película gozó de mucha difusión en los medios de comunicación -tanto públicos como privados- por su excelente calidad, pero también por la atención generada al haber recibido el premio Oscar a mejor película extranjera.

Una de las respuestas a la incógnita acerca del desfasaje señalado, es que el cine nacional tiene una difusión considerablemente menor al cine extranjero, especialmente al estadounidense -que ocupa el 80% de las pantallas y está siendo constantemente promocionado por la televisión. Esto se suma a un prejuicio extendido que asigna al cine argentino características como lentitud y previsibilidad que lo vuelven menos atractivo. Sin embargo estos adjetivos, que tal vez sean justos para una etapa particular del cine nacional, no lo son en absoluto para la producción actual, de la que se encuentra alejado el público masivo. Consideramos que con buena difusión, puede progresivamente revertirse esta distancia entre la población y su creciente producción cultural.

Durante de tres décadas de neoliberalismo y sistemática promoción de lo foráneo y desvalorización de lo nacional, el cine argentino ha constituido una trinchera de resistencia cultural, en la cual se retrataron más de una vez los efectos sociales de las políticas económicas ortodoxas. Hoy atravesamos un proceso de continua transformación y revalorización de nuestro país y su producción, en cuyo camino es necesario y posible proteger el cine argentino local de la ingente producción de los centros culturales a nivel mundial. Desde este humilde aporte, estaremos ayudando desde la legislación a que se produzca un reencuentro entre el pueblo argentino y su cine.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación de este proyecto de ley.