La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su reconocimiento a la trayectoria cultural de Susana Zubillaga, profesora de música destacada en dirección coral, al haberse conmemorado el 70° aniversario de su natalicio, el 15 de agosto de 2010.

Señor presidente:

I. ¿Una vasco-argentina en el canto coral del Chaco? (1)

Familia Zubillaga: de Gorriti a la Argentina

En el valle de Larraun, en el norte de Nafarroa, se encuentra el pequeño pueblo Gorriti, de no más de cien habitantes. El centro del poblado es la Iglesia de San Bartolomé, alrededor de la cual se construyeron todos los caseríos que datan del siglo XVIII. Desde allí puede verse la ermita de Santa Bárbara ubicada en lo alto de un monte, donde se supone se erigía el antiguo castillo de Gorriti que servía de defensa contra los guipuzcoanos.

Aquí nació Simón Zubillaga, quien se casó con María Duplá, nativa de Iparralde. Vinieron a la Argentina a principios del siglo XX y se radicaron en Rawson, Provincia de Buenos Aires, para dedicarse a las tareas del campo. Tuvieron cuatro hijos. María falleció cuando el mayor, Pedro, tenía 12 años; y su hija menor, apenas 5.

El primogénito se abrió camino a los golpes. Se casó con María Elvira Rubiolo Bidave -cuyos padres eran propietarios de la Estancia 'El farol'- y, el 15 de agosto de 1940 en Capital Federal, nació la única hija de este matrimonio: Susana Zubillaga.

Infancia y juventud en Buenos Aires

La familia vivió en Rawson hasta que la niña cumplió seis años; luego se mudaron a Chivilcoy y después a Ramos Mejía. Su padre tenía un importante taller -era mecánico tornero-, pero 'lo perdió porque lo estafaron, como corresponde a un vasco confiado'. Vivieron un tiempo con sus tíos maternos que eran propietarios de un tambo en el interior de la provincia, hasta que Pedro Zubillaga consiguió trabajo en 'La Cantábrica'. Volvió a montar su propio taller donde fabricaba cocinas y lavarropas.

Susana realizó sus estudios primarios en la Escuela N.º 17 de Ramos Mejía. Los secundarios en el Colegio Nacional de Morón y en la Escuela Normal Nacional de San Justo, de la cual egresó como Maestra Normal Nacional. En forma paralela, estudiaba música con un profesor particular desde que tenía 13 años.

En esa Escuela Normal conoció a quien considera su maestro: Roberto Saccente, y fue donde nació el famoso Coral Femenino de San Justo, del cual fue coreuta fundadora.

Sus estudios terciarios los llevó a cabo en el Conservatorio de Música de Morón, recibiéndose de profesora de piano y cursando Dirección Coral. Contaba entonces con 24 años. Dirigió el Coro de Niños de La Matanza y el de Ramos Mejía. En 1967 la contrataron para organizar el coro de la empresa Chrysler, siendo éste el primer coro de una fábrica en el país.

Fue una época de trabajo duro. El fallecimiento de su padre obligó a Susana a hacerse cargo de la empresa familiar, lo que no la separó de su vocación musical. Realizó un posgrado de Investigación Docente y luego fue profesora de dicho Centro de Investigación en Educación Estética. Allí organizó el Coro Femenino de Docentes.

Un hogar en el Chaco

Se casó con Pedro Rodríguez en marzo de 1970 y a fines de ese año nació su primer hijo, Fernando Pedro. Decidieron vender la fábrica y su esposo se dedicó a la construcción, mientras ella seguía dirigiendo 'sus' coros. En busca de un futuro más promisorio, él se presentó a un concurso anunciado en un periódico local solicitando un contador en la fábrica de tanino Welbers, de la localidad de La Verde, un pequeño pueblo del interior del Chaco a más de cien kilómetros de su capital, Resistencia. Pedro aprobó el concurso de ingreso y vinieron al Chaco, una provincia del noreste argentino que si bien se presentaba promisoria entonces, distaba mucho de cualquiera de las urbes del gran Buenos Aires.

Dos años más tarde Pedro obtuvo un trabajo en la empresa Firestone de Resistencia, y se trasladaron de inmediato. Ese mismo año nació el segundo hijo del matrimonio, Pablo Sebastián. Aquí se le presentaría a Susana la posibilidad de regresar a trabajar en su vocación. Es así que por insistencia de un amigo que habían cosechado en La Verde, el Dr. Gusalli Rodríguez, visitó a la directora de Cultura de la Provincia, Profesora Yolanda Pereno de Elizondo con un proyecto especial: crear el Coro de Niños de la Provincia del Chaco. De esta etapa, Susana Zubillaga nos cuenta:

'...tomé mi currículo y fui a ver a la Yolanda, que a pesar de ser una persona desconfiada y perfeccionista, a mi no me pidió ni los títulos. Le presenté el proyecto y quedó encantada con él. Pero para que saliera lo peleamos las dos juntas, íbamos en mi 'rastrojero' de un lado al otro entrevistándonos con funcionarios para que lo aprueben. El 31 de mayo del 74 salió definitivamente.'

Ahí comenzó un derrotero por las escuelas de Resistencia convocando a niños, incentivando a docentes y padres a participar. Y el resultado fue más que satisfactorio: se reunieron 82 niños entusiastas, y se conformó una comisión de padres que colaboraron en todo: Meli Fenoglio, Raquel Salas, Juan Carlos Conti, Tomas Inda, Dr. Robles, Ing. Murad, Napoleón Beveraggi, y varios más.

Yolanda Pereno de Elizondo, la directora de Cultura de la Provincia, y directora del premiado Coro Polifónico de Resistencia, no fue nunca a escuchar un ensayo. Entregó su confianza en esta mujer vasco-argentina y en sus manos puso una porción importante de su prestigio. Y la vasca Zubillaga no la defraudó: el Coro Oficial de Niños Cantores del Chaco hizo una magistral presentación el 23 de noviembre de 1974 en el Salón de Actos del Colegio Industrial de la ciudad de Resistencia. Inició así un camino plagado de éxitos.

La actividad coral

Susana Zubillaga no se quedó en eso. Fue mucho más lejos. Tres años más tarde de la gran actuación inaugural del Coro Oficial de Niños Cantores del Chaco, creó el Coro Iniciación para los más chiquitos y el Coro Santa Cecilia - 1977-, como para darles continuidad de seguir cantando a quienes formaban los otros coros y pasaban cierta edad. De esta forma, dirigía en forma simultánea las tres agrupaciones corales, mientras dictaba las cátedras de Dirección Coral, Práctica de Coro e Historia de la Música en el Instituto Superior de Música de la Provincia del Chaco.

Con estos coros recorrió todos los rincones del Chaco, pero en particular, recuerda una actuación:

"En el 76 salimos de gira. Actuamos en Buenos Aires en un encuentro de coros en el colegio Ward y el Teatro Nacional Cervantes, y en la ciudad de Mar del Plata. Entre una de las obras que llevamos para interpretar teníamos una de Emilio Dublanc, a quien yo admiraba profundamente, y con el que sólo mantenía un contacto epistolar. Cuando terminó la actuación en el Cervantes, con muchos aplausos, se me acercó un señor y me dijo que el maestro Dublanc quería hablar conmigo. Casi me caí de la emoción. Me dijo que había quedado sumamente impactado con el coro. Al otro día vino adonde estábamos alojados para hablar nuevamente y me dijo que le agradaba componer para los coros cuando los conocía, y que le interesaría escribir para nuestro Coro de Niños, pero con poesías de autores chaqueños. Cuando llegué a Resistencia le envié poesías de Meloni, Veiravé y Gamarra, pero le especifiqué que las que más me gustaban eran las de Meloni. Así compuso 10 obras, todas ellas con letras de este poeta. El maestro Dublanc supo captar a la perfección lo que quiso decir Meloni en sus poemas, como si hubieran estado trabajando juntos en la composición. Entonces organizamos para el concierto de aniversario un homenaje especial para Dublanc -que vino a Resistencia- y Meloni. El acto fue verdaderamente emocionante. Estas obras las guardo yo y son un verdadero patrimonio cultural para el Chaco."

El equipo de la Dirección Provincial de Cultura de fines de la década del 70 que dirigía Yolanda Pereno de Elizondo, estaba integrado, entre otros, por Ercilio Castillo, Nancy Taborda, Jorge Pascual, Juan Pedemonte, Veronesse o Estévez. Yolanda armó un organigrama para los coros, creando distintos cargos: directora, asistente de dirección, dos jefes de cuerda y dos ayudantes técnicos que cumplieron tareas administrativas. Mucha gente pasó por estos cargos: Emilio Rochol (pianista que ahora tiene el coro universitario de Misiones), Ana María Solíz, Delia Puig, Alejandro Bendersky, Beatriz Quesada, Liliana Aguilar, María Inés Villada. En 1994 ingresaron Eduardo Rodríguez, Rosmary Cálcena y Daniel Hernández. Susana recuerda: "con Eduardo trabajamos de una forma excelente, hicimos cosas muy lindas, como por ejemplo, la Misa Brevis de Mozart en la Catedral y La Misa de Navidad de Fernandez Languazco".

Con el coro Santa Cecilia, formado por jóvenes que ya habían superado su etapa para seguir perteneciendo al Coro de Niños, y otros que se incorporaban por primera vez, tuvo una labor destacable. Hicieron giras al interior de la provincia del Chaco, en Buenos Aires se actuó en el Teatro General San Martín en tres oportunidades, y en el teatro Presidente Alvear en dos ocasiones, en el Coliseo, en la Iglesia Santo Domingo, y en otras ciudades como La Plata, Mar del Plata, Tucumán, Misiones y Córdoba.

Como si la dirección de estos tres coros oficiales de la Provincia del Chaco no bastara, Susana Zubillaga dirigió el Coro de la Fundación CORDIS -1998 / 2001- y entre 2002 y 2004 el Taller Coral del Insssep -Obra Social de la Provincia-, y se encargó del Coro de Niños de la Provincia de Corrientes a partir de 1995.

Fueron muchos y variados los premios que recibió en su trayectoria, entre los cuales podemos mencionar: Premio a la Mujer del Año -1976- otorgado por el Diario El Territorio; distinción del Gobierno de la Provincia del Chaco en 1980; 1997 le fue entregada la llave simbólica del Complejo Cultural Guido Miranda; en 1998 recibió del Club de Leones Resistencia el Premio al Mérito Artístico; y en 1999, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Provincia del Chaco le otorgó la Medalla al Mérito por la labor desarrollada en esta tierra y la representación ejercida a lo largo del país. La Asociación Cultural 'El Paraíso' le entrega en 2001 una nueva distinción por su trabajo con el Coro de Niños Cantores de Corrientes.

Como si esto fuera poco, es miembro de la Federación Internacional para la Música Coral, y fue invitada a participar en el Concurso Internacional de Coro de Atenas -Grecia-, el Midwinter Festival de Estocolmo -Suecia-, y en el XVI Festival de Música de Cantonigros -España-.

La lista puede seguir y se hace interminable. Susana Zubillaga, una argentina de estirpe vasca, chaqueña por adopción, ha entregado a esta provincia muchos años de su vida en pos de un trabajo por la cultura. Son cientos los niños del Chaco que la recuerdan como directora del coro donde probaron sus voces y subieron a un escenario para recibir la ovación de la gente.

Trascendió los límites de nuestra provincia y alcanzó las mejores salas de Argentina. Sus méritos son enormes cuando pensamos las batallas que debió librar contra la burocracia de algunos gobiernos que a veces no comprendieron la significación de este trabajo.

Ya está retirada de los coros del Chaco, aunque sigue sembrando en la vecina provincia de Corrientes. Pero aquí las voces suenan; se oyen en las salas teatrales y los encuentros corales; se sienten en las escuelas. Se sabe, en cada actuación del Coro Oficial de Niños Cantores del Chaco y del Coro Santa Cecilia, que los aplausos siguen siendo para Susana Zubillaga.

II. Consideraciones finales

Por su vasta y prolífica trayectoria en el campo cultural, que sigue resonando en los oídos de quienes veneran la buena música, es que solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.