La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su repudio a los lamentables hechos de violencia ocurridos el pasado día 17 de octubre del corriente, en ocasión de los homenajes por el traslado del cuerpo del Presidente Juan Domingo Perón a su reposo final en la finca ubicada en la localidad de San Vicente en la Provincia de Buenos Aires.

Señor presidente:

Los lamentables hechos de violencia irracional acaecidos en la ocasión descripta, con la impronta y la significación que para todos los argentinos sin distinción de pertenencia política, representa el traslado del cuerpo del Presidente Juan Domingo Perón a su destino final en la finca de San Vicente, nos obliga a todos y especialmente a los representantes del pueblo de la Nación Argentina a repudiar en forma contundente los hechos de dominio público conocidos.

En la Argentina de hoy y de siempre no podemos y mucho menos debemos dejar de repudiar la actitud de los violentos, que por el solo y marginal apetito de “mostrarse” o en la irracional forma adoptada por estos sujetos de dirimir sus “oscuras” apetencias políticas en la confrontación, convierten lo que debía ser una fiesta popular en una batahola irracional.

Los argentinos rechazamos la actitud manifestada por estos violentos que solo en la comprensión de sus actos, vemos la preocupante injerencia de los “sin razón” en las expresiones populares argentinas. Ya no solo se trata del preocupante escenario al que asistimos en cada encuentro masivo que se organice, sea este de carácter deportivo, cultural, político y/o gremial. En cada ámbito señalado la actitud prepotente, amenazante y violenta, se cuela como la única y valedera forma “fetichista” de dirimir cualquier conflicto.

Ahora bien, frente a estos hechos en lo particular, no debe sesgar ningún propósito o interés mezquino de naturaleza electoral o presencial de uno ú otro dirigente o actor social. Pues estos hechos entiendo, obliga a que toda la clase dirigente actué y manifieste contundentemente su rechazo y el consecuente pedido a las autoridades judiciales competentes para que con la celeridad y la premura que amerita, se actué conforme derecho dando curso a los procedimientos que el ordenamiento jurídico dispone.

Toda la ciudadanía espera por parte de sus representantes acciones y conductas que evidencien que no existen ni la más mínima duda de pactos o privilegios para con los violentos y los inadaptados que con su repudiable actitud solo favorecen a sectores marginales de nuestro país en su afán de vilipendiar y desprestigiar nuestra vida democrática.

El presente no debe ser solo tomado como un mero acto de declaración que se agota en su tratamiento y posterior, de corresponder, aprobación; al contrario hechos como el descripto como así también los periódicos y reiterativos hechos de violencia que presenciamos, deben implicar de una vez por todas que todos los actores de la vida ciudadana de nuestra comunidad asuman y reflejen inequívocamente la postura de repudio y rechazo a la violencia como medio para dirimir cualquier conflicto. Pues de no actuar en la forma oportuna el ejemplo y el valor a seguir de nuestra sociedad, no será el del dialogo, la convivencia democrática, el respeto de los derechos, el cumplimento de las obligaciones, entre otros. Sino será el de la violencia, la amenaza y el desprecio a la vida de nosotros mismos.

Por lo expuesto es que solicite se me acompañe en la aprobación del presente Proyecto de Declaración.