El Senado y Cámara de Diputados...

ARTÍCULO 1°.- Disponer la construcción de un monumento en homenaje a la memoria del Perro Polar Argentino, en la figura de "Poncho", a emplazarse en la Base Esperanza, Antártida Argentina, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

ARTÍCULO 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

En las primeras campañas antárticas el trineo con perros representaba el medio de transporte disponible, -más allá del empleo de esquíes y raquetas- lo que fomentaba la creación de un fuerte vínculo entre los perros polares y los expedicionarios.

El Perro Polar Argentino es una raza canina desarrollada por nuestro país para equipar sus bases antárticas en funciones de transporte. El perro polar argentino fue un cruce las razas Husky, Siberiano, Alaskan, Malamute, Groenlandés. En 1994 fue sacado del continente antártico en cumplimiento de la normativa del Tratado Antártico de Protección del Ambiente.

El más recordado de los perros polares argentinos, llamado "Poncho", se destacó en la historia polar argentina por su increíble capacidad de avisar a los hombres de que frente a ellos se encontraba una grieta oculta. En una oportunidad, además, guió con toda precisión a un equipo de rescate hasta los sobrevivientes de un accidente de aviación, que fueron rescatados en su totalidad. "Poncho" fue embalsamado por el sacerdote Juan Ticó, y su cuerpo se conserva en la ciudad de Ushuaia.

El perro polar "Poncho" nació en la Base Esperanza del Ejército Argentino el 10 de abril de 1961.

Dentro de la ya centenaria historia argentina en la Antártida, Poncho se destacó por su fuerza, inteligencia y lealtad, condiciones que lo convirtieron en un auténtico líder entre los perros adiestrados para arrastrar trineos, siendo recordado hasta hoy como un perro excepcional, condición que le valió diferentes publicaciones con títulos que resultan más que elocuentes: "Poncho: un perro con historia", "Poncho un perro legendario" y "Poncho fue un ejemplar polar de tipo y condiciones excepcionales", por citar algunos, además de haberse constituido en el perro polar predilecto del legendario Intrépido Pionero Antártico, don Gustavo Giró.

A su muerte, el "Semanario Territorial" propuso dedicarle el siguiente epitafio: "Poseyó belleza sin vanidad; fuerza sin insolencia, valentía sin ferocidad y todas las virtudes del hombre sin sus vicios. Este elogio que sería adulación sin significado si fuera escrito sobre las cenizas humanas, es simplemente un justo homenaje a la memoria de un perro".

El Dr. Carlos Rinaldi, geólogo e investigador antártico y ex Director del Instituto Antártico Argentino había propuesto el emplazamiento de un monumento en honor al perro polar, con la figura de "Poncho", construcción que no llego a realizarse, justo homenaje que propongo retomar.

En reconocimiento a la actividad de los perros polares en la Antártida y en honor a la memoria del Perro Polar Argentino, en la figura de "Poncho", es que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación de este merecido homenaje.