PROYECTO DE TP
Expediente 6155-D-2009
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA TRANSPARENTAR EL MERCADO DE TRIGO.
Fecha: 22/12/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 178
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
.- Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, por
medio de la repartición que corresponda, tome las siguientes medidas para transparentar
el mercado de trigo:
1) Reducir el tonelaje garantizado para los
molinos llevándolo a 3 millones de toneladas, ampliando en 3,5 millones de toneladas el
cupo de exportación.
2) Declarar las exportaciones realizadas
en base a trigo comprado a precio hecho.
3) Actualizar los pagos de
compensaciones a molinos harineros y a productores que aún no hayan sido
liquidados.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Después de un 2008 signado por la crisis
agropecuaria más grave que haya causado la política económica de un gobierno y de un
2009 atravesado por una emergencia agropecuaria de extrema gravedad, el estado actual
del mercado de trigo no debería producir sorpresa a ninguno de los actores del
sector.
En momentos en que está por ingresar la
totalidad de la cosecha al mercado de acopio, el productor encuentra que la mercadería
que está entregando no tiene precio. No se trata de la oferta de un precio inconveniente,
tampoco se discuten retenciones: Simplemente no hay un precio de referencia para el
producto que ofrece. Otro dato excepcional que no puede pasar por alto es que en la
campaña de trigo 2009 la menor siembra de ese cereal en los últimos 100 años producirá
una de las peores campañas en décadas. Las estadísticas no mienten: A comienzos de
siglo, a caballo y cosechado con trilladoras fijas, o entregado al comprador en parva, se
sembró más superficie de trigo que en el siglo de la tecnología, la siembra con
información satelital y el mejoramiento genético de los cultivares.
¿Cuál es la explicación para este increíble
fenómeno? No es muy complicado: Todavía hay personas en el campo. Personas
sembrando, cosechando, tomando decisiones. Y para tomar decisiones, el único requisito
que no puede faltar es que esa persona se encuentre libre de incertidumbre. La torpeza e
impericia con que se ha manejado el Gobierno respecto al cultivo que nos ocupa -
repetidas con el maíz- han determinado esta excepcional catástrofe.
Según la Federación de
Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales "...hoy somos testigos de un
hecho absolutamente anormal como es el caso de no encontrar compradores para una
magra cosecha de trigo que se repite por segundo año consecutivo. Esta situación corona
un ciclo de desconsideración, desaliento y discriminación en contra de nuestro trigo,
caracterizado por ineficientes e inequitativas intervenciones del gobierno".
Es cierto que no sucede lo mismo con todos
los cultivos. La superficie sembrada de soja este año se incrementará una vez más,
demostrando que la "lucha contra la sojización" de la que habla el gobierno es una
declamación absolutamente hueca y sin medidas concretas que la respalden. No hace
falta ser erudito para darse cuenta que en un país libre, la mejor forma -sino la única- de
evitar que un cultivo se generalice es fomentar la realización de cultivos competidores;
más aún si ese cultivo que se intenta limitar es el más rentable de todos.
Pero ¿De qué competencia estamos
hablando? Es por todos conocido que en términos agronómicos el trigo no compite con la
soja, porque al estar los dos cultivos en contraestación no ocupan simultáneamente el
suelo. Sin embargo, lo imposible en Argentina se hace posible, y ante la decisión de
invertir este invierno en la siembra de trigo con un escenario de incertidumbre de
producción y comercialización, o esperar a la primavera para utilizar ese dinero para
sembrar la oleaginosa, muchos productores han preferido la inversión más seguramente
rentable de esta última. Así, podríamos decir que curiosamente, la soja se transformó en
competidora del trigo.
Por estos días, la ausencia absoluta de
planificación a mediano y largo plazo en la agricultura es la menor de las deficiencias del
Gobierno en lo que hace a política agropecuaria. Si existiera un manual argentino para
hacer desaparecer el cultivo de trigo en el país, los primeros capítulos ya los habría
cumplimentado correctamente: Intervenga durante varios años el mercado fijando cupos
de exportación, aplíquele derechos de exportación en una proporción similar a los cultivos
competidores, deje librado su cultivo a la competencia con cultivos más rentables,
transfiera lo recaudado por sus derechos de exportación a cualquier actor económico del
país o del extranjero, menos a la promoción de su cultivo y por último, obligue al productor
de trigo a subsidiar el precio al que compran los molinos harineros al país, y habrá
conseguido su objetivo, reduciendo la superficie sembrada en un 56% respecto a la
sembrada 6 años atrás, mientras la de soja se incrementa en un 43% en el mismo
período.
Con las medidas propuestas no se pretende
resolver la grave situación en la que se encuentra el cultivo y su comercialización. Apenas
pretende transparentar y activar un mercado que hoy se encuentra paralizado por la
propia decisión de sus actores que, cubriéndose ante la incertidumbre general, prefieren
no actuar o actúan en legítima protección de sus intereses.
Los exportadores, ante el
escaso cupo acordado con el Gobierno y la molinería para comercializar trigo, ya han
realizado las operaciones cubriendo el mismo, que además incluyen el saldo de la
campaña 2008-2009; y prácticamente han desaparecido del mercado. "En este momento -
aclararon en un comunicado del 20 de Diciembre- estando muy avanzada la cosecha de
trigo, se observa un volumen de oferta de este cereal que supera las posibilidades de
compra por parte de los exportadores en función del saldo exportable autorizado. Y estas
circunstancias generan una falsa imagen de inactividad por parte del sector de la
exportación"
Lo más grave sucede con los que sí están en
condiciones de comprar trigo, la molinería. El productor que sembró trigo, para poder
hacerlo tuvo que sumar al endeudamiento crónico producido por la cosechas adversas de
la campaña 2008-2009, las nuevas deudas de este cultivo, de manera que cuando por
estos días llega a la cosecha, lo hace "en las últimas", con una capacidad financiera nula,
y lo que necesita, especialmente aquél que tiene una producción pequeña, es vender
imperiosamente para ponerse al día. Esta presión vendedora es aprovechada por los
molineros, que ofrecen pagar por tonelada 100 pesos menos que el FAS teórico que
difunde el gobierno como precio oficial.
Una de las formas en que pagan menos es
ofreciendo el precio FAS teórico, pero restándole el costo del flete, que de todos modos
tiene que afrontar igual el productor por su cuenta. En definitiva, lo que realizan los
molinos se podría considerar como su derecho de aprovechar un exceso circunstancial de
oferta para tener controlado un costo de su insumo principal que le permita mantener los
actuales precios de pan, pero ese subsidio a su actividad no lo paga otra persona más
que el productor, y precisamente, según lo detallado más arriba, el más pequeño, el que
no tiene resto para empezar una nueva campaña de siembra, ni siquiera de soja de
segunda. Y esto debe evaluarse necesariamente considerando que los derechos de
exportación hasta el día de la fecha no han sido modificados. No solo no existe el precio
FOB que se le paga en muchos países al productor de trigo: Hoy no se le respeta ni el
precio FAS que el gobierno publica en forma oficial.
Tampoco es cierta la suposición
de que aumentando lo que se paga de trigo, traerá como correlato el aumento del precio
de los productos panificados. Según la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa
Fe, CARSFE, el intento del Gobierno Nacional de intervenir el mercado de trigo con el
supuesto afán de tratar de mantener el precio del pan más accesible a la comunidad, "es
una mentira absurda, ya que el trigo tiene una incidencia mínima sobre el costo del pan
que hoy ronda en un 15% del precio final del mismo. Y al medir la evolución del precio del
trigo y del pan, se puso en consideración que entre abril de 2006 con el mismo mes de
este año el precio del pan pasó de 2,50 a 5,50 pesos el kilo, pero el del trigo osciló estable
alrededor de los 0,50 centavos el kilo. Esto demuestra el total fracaso de las políticas para
el trigo, donde el único perjudicado es el productor".
Ante este panorama, se hace necesario la
toma de medidas extraordinarias, que tengan como objetivo proteger especialmente al
pequeño y mediano productor agropecuario. Evidentemente, en esta coyuntura hay dos
caminos posibles como políticas activas. El primero es más coyuntural: que el Estado
compre a los productores al precio oficial -FAS teórico- el trigo que está llegando hoy a los
acopios y de esta manera hacerse cargo del virtual subsidio que cobra la molinería con la
diferencia de precio.
El otro camino contiene medidas de fondo y
están sugeridas al Poder Ejecutivo Nacional en este proyecto de Resolución. Tienen por
objeto el volver a recomponer el mercado de cereales a partir de incrementar en 3,5
millones de toneladas el cupo de exportación, para que sobre ese volumen de
comercialización la puja demandante haga llegar el precio pagado al productor a los
niveles publicados por el Gobierno. Al mismo tiempo, volver a publicar el precio al que se
está vendiendo diariamente, de manera de tener de nuevo un precio de referencia que
traiga normalidad y transparencia a los mercados. Por último, el pago de las
compensaciones por compraventa de trigo prometidas en 2008 y nunca efectivizadas,
porque de sostenerse ese incumplimiento, la incertidumbre sobre nuevas medidas
similares restringe las decisiones de compra y de venta de producto, para molineros y
productores, respectivamente.
Es evidente que la intervención estatal en un
mercado no es necesariamente buena -como este gobierno parece querer demostrar
permanentemente- o mala, como los profetas del neoliberalismo proclamaron y aún hoy
siguen proclamando en nuestro país. La intervención del estado puede jugar un papel
positivo o negativo, según los objetivos que el mismo se fije y según los métodos que
utilice, porque de ellos dependerá lo más importante: A quienes, a qué actores de la
producción y la economía del país se beneficia con esa acción. Porque si se trata de
beneficiar al más débil de una cadena de comercialización, en este caso el productor más
pequeño, queda claro al evaluar su situación que estos últimos tres años de intervención
en el mercado de trigo han tenido consecuencias catastróficas.
En virtud de estas consideraciones es que
solicitamos a cada integrante de esta Cámara que acompañe la aprobación del presente
Proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
VIALE, LISANDRO ALFREDO | ENTRE RIOS | PARTIDO SOCIALISTA |
CHEMES, JORGE OMAR | ENTRE RIOS | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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AGRICULTURA Y GANADERIA (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |