PROYECTO DE TP
Expediente 6147-D-2008
Sumario: EXPRESAR REPUDIO POR LA PRESENCIA DE LA FRAGATA DE GUERRA BRITANICA "HMS IRON DUKE" EN LAS ISLAS MALVINAS.
Fecha: 31/10/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 154
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su enérgico repudio ante la
presencia y permanencia de la fragata de guerra británica HMS Iron Duke en las Islas
Malvinas, cuya misión es efectuar un amplio operativo de vigilancia y ejercitarse
conjuntamente con la Royal Army y la Royal Air Force en el Atlántico Sur, lo cual evidencia
una creciente política belicista por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte en la región.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Recientemente, una poderosa nave de guerra
perteneciente a la Royal Navy recaló en las Islas Malvinas en el marco de un amplio operativo de
vigilancia, entrenamiento y fortalecimiento de las fuerzas desplegadas por el Reino Unido en el
enclave colonial
La fragata tipo 23, HMS Iron Duke (Duque de Acero)
ancló en territorio isleño luego de completar un patrullaje de seguridad en la región del Atlántico
Sur y Malvinas, prestando especial atención a la zona occidental de las Islas, lo que significa un
marcado interés sobre el flanco más cercano al continente y a las aguas de la República
Argentina.
La información relevada por los medios internacionales
(1) sostiene que la fragata "demostrará su amplio rango de capacidades a los jefes oficiales de la
Compañía de Mount Pleasant" (asiento de las fuerzas británicas isleñas) y que "habrá diferentes
oportunidades de entrenamiento incluyendo ejercicios que permitirán al Iron Duke integrarse con el
Ejército y la Real Fuerza Área." Se señala también que la nave de guerra "estará en base de
Malvinas por varios años."
Nos estamos refiriendo a una fragata misilística cuyo
tipo integra el 50% de la fuerza de destructores de la Royal Navy, con gran capacidad operativa y
multipropósito para actuar en cualquier lugar del mundo. Puede transportar botes livianos de
combate y helicópteros, está armada con misiles mar-aire, mar-mar, anti-torpedos, cañones,
ametralladoras, cargas y torpedos antisubmarinos, y un complejo sistema de radar para vigilancia
aérea y de superficie. (2)
No se trata de una simple nave de aviso, sino de una
maquinaria militar preparada para proteger el enclave colonial junto a las otras unidades navales
que ya operan en Malvinas y junto a fuerzas de tierra y aire. Una clara demostración de una
política renovadamente belicista por parte de la potencia usurpadora.
Luego de la Guerra del Atlántico Sur en 1982, los
británicos incrementaron su presencia militar en Malvinas como una consecuencia directa de su
dominio. Sin embargo, existe una escalada de aprestos bélicos que tomó impulso en los últimos
tiempos en respuesta a los reclamos que -desde la gestión del ex Canciller Rodríguez Giavarini
hasta la actual de Jorge Taiana-, son considerados por Londres como desafíos a su dominio, y en
todo caso inaceptables para la dirigencia británica.
La "Fortaleza Malvinas", como así la consideran en los
ambientes políticos ingleses, experimenta una jerarquización geopolítica y estratégica. La Isla
Soledad cuenta con la base de la Royal Air Force de Mount Pleasant (Monte Agradable) a unas
millas al suroeste de Puerto Argentino, integrada por aviones cazas Tornado F3 y Eurofighter
Typhoon, sumando helicópteros de distinto tipo. Cerca de ella se emplaza la base naval de Mare
Harbor (Puerto Yegua) que cuenta con las naves HMS Clyde, patrulla que transporta helicópteros
y que cumplirá funciones en la zona hasta 2012, el poderoso destructor HMS Edinburgh, la patrulla
antártica HMS Endurance y la reciente adición de la HMS Iron Duke como fragata misilística de
despliegue rápido. A todo esto se suma la capacidad de la Royal Navy para desplazar rápidamente
submarinos nucleares al área, como ocurrió en la Guerra de 1982. Se estima que la dotación de
personal militar supera hoy los 1500 efectivos. A todas luces, las Islas Malvinas representan un
nodo defensivo de alto nivel para Gran Bretaña. La inclusión de la HMS Iron Duke refuerza aún
más esa posición.
En la década pasada, los británicos -
amparados en el "paraguas de soberanía", fallida y contraproducente figura jurídica para nuestros
intereses soberanos- avanzaron unilateralmente en ámbitos económicos y comerciales como la
pesca y la exploración hidrocarburífera y mineral. Según surge de los anacrónicos Acuerdos de
Madrid celebrados entre ambos países en 1989 y 1990, se establecería un régimen conjunto para
todo lo que sea de interés bilateral: desde la seguridad militar en el Atlántico Sur hasta la
explotación de sus recursos. Prácticamente, todos los acuerdos posteriores bajo el marco de los
primeros fueron violados por el Reino Unido, que extendió unilateralmente sus zonas de pesca, no
dio aviso al Gobierno argentino de sus maniobras militares como lo disponía el Acuerdo de 1990 y
tensó la relación cuando en 1996 capturó un pesquero nacional, obligándolo a abonar un canon
que no correspondía. A ello se sumó una agresiva actividad de patrullaje y "cerrojo" militar
alrededor de las Georgias, elevando el nivel de alarma. En esto intervino la fragata HMS
Northumberland (del mismo tipo que la Iron Duke) y un submarino nuclear de tipo Trafalgar que fue
detectado por la Armada Argentina.
Desde aquellos tiempos, los funcionarios ingleses e
isleños se pronunciaron duramente contra nuestro país, en un clima enrarecido que ya demostraba
las fallas de los Acuerdos de Madrid y de la lamentable política de "seducción" a los kelpers
desarrollada por el entonces Canciller Di Tella; todo inefectivo ante la crudeza británica del "hecho
consumado". El objetivo principal de los Acuerdos era generar un ambiente de cooperación
mediante avances parciales en otros rubros para luego negociar por la soberanía. Pero se fracasó
estrepitosamente. Hasta hoy no hemos podido avanzar un ápice para recuperar nuestra soberanía,
pese a la activa política del actual y anterior gobierno ante la comunidad internacional para reabrir
la negociación.
En esta coyuntura internacional, con una crisis global
financiera que afecta a países centrales y periféricos y con escenarios de conflicto relativos al
apoderamiento y control de recursos naturales (hidrocarburos, minerales, agua potable, tierras
fértiles, etc.) varias potencias se han lanzado a una competencia por territorios de ultramar, a una
velada lucha político-diplomática por la ocupación de zonas del Ártico y a presiones de distinto tipo
sobre los Estados que poseen esos recursos, incluyendo la vía militar.
El Derecho Internacional a través de la Convención
Internacional de los Derechos del Mar (CONVEMAR) contempla la posibilidad para que los
Estados ribereños extiendan su soberanía sobre la plataforma continental submarina. A dichos
efectos, Argentina se encuentra preparando el informe oficial que sustentará su presentación ante
las Naciones Unidas. Lo mismo que Gran Bretaña, que ha hecho reclamos conjuntos con Estados
de la Unión Europea sobre el Atlántico Norte, pero también unilaterales sobre el Islote Hatton-
Rockall (en disputa con otros Estados europeos) sobre la Isla Ascensión y muy probablemente lo
haga sobre nuestras Islas.
El valor geopolítico de Malvinas es notable y Londres lo
ha redimensionado últimamente, como "portón" al sector antártico que ellos reclaman (yuxtapuesto
a nuestro propio sector) y como zona de interés por recursos naturales. Esto se confirma con las
actuales operaciones de exploración en materia petrolífera y gasífera (3) a cargo de cuatro
empresas británicas; Falkland Oil & Gas Limited (FOGL) Rockhopper, Desire Petroleum y Borders
& Southern Petroleum (BSP).
Malvinas es un elemento importante en el pensamiento
estratégico inglés debido a su posición geográfica y a su potencialidad natural. Cabe destacar los
que algunos especialistas señalan: "Gran Bretaña vino al rescate de los isleños en 1982 porque
estaba decidida a asegurar un estrategia de largo alcance y a largo plazo, y a sus intereses
basados en los recursos naturales en el Atlántico Sur y en la Antártida." (4)
De allí este renovado impulso militar en las islas y su
región circundante, garantizando la actividad de las empresas petroleras, demostrando una política
intimidatoria ante los reclamos argentinos y protegiendo el enclave colonial frente la incipiente
competencia global por los recursos naturales, en el marco del "eco-colonialismo" como nueva
forma de imperialismo.
En ese sentido es llamativo que, mientras unidades de
la IV Flota de la U.S. Navy despliegan todo tipo de operaciones a lo largo de las costas del
continente -desde ayuda humanitaria a probables fines de injerencia en los Estados-, la HMS Iron
Duke estuvo actuando en Centroamérica en tareas semejantes: asistencia a las regiones
afectadas por huracanes y combate contra el narcotráfico en alta mar. La información de fuentes
británicas señala que "El tiempo de la Iron Duke en Malvinas representa otro capítulo en un
desarrollo de siete meses que ha visto como esta nave condujo operaciones a lo largo de la región
Atlántica. Desde proveer ayuda en el Caribe por el desastre tras los huracanes Ike y Gustav a
frenar el flujo de hasta 4 TN de cocaína yendo hacia Europa, y ahora proveyendo seguridad a las
Islas Malvinas." (5)
No nos parece extraño ni sorprendente que dos
potencias hegemónicas y aliadas operen de la misma manera y en el mismo ámbito donde poseen
intereses históricos. Pero sí nos preocupa que esas tareas -de por sí polémicas por las
implicancias que pueden tener para le región- se combinen con cuestiones que puedan alterar el
delicado equilibrio geopolítico del Atlántico Sur; caso de destinar semejante nave de guerra al
escenario local para proveer "seguridad a las Malvinas" como si nuestro país estuviera evaluando
algún disparatado intento aventurero.
Sr. Presidente, creemos necesario manifestar desde
esta Honorable Cámara nuestra enérgico repudio por la presencia de la fragata de guerra británica
HMS Iron Duke en las Islas Malvinas, como una acción innecesaria y provocadora del Estado
usurpador, y atendemos así a nuestra responsabilidad de Legisladores nacionales y
representantes de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Es por todo ello que reafirmamos nuestra voluntad
irrenunciable para recuperar la soberanía en los territorios usurpados, cumpliendo así un mandato
constitucional. No podemos dejar de recordar y valorar la sangre y los sacrificios que nuestros
jóvenes ofrendaron para recuperar nuestras Islas del Atlántico Sur, y eso nos obliga a actuar en
este sentido, solicitando el acompañamiento de los Sres. Diputados a este proyecto de
declaración.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
GORBACZ, LEONARDO ARIEL | TIERRA DEL FUEGO | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
BELOUS, NELIDA | TIERRA DEL FUEGO | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
BISUTTI, DELIA BEATRIZ | CIUDAD de BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
NAIM, LIDIA LUCIA | BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
BENAS, VERONICA CLAUDIA | SANTA FE | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
GARCIA MENDEZ, EMILIO ARTURO | CIUDAD de BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
ZANCADA, PABLO V. | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
19/11/2008 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad sin modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 1500/2008 | 09/12/2008 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DE SER ADHERENTE DEL DIPUTADO VIALE (A SUS ANTECEDENTES) | 03/12/2008 | |
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 11/03/2009 | APROBADO |