PROYECTO DE TP
Expediente 6135-D-2010
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL DESCUBRIMIENTO DE UTILIZAR HONGOS ENJAULADOS PARA DEGRADAR DESECHOS INDUSTRIALES.
Fecha: 24/08/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 118
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su beneplácito a
las investigadoras Sara Aldabe-Bilmes y Mercedes Perullini del Centro de
Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas, UBA,
por el descubrimiento de utilizar hongos "enjaulados" para degradar
desechos industriales.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Eliminar desechos
industriales es siempre un desafío, pues el remedio puede ser peor que
la enfermedad. La biorremediación, o degradación de contaminantes
mediante seres vivos, parece una solución adecuada, pero implica,
muchas veces, poblar un ambiente con organismos exóticos. Una
solución es enjaular los microorganismos con el fin de arrojarlos al
ambiente para que cumplan su función y luego retirarlos, guardarlos y,
si es posible, reutilizarlos. Pero ¿cómo?
Una alternativa es colocar
pequeños seres en una cápsula de un material poroso que permita que
entren las sustancias que es necesario degradar y que salgan los
componentes mínimos, que no son dañinos para el ambiente. Es lo que
hizo un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), liderado por la
doctora Sara Aldabe-Bilmes, investigadora del Conicet y profesora de
esa facultad.
Los
investigadores lograron encapsular una especie de hongos que
descomponen la lignina, un residuo de difícil degradación que produce,
principalmente, la industria del papel. El trabajo se publica en el
Journal of Materials Chemistry , y lo firman también los doctores
Mercedes Perullini, Matías Jobbágy, Nora Mouso y Flavia Forchiassin.
Estas últimas son biólogas especialistas en hongos y en sistemas de
biorremediación.
Cárceles de
vidrio
"Logramos encapsular en
una matriz porosa de dióxido de silicio un hongo que "come" madera
y colorantes como los que se desechan en la industria textil", explica
Aldabe-Bilmes. El dispositivo puede sumergirse en el agua, y una vez
cumplida la función se retira y puede volver a emplearse. De este
modo, no se dejan los microorganismos libres, que podrían colonizar el
lugar y generar un problema ecológico. Además, quedan protegidos
frente a los predadores.
Atrapar microorganismos
no es una tarea sencilla, pues el dióxido de silicio, material de la
cápsula, antes de endurecerse puede ser letal para los seres vivos.
"Primero colocamos los
hongos en una solución con alginato, un polisacárido inocuo que en
contacto con el calcio se endurece", detalla la investigadora. Así se
forman pequeñas esferas (de medio centímetro de diámetro) de
alginato endurecido que en su interior guardan una cantidad de
hongos. Ese material, que es biodegradable, forma una cubierta
protectora para los hongos.
El paso siguiente es
colocar las pequeñas esferas en el interior de una cápsula más grande,
hecha de un material cerámico poroso. "La cápsula se construye con
dióxido de silicio, que tiene la apariencia de un vidrio blando", precisa
Aldabe-Bilmes. Podríamos dejarlos sólo recubiertos por alginato de
calcio, pero como éste es biodegradable terminaría siendo alimento de
cualquier organismo y nos quedaríamos sin jaula.
El hongo
empleado por los investigadores pertenece a la especie Stereum
hirsutum , que crece dentro de la madera, alimentándose de ella, y
sobre la superficie produce cuerpos fructíferos que llevan las esporas.
Son semicirculares, con franjas concéntricas en la cara superior y poros
en la inferior. Estos hongos degradan la lignina y también algunos
compuestos xenobióticos (no biológicos) como los colorantes, por ello
pueden ser muy útiles para limpiar desechos de la industria textil.
Un colorante
verde
En los experimentos, los
investigadores no emplearon lignina, sino un colorante -verde
malaquita- que para ser degradado requiere las mismas enzimas que la
lignina.
Lo interesante es que el
dispositivo desarrollado constituye un prototipo que puede adaptarse a
múltiples aplicaciones. Por un lado, puede contener diferentes tipos de
microorganismos, según qué se quiera degradar. Por otro, el tamaño
de los poros puede variarse según los fines.
"Para degradar el
colorante, conviene que los poros sean chicos, porque esa sustancia
tiene que llegar en forma lenta a donde están los hongos, para que no
se intoxiquen."
A medida que el colorante
se va destruyendo, cambia el color de la solución, que del azul pasa a
un celeste claro. "En ciclos de quince horas, observamos una
destrucción del colorante en un 80%", señala Aldabe-Bilmes.
Si bien los investigadores
han probado con diferentes materiales para la cápsula, como óxidos de
hierro, circonio y titanio, consideran que el de silicio tiene la ventaja de
ser económico y con menos problemas ambientales.
La autora es integrante
del Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas,
UBA
FUENTE: LA NACION 19-
8-2010
Por todo lo expuesto, le
solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente
proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | PERONISMO FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
CIENCIA Y TECNOLOGIA (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
23/09/2010 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad sin modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 1440/2010 | ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION, BAE 30/2010 | 05/10/2010 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | APROBACION ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS; COMUNICADO EL 21/10/2010 | APROBADO |