La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio y hondo pesar ante la violenta represión perpetrada por fuerzas del Servicio de Policía de la República Sudafricana contra trabajadores mineros en el emprendimiento de Marikana, propiedad de la compañía británica Lomin PLC, sito en el área de Rustenburg del mencionado país, que ha dejado un fatal saldo de más de cuarenta de ellos fallecidos así como más de ochenta heridos.

Señor presidente:

Los trágicos eventos recientemente ocurridos a lo largo de varias jornadas en la región de Rustenburg; República Sudafricana, en los cuales murieron decenas de trabajadores mineros -se mencionan más de cuarenta víctimas fatales- y fueron heridos más de ochenta de ellos, ponen de relieve la brutalidad de las fuerzas de seguridad que, paradójicamente, cumplen órdenes bajo un gobierno democrático y en un sistema republicano.

Sin embargo, ello no obstó a que los efectivos policiales - que alegaron cínicamente la "defensa propia"- hayan podido desencadenar una verdadera masacre, que fue transmitida en directo ante el estupor internacional (http://www.youtube.com/watch?v=TFtA_M-jAZs), contra manifestantes que reclamaban mejoras en sus condiciones laborales, sólo armados con palos y algunas armas blancas que no guardan proporción alguna con la cantidad de efectivos armados, su poder de fuego y la salvaje represión que efectuaron luego.

Desde el 10 de agosto, cerca de 3.000 trabajadores de la mina de Marikana abandonaron sus puestos para reclamar mejoras en sus condiciones laborales. Ellos exigen que sus sueldos, de entre 4.000 y 5.000 rand sudafricanos (entre unos 390 y 490 euros), aumenten a 12.500 rand (cerca de los 1.220 euros). La mayoría están representados por la Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU), un sindicato moderno y muy activo, que está enfrentado al tradicional Sindicato Nacional de Mineros de Sudáfrica (NUM), mas antiguo y que domina la escena sindical de la actividad desde hace veinticinco años y muy vinculado al partido gobernante; el oficialista Congreso Nacional Africano (ANC). A pesar de que los mineros exigen un marcado aumento de salario, una de las raíces del problema radica en la enemistad existente entre los gremios mencionados.

Según revelan las informaciones, los mineros sudafricanos viven en condiciones miserables, en barracones insalubres junto a las minas y sin agua corriente; un perfecto caldo de cultivo para la emergencia de conflictos sociales. Por otra parte, el desarrollo del conflicto en Marikana se entendió como una crítica particular de los sectores mas combativos a la política del ANC gobernante que, según aquellos, avala al "capital monopolista blanco", representado por la compañía minera que maneja el 80% de los recursos del grupo de metales del platino (PGM) encontrados hasta la fecha.

Pero más allá de este conflicto puntual, crece el descontento social en Sudáfrica: cada vez más ciudadanos se manifiestan en las calles para protestar por los elevados niveles de pobreza y desempleo que, aunque oficialmente éste índice se ubica en el 25%, ya supera el 50% entre las franjas más jóvenes. Muchos creen que el crecimiento económico de Sudáfrica -que alcanzó el 3,1% en 2011-, solo beneficia a la minoría blanca y a las élites de color cercanas al poder, particularmente al gobernante ANC, mientras que la gran mayoría de la población negra continúa viviendo en la pobreza y con muchas necesidades básicas insatisfechas. El gobierno ha tenido problemas para proporcionar servicios básicos a millones de personas en los municipios más pobres donde se concentra la población negra. El pasado enero, al menos tres personas murieron en enfrentamientos en otra mina de platino. En el último año también han sido cada vez más frecuentes las manifestaciones en las que la población pobre del país protesta por la falta de agua corriente, luz eléctrica y otros servicios básicos. Los esfuerzos para corregir las desigualdades económicas del Apartheid han tenido resultados relativos.

Por su parte, y como una muestra evidente de la explotación transnacional que representa la minería, la compañía Lonmin PLC, integrada mayormente por capitales británicos, se encuentra hace más de un siglo explotando las reservas de ese sector. Durante 2011 la compañía registró ingresos por US$ 1.992 millones, con utilidades de US$ 311 millones, contando con más de veintisiete mil empleados. A su vez la minera trasnacional Xstrata - principal exportador mundial de carbón térmico-, mantiene una participación del 24,9% en Lonmin PLC. La actividad de la empresa se desarrolla en el Complejo Ígneo de Bushveld (BIC) ubicado en el área del yacimiento del Transvaal que contiene algunos de los más ricos depósitos de minerales del planeta incluyendo enormes reservas de platino, paladio, osmio, iridio, rodio, ruteno, acero, aluminio, cromo, titanio y vanadio. Por supuesto, esta gran riqueza se inserta un escenario propio del extractivismo más voraz, del valor de los recursos estratégicos y críticos, de una geopolítica de los recursos y de sus conflictos derivados; políticos, sociales, laborales y económicos en un marco de explotación y expolio.

Lonmin PLC surge en 1999 de su antecesora Lonrho (London and Rhodesian Mining and Land Company Limited Company) creada en el Reino Unido en 1909. En 1968 incorpora a la Ashanti Goldfields Corporation. Años después esta empresa se fusionaría con la AngloGold Ltd. y su fusión -la AngloGold Ashanti, con sede en Johannesburgo- actualmente opera el emprendimiento megaminero de Cerro Vanguardia en nuestro país, poseyendo el 92,5% de su capital accionario. Muchos directivos de Lonmin PLC han pertenecido a la Familia Real Británica y al arco político del Reino Unido.

Ante los trágicos acontecimientos la empresa Lonmin señaló en uno de sus últimos comunicados que esperan reconstruir la confianza porque "un sector minero estable es vital para el futuro económico de este país. Si la industria sigue siendo dañada por acciones ilegales no es sólo la economía, que sufre, sino todos nuestros empleados, sus familias y dependientes. Necesitamos que nuestros empleados vuelvan al trabajo, necesitamos seguir haciendo minería".

El Presidente Jacob Zuma ha declarado estar "horrorizado y consternado" por la matanza de los mineros, pero no ha criticado la actuación policial directamente; una de las mas violentas desde el final del Apartheid. Funcionarios del programa de Crimen y Justicia del Instituto de Estudios sobre Seguridad de Sudáfrica (ISS) sostienen que la matanza de Marikana "ha sido un incidente y aún no sabemos si los mineros eran una amenaza para los policías". En la misma línea, las fuerzas policiales declararon que su accionar se trató de "legitima defensa". Creemos que ello es inaceptable y repudiable, a la vista de los hechos. En sentido inverso, el Instituto Sudafricano de Relaciones entre las Razas sostiene que "es claro que los policías dispararon indiscriminadamente contra la multitud (...) como está claro que siguieron disparando contra los cuerpos que caían bajo las balas. Esto recuerda a Shaperville." Se refiere a la matanza de 1969, cuando en pleno Apartheid, 69 personas murieron bajo disparos de la Policía segregacionista durante una manifestación.

Profundamente deseo una pronta y justa pacificación que incluya la resolución del conflicto de los obreros de Marikana, la mejora de sus condiciones sociales, económicas y laborales así como el establecimiento de responsabilidades y la máxima sanción para los responsables de la matanza. El pueblo sudafricano ha sufrido demasiado para repetir una historia de sangre y violencia. Si bien su democracia ha avanzado y se ha fortalecido mediante la integración social y étnica, existentes fuertes desigualdades cuyo telón de fondo sigue siendo la presencia de intereses coloniales e imperialistas -que debemos denunciar-, y que buscan su máximo beneficio a cualquier costo, incluyendo la pérdida de vidas humanas.

Por ello vengo a expresar el repudio y pesar ante los hechos de Marikana, solicitando el acompañamiento de mis pares al presente proyecto.