La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio a la situación que vive la República Árabe de Siria donde la organización Médicos sin Fronteras denunció el 21 de agosto de 2013 la utilización de armas químicas contra la población civil en la ciudad de Damasco.

Señor presidente:

Según la Convención sobre Armas Químicas de 1993, se considera arma química a cualquier sustancia tóxica, sin importar su origen, para matar, herir o incapacitar al enemigo. Las armas químicas están clasificadas como armas de destrucción masiva por la Organización de las Naciones Unidas y su producción y almacenamiento está proscrita por la mencionada convención de 1993.

La organización Médicos sin Fronteras (MSF) afirmó el 24 de agosto que unos 3.600 pacientes con síntomas neurotóxicos llegaron el miércoles 21 de agosto a 3 hospitales de la provincia de Damasco tras el supuesto ataque con armas químicas. El personal médico de los centros de atención ofreció información detallada a los doctores de MSF sobre el gran número de pacientes que llegaron con síntomas neurotóxicos, como convulsiones, salivación excesiva, pupilas dilatadas, visión borrosa y dificultades respiratorias.

Asimismo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) denunció la muerte de al menos 322 personas, entre ellas 54 niños y 82 mujeres, en el supuesto ataque químico del pasado miércoles sobre los suburbios de Guta Oriental y Occidental, en la periferia de Damasco, capital del país.

Tras lo sucedido, la ONU decidió enviar un convoy para analizar la situación, pero el mismo fue atacado cuando se disponía a inspeccionar. Un portavoz de la ONU afirmó que francotiradores abrieron fuego contra uno de los vehículos de la Organización de Naciones Unidas que transportaba a un equipo que investiga el presunto empleo de armas químicas fuera de Damasco.

La coalición rebelde dijo que los disparos de los francotiradores se produjeron cerca del puesto de control final entre las áreas controladas por los rebeldes y las controladas por el régimen, y calificó el incidente de constituir un intento del régimen para intimidar al equipo de la ONU y evitar que descubran la verdad sobre el ataque de armas químicas de Assad contra los civiles.

El gobierno sirio acusó a las fuerzas rebeldes de disparar contra el equipo, mientras que la oposición dijo que una milicia progubernamental estaba detrás del ataque.

La crisis de siria ya ha dejado más de 100.000 muertos y más de 7 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. El régimen de Al Assad parece no tomar las medidas necesarias para detener esta matanza y por el contrario continua el uso de la fuerzas contra civiles.

El uso de armas químicas constituye una seria violación del derecho internacional humanitario que pone en riesgo la seguridad internacional. Argentina no puede formar parte del grupo de países que defienden el accionar de Al Assad (Irán, Nicaragua, Venezuela), y debe por el contrario repudiar absolutamente al régimen autoritario de ese país y solicitar las sanciones y medidas necesarias que estipule la Carta de la ONU para detener esta matanza. El Congreso de la Nación de Argentina no puede ser ajeno a esta crisis, es por ello que solicito a los compañeros diputados aprobar esta declaración.