El Senado y Cámara de Diputados...

ARTICULO 1°.- Se dispone la impresión de una moneda de curso legal vigente en conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810, con la imagen -en el anverso- de las Ruinas Jesuíticas San Ignacio Mini.

ARTÍCULO 2°.- El Banco Central de la República Argentina y la Casa de la Moneda, adoptarán las medidas necesarias para dar cumplimiento a lo dispuesto en el Artículo 1° de la presente ley.

ARTICULO 3°: El Poder Ejecutivo Nacional reglamentará la presente ley, dentro del plazo de 30 días de su sanción y promulgación.

ARTICULO 4°: Comuníquese al Poder Ejecutivo

Señor presidente:

El 25 de Mayo de 2010, se cumplieron 200 años de la Revolución de Mayo y con ello la instauración del primer gobierno patrio, -la Primera Junta de Gobierno- tras los sucesos en el Cabildo de Buenos Aires, lo que permitió a nuestro país festejar el Bicentenario, hecho este que motivó una sucesión innumerable y diferentes de eventos como formas de festejos, entre los que encontramos la emisión de monedas alusivas a tan importante acontecimiento. Dichas monedas llevaron impresas en el anverso diferentes hechos o lugares de trascendencia nacional cada una, por diferentes motivos.

Dada la magnitud de las celebraciones, considero oportuno, sumar al anverso de las monedas alusivas al bicentenario de la Revolución de Mayo, la imagen de las Ruinas de San Ignacio Mini, como ícono en el proceso histórico de nuestro país, presente en nuestra realidad actual en la presencia de los pueblos originarios guaraníes que habitan en nuestro territorio, especialmente en la provincia de Misiones.

Con el propósito de traer a la memoria, hechos ocurridos en los orígenes de nuestra historia, es importante recordar que en el año 1609, como mecanismo de dominación por parte de los españoles, se inició en esta parte de América una de las experiencias de evangelización más interesantes de la región: las misiones jesuítico-guaraníes. Jesuitas de la Compañía de Jesús llegaron a estas tierras y lograron conformar -a lo largo de 150 años- 30 prósperos pueblos de guaraníes, emplazados en los actuales países de Argentina, Brasil y Paraguay, en los que se desarrolló un sistema reduccional inédito para la época.

La presencia jesuítica se hizo notar en todos los órdenes de la cultura, generando uno de los fenómenos culturales más significativos del vínculo

europeo - americano, consolidando inclusive, el estilo barroco misional que caracterizó a la arquitectura, imaginería y arte de la época. Encontramos hoy, las huellas de las Misiones Jesuíticas de los Guaraníes, en varias localidades de la provincia de Misiones en el noreste de Argentina.

Las Ruinas de San Ignacio Miní es una de esas misiones jesuíticas, fundada por el padre Jesuita San Roque González de Santa Cruz a comienzos del siglo XVII. Ubicadas en la localidad de San Ignacio, provincia de Misiones, Argentina, a unos 60 Km. de la ciudad capital Posadas.

"Los guaraníes conocieron, como pocos, los secretos de la selva. Supieron cultivar la tierra sin estropearla. Viajaron sin perderse por un gigantesco laberinto de árboles y ríos. Fueron grandes guerreros. Y también buscaron la perfección del alma y creyeron que con fe y sacrificio se podía llegar a la Tierra Sin Mal, ofrecida por un dios cuyas creaciones habían sido el lenguaje humano y el amor a los demás".

En 1631, luego del primer intento de defensa de nuestro territorio, la mayor parte de las reducciones jesuíticas fueron destruidas por los bandeirantes paulistas o mamelucos, solo las de San Ignacio y Nuestra Señora de Loreto resistieron los ataques. Al año siguiente, decidieron trasladarse a hacia el oeste, a la llamada, región Paranaimá.

Si bien los jesuitas contaban con personas entrenadas para defenderse, los hostiles los obligaron a trasladarse nuevamente hacia el este, quedando en 1696 reestablecida definitivamente.

Fue de esta manera, que recibió el nombre de "San Ignacio Mini" -mini significa "la menor" en idioma guaraní- para diferenciarla de la anterior,

llamada luego San Ignacio Guazú -guazú significa "la mayor" también en idioma guaraní.

Alrededor del año 1750, se habían establecido en la misión unos 3.000 habitantes. Estos realizaban artesanías que intercambiaban con otros asentamientos de la zona gracias a su estratégica ubicación frente al río Paraná. En 1768, luego de la expulsión de los Jesuitas, fue abandonada completamente, y en 1817, como sucedió con el resto de las reducciones, fueron destruidas por los paraguayos.

Hoy, las Ruinas Jesuíticas San Ignacio Mini, son las mejor conservadas de la república Argentina. Su arquitectura es común al resto de las construidas por los jesuitas: La Iglesia alrededor de la plaza principal, el cementerio, el cabildo, la casa de los Padres y las viviendas. Para la construcción de esta misión se emplearon los materiales locales, el asperón rojo en grandes piezas, lo que permitió la excelente conservación a pesar del paso del tiempo.

Es importante destacar que las Ruinas Jesuitas San Ignacio Miní, fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el año 1.984.

Por lo expuesto propongo se emitan monedas conmemorativas del Bicentenario de la Revolución de Mayo en cuyo anverso se observe la imagen de la Misión Jesuítica San Ignacio Miní en reconocimiento al pueblo guaraní y a la existencia de todas las misiones jesuíticas.