La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje a don Ernesto Tornquist, con motivo de cumplirse el centenario de su muerte.

Señor presidente:

Don Ernesto Tornquist se destacó en nuestra bicentenaria historia por haber sido un hombre de acción comprometido con la construcción de la Argentina moderna. Empresario y banquero, promotor del desarrollo económico y social, ejerció durante más de treinta años una influencia decisiva sobre diferentes campos de la actividad económica y política nacional.

Nacido en Buenos Aires en 1842, cursó sus primeros estudios en el colegio de don Germán Frers, uno de los más acreditados de la época, para luego completarlos en la ciudad renana de Krefeld. De regreso al país, en 1858, pasó a trabajar como tendedor de libros y despachante de aduana en la casa Altgelt, Ferber y Cia, firma dedicada a la exportación de lanas y cueros y a la importación de maquinaria agrícola.

En 1874, comenzó a conducir la firma Ernesto Tornquist y Cia, dedicada a la importación de mercaderías generales y a la exportación en gran escala de productos argentinos. La casa creó representaciones en el exterior, alcanzando un gran desarrollo en las ciudades de Londres, Paris, Berlín y Amberes. Así, hizo conocer la producción argentina y atrajo capitales productivos al país.

En 1878 Tornquist formó parte del directorio de Banco de la Provincia de Buenos Aires y, en la esfera de la actividad económica, impulsó decisivamente la apertura de nuevas actividades a lo largo y ancho de la patria: creó talleres metalúrgicos y fábricas de enlozados; fundó la Compañía Azucarera Tucumana en el norte; llevó a cabo la pesca de ballenas en las Georgias; exploró la existencia de petróleo en Mendoza; impulsó la explotación de tanino en Santiago del Estero.

Pero existen también otras razones por las cuales le debemos reconocimiento y homenaje, porque junto al hombre de empresa coexistían el filántropo que levantó iglesias, el activo colaborador en la obra educativa de William Morris, el propulsor de la música wagneriana y el hombre comprometido que contribuyó a la creación de entidades que fueron desde la Bolsa de Comercio de Montevideo hasta el Club de Golf municipal.

Ernesto Tornquist fue un convencido de la necesidad de buscar la concordia y de la superación de las antinomias que, ayer igual que hoy, separan o enfrentan a nuestro pueblo y dificultan su progreso en unión y libertad. Ese compromiso lo llevó a intervenir como mediador entre los revolucionarios del 90 y el gobierno nacional, y a brindar decidido y público apoyo a las iniciativas financieras de Carlos Pellegrini para sacar a la Argentina de la crisis de esos años. La concepción industrialista y argentinista de Pellegrini, seguramente le debe su aporte al empuje constructivo de Tornquist.

Pero cuando Tornquist aplicó su empeño y experiencia con todo el desinterés del patriotismo auténtico, fue en los más difíciles momentos de las relaciones de nuestro país con Chile, en los que contribuyó a disipar las perspectivas de una guerra que parecía inminente. En esa oportunidad, avaló con su fortuna personal a una República sin crédito externo, para permitir la compra de armamentos que generaran un efecto disuasorio y disiparan la hipótesis de un enfrentamiento bélico entre hermanos.

Mariano de Vedia nos enseñó que "corresponde, como un deber moral de los que quedamos, decirle a los que vienen cómo eran los que se fueron...". Vaya en consecuencia nuestro homenaje a este patriota en el centenario de su muerte.