La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su más enérgico REPUDIO, a la utilización de armas nucleares, al conmemorarse los días 6 y 9 de agosto, el ataque que sufrieron en el año 1945, la ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. En dichas fechas sus habitantes sufrieron la DEVASTACION QUE IMPLICA UN ATAQUE NUCLEAR, hasta entonces desconocido por el mundo.

Señor presidente:

Los días más aterradores de la historia de Japón deben ser recordados, para que el mundo entero tome conciencia sobre la amenaza y la masacre humana que implica una guerra nuclear.

Hace 65 años, los días 6 y 9 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki, causando la muerte de miles de personas y dejando secuelas irreparables que aún permanecen entre los sobrevivientes y sus generaciones

La ciudad japonesa de Hiroshima, sufrió la devastación, hasta entonces desconocida, de un ataque nuclear. El día 6, cerca de las siete de la mañana, los japoneses detectaron la presencia de aeronaves estadounidenses dirigiéndose al sur del archipiélago. Las autoridades militares jamás se imaginaron que con tan pocos aviones se llevaría a cabo un ataque aéreo masivo. Como medida precautoria, las alarmas y radios de Hiroshima emitieron una señal de alerta para que la población se dirigiera a los refugios antiaéreos.

Lamentablemente A las 8:15, el bombardero B-29, lanzó sobre Hiroshima a "little boy", nombre en clave de la bomba de uranio. Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4000º C) se convirtió en un gigantesco "hongo atómico" de poco más de un kilómetro de altura.

Luego del devastador ataque, solo quedo de la ciudad de Hiroshima una enorme cicatriz en la tierra, rodeada de fuego y humo. Días después, el jueves 9, se detonó la bomba "Fat Man" sobre Nagasaki.

Se estima que hacia fines del año 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, aunque sólo la mitad falleció los días de los bombardeos. Entre

las víctimas, del 15 al 20% murieron luego por lesiones o enfermedades, como leucemia y distintos tipos de cánceres,

atribuídas al envenenamiento por la radiación que liberaron las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.

Los sobrevivientes y sus generaciones no pueden borrar de sus mentes y corazones los recuerdos y las secuelas de aquellos días aterradores.

Hasta la fecha estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.[]

Por todo lo expuesto, señor presidente hoy es oportuno preguntarnos: ¿cuánto aprendimos del horror y del sufrimiento que implicó para miles de personas este irracional bombardeo? Y expresar nuestro más enérgico REPUDIO a la utilización de armas nucleares en cualquier lugar de nuestro querido planeta tierra.