La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su preocupación y repudio por la decisión del Poder Ejecutivo Nacional, instrumentada por la Dirección General de Aduanas, de poner en marcha fuertes controles a la importación de mercaderías, mediante mecanismos administrativos que operarán como filtros discrecionales que no discriminan respecto al país de origen.

Señor presidente:

Por medio de la nota externa 87/2008, con fecha 13 de octubre del corriente, que lleva la firma de la Directora General de Aduanas, María Silvina Tirabassi, el Organismo extremará el control en las importaciones de textiles, indumentaria, calzado, juguetes, productos electrónicos y manufacturas de cuero. También en autopartes, caños de acero, motos y cuatriciclos.

Con el argumento de que se quiere evitar la subfacturación y fraude comercial, la norma, llamativamente, no limita los alcances de los mayores controles a determinados países, como China y Brasil, que se supone despiertan los mayores temores oficiales de avalanchas de productos, sino que incluye a todos los países.

Los operadores advirtieron que cada vez que la Aduana intensifica los controles de productos sensibles, el mensaje que se pretende dar es de desaliento para este tipo de operaciones. En la práctica, lo que sucede es que se multiplican las demoras por revisaciones adicionales de los contenedores, y toda demora genera un costo extra.

Pérez Santisteban, desde la Cámara de Importadores, explicó que el importador es racional, es decir, que importa cuando cree que va a tener mercado para vender. Este no es el caso porque el consumo interno cayó significativamente y no se espera una recuperación en el corto plazo. Asimismo, se refirió a que los principales perjudicados de los controles adicionales fueron y serán los importadores habituales, de cantidades habituales, a precios habituales.

El 16 de octubre del corriente, la titular de la Aduana, anunció que habrá 120 productos más que tendrán un precio de referencia para ingresar al país, lo que le permitirá al Estado monitorear de cerca posibles subfacturaciones y así ponerle freno al ingreso de algunos bienes que en ocasiones llegan al país a precios muy bajos. La lista involucra bienes que llegan de China y, en menor medida, de Brasil.

La medida incluirá unos 50 nuevos productos textiles que antes no tenían precios de referencia, que se suman a otros 20 de línea blanca (heladeras, cocinas y lavarropas) que también pasarán a estar monitoreados; y a unos 50 de la industria metalúrgica, sobre todo partes de motos. Estos bienes se agregan a la larga lista de productos sensibles que ya venían siendo monitoreados dentro del Mercosur, en especial los vinculados a textiles, calzado, electrodomésticos, maquinaria agrícola y ropa de cama.

Las medidas se implementarán a partir de las notas 90 y 91 de la Aduana que serán publicadas en los próximos días en el Boletín Oficial. En la nota 90 se unifican los 22.000 valores criterio que ya se aplicaban y en la 91 se incluyen los nuevos productos que antes no tenían valores criterio. Los valores criterio son precios de referencia que la Aduana establece en base a los costos de elaboración de cada producto en su país de origen, y que se comparan con los valores a los que un bien se vende en distintos mercados.

Los importadores ya conocieron medidas restrictivas como la actual en el pasado reciente. En agosto de 2007, el Gobierno se hizo eco de la preocupación industrial que advertía sobre una avalancha de importaciones de productos de China. El entonces titular de la Aduana y actual presidente de la Oncca, Ricardo Echegaray, emitió la nota externa 57/2007 en la que también se recurrió al argumento del 'fraude comercial' para frenar las importaciones, en ese caso, de 13 países asiáticos.

Consideramos que la medida resultará perjudicial para todos los importadores, inclusive para quienes se supone que no se intenta desalentar. Ya que como mencionábamos, los controles generarán inconvenientes, por lo que aumentarán los costos, y terminará causando que los importadores prefieran no importar.

El interrogante es si ello es beneficioso para nuestro país. Si bien es comprensible la intención de proteger la industria nacional, no se observa en la medida la claridad de distinguir entre aquellas importaciones que compiten con productos nacionales y aquellas que no lo hacen. Con la mencionada decisión, se desalienta toda la importación, y se perjudica a los consumidores argentinos, y en algunos casos, también a quienes necesitan insumos importados para la actividad productiva a la que se dedican.

Por ello, solicito a mis pares me acompañen en el presente proyecto.