PROYECTO DE TP
Expediente 5872-D-2014
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LAS MEDIDAS QUE SE ESTAN INSTRUMENTANDO PARA GARANTIZAR EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY 25649 -ESPECIALIDADES MEDICINALES- , DE OBLIGATORIEDAD DE RECETAR MEDICAMENTOS GENERICOS EN NUESTRO PAIS.
Fecha: 04/08/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 94
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo
Nacional, para que en los términos del art. 100 inc. 11 de la Constitución
Nacional, informe a este Honorable Cámara de Diputados, cuáles son las
medidas de seguimiento que se están instrumentando en la actualidad,
para garantizar el efectivo cumplimiento de la Ley 25.649, que establece la
obligatoriedad de recetar medicamentos genéricos en nuestro país.
Asimismo si se están ejecutando cursos de capacitación a profesionales de
la salud a fin de dar total observancia a la citada ley y si se ha estipulado
un plazo máximo para prohibir recetas con nombre comercial.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Doce años después de
sancionada y promulgada la ley de utilización de los medicamentos por su
nombre genérico, sólo una de cada cuatro recetas cumple con ella. Una
práctica que en 2003 había logrado llegar al 71 por ciento fue perdiendo
terreno y, a partir de 2005, fue cayendo en desuso y hoy sólo entre el 20%
y el 25% de las prescripciones de remedios se hace con el nombre de la
droga. Ahora, la mayoría de los médicos indica la marca que hay que
comprar, en un abierto retroceso a lo que ocurría antes de sancionarse la
ley 25.649.
Muchos países de la región han
avanzado en la implementación de políticas de genéricos serias. La
Argentina estuvo cerca de ser vanguardia, pero, una vez más, retrocedió.
Los datos mencionados surgen de la experiencia de los sectores
involucrados, ya que el último relevamiento oficial es de 2003; la propia
administración nacional abandonó la recolección de datos.
En el momento de la sanción
de la ley de genéricos, se había advertido que iban a ser necesarios
muchos cambios, tanto en el terreno comercial como en el cultural, para
que su aplicación fuera efectiva. En parte, eso es lo que lamentablemente
ha ocurrido: la nueva modalidad, que constituía una suerte de retorno a
las fuentes, es decir, con la intervención de un verdadero farmacéutico
efectivo o de empleados idóneos -y ya no de simples vendedores- no ha
logrado cuajar. ¿Por qué? Es evidente que exige a cada uno de los actores
involucrados en la prescripción y distribución de los productos
medicinales redoblar sus esfuerzos para alcanzar niveles de excelencia en
sus respectivas esferas de responsabilidad profesional.
Esto no ha ocurrido,
insistimos, y otro de los motivos es, según fuentes consultadas por el
diario LA NACION, porque en 2004 el PAMI firmó un acuerdo con la
industria en el que se comprometió a incumplir la ley validando las recetas
que se prescriben con la marca y el nombre comercial del medicamento, y
no con el nombre genérico. Luego las prepagas hicieron lo mismo. En este
sentido, no hay que olvidar un dato importantísimo: el 25 por ciento de los
remedios consumidos bajo receta es de los afiliados a PAMI.
El círculo vicioso ha vuelto a
instaurarse: aunque hay remedios que fabrican varios laboratorios, la
diferencia sigue siendo el precio: la industria farmacéutica mueve 50.000
millones de pesos por año en el país. El mes pasado, el propio ministro de
Economía, Dr. Axel Kicillof, al presentar el Índice de Precios al Consumidor
(IPC), se refirió a los medicamentos y aceptó estar al tanto de que la ley
existente tiene un cumplimiento dispar.
Hay una población cautiva de
un sistema, pero también hay viejas costumbres que lo consolidan:
desconfianza de los pacientes en el producto más económico, falta de
difusión de los controles de calidad y automedicación con productos de
venta bajo receta caracterizan nuestro consumo. Según una encuesta, más
del 90% de los usuarios no cambiaría la sugerencia del médico por una
versión similar y hasta un 50% más económica.
Hay niveles de responsabilidad,
y los profesionales de la salud están primeros en este sentido; también hay
una falta de comprensión de parte de la sociedad sobre los valores que
están en juego: la salud, el bienestar y la calidad de vida de cada uno. Hay
una enorme tarea por delante para cambiar esta cultura de la
desaprensión y el aprovechamiento comercial, que nos corresponde a
todos como comunidad.
Pido por todo lo expuesto, el
acompañamiento de mis pares con su voto a fin de aprobar este proyecto
de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia) |