El Senado y Cámara de Diputados...

ARTÍCULO 1º.- Declárese el 8 de septiembre de cada año como Día Nacional de la Alfabetización.

ARTÍCULO 2º.- Durante ese día, el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la autoridad de aplicación que determine, promoverá la realización de acciones y actividades alusivas que promuevan el derecho a la alfabetización y el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

ARTÍCULO 3º.- Invítese a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a las disposiciones de la presente.

ARTÍCULO 4º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

Desde hace ya 50 años, a instancias de la UNESCO, se conmemora el día 8 de septiembre como Día Internacional de la Alfabetización, con el fin de “movilizar a la comunidad internacional y fomentar la alfabetización como instrumento para empoderar a las personas, las comunidades y las sociedades”.

Si pensamos en lo que la alfabetización significa, nos encontramos con que según la Unesco “la alfabetización es un derecho humano fundamental y constituye la base del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Por su capacidad de transformar la vida de las personas, la alfabetización resulta esencial para el desarrollo humano y social. Tanto para las personas y las familias como para las sociedades, es un instrumento que confiere autonomía con miras a mejorar la salud, el ingreso y la relación con el mundo”. Paulo Freire, por su lado, plantea a la alfabetización como “las capacidades de leer el mundo” más allá de las habilidades de leer, escribir y comprender textos. Y las Naciones Unidas destacan “la relación directa que existe entre la alfabetización y la paz, cuestión que se verifica en el hecho de que en los países donde la democracia es inestable o en los que padecen conflictos resulta más difícil crear o mantener un contexto alfabetizado”.

Desde este marco conceptual, y a sabiendas de nuestra convicción, que las competencias de lectura y escritura son requisitos indispensables para adquirir conocimientos, competencias, actitudes y valores necesarios para crear sociedades más justas, plurales y puedan desarrollarse equitativamente, es que debemos comprometemos desde nuestro lugar, ya que sin las condiciones e instrumentos necesarios para leer, cada ciudadano está condicionado en sus posibilidades de insertarse social, cultural y económicamente: podemos decir, en la sociedad en general.

La alfabetización es, a nuestro entender, un derecho humano esencial para alcanzar el desarrollo individual y social. La alfabetización contribuye a construir y a ejercer la ciudadanía.

Creemos que si hay algo que en estos tiempos todos los sectores políticos de nuestro país pareciéramos estar de acuerdo, es en la necesidad de nuestra lucha por la inclusión, la justicia social y el derecho social a la educación.

Cuando planteamos esta necesidad no podemos dejar de pensar en la Alfabetización como uno de los pilares para acceder a estos objetivos, y de esta manera poder transformar la vida de cada argentino, en beneficio de su desarrollo humano, cultural y social.

Los índices de desempleo, discriminación, enfermedades crónicas y criminalidad están ligados directamente con los índices de analfabetismo, y resulta por ello indiscutible cómo la alfabetización puede transformar vidas y posibilitar acceder a mejor información en aspectos relacionados con la vida personal, como ser la salud, la educación, el ocio y el disfrute, como así también en aspectos de la vida social, laboral, política, entre otros.

En nuestro país entre el año 2003 y el 2014 se redujeron los índices de analfabetismo de 2,6 a 1,9% para los mayores de 15 años, mientras que en el nivel secundario, se ha logrado la terminalidad de 613.000 jóvenes mediante el Plan FinEs, por ejemplo. Todo esto fue acompañado de un crecimiento en el presupuesto educativo, de políticas educativas universales, con la implementación de la AUH, entre otras políticas públicas de igualdad y desarrollo educativo. Ahora bien, se sostiene que la inclusión no es contradictoria de la calidad, sino complementaria, y por ello construir escuelas, distribuir libros, capacitar docentes es también, enseñar más y mejor.

No podemos dejar de dar, entonces, estos pequeños grandes pasos para poner en valor y dar la relevancia indispensable a esta decisión política esencial, formativa e integradora, como así también un primer paso para una educación que incluya con calidad social para todas y todos, pero que no deje la calidad de lado. Ahora bien, la inclusión y la educación de calidad no pueden separarse del concepto amplio de alfabetización, esto es el sustento mínimo de dominio que cualquier argentino inalterablemente debe tener, de códigos específicos escritos o digitales para poder desarrollarse igualitariamente en una sociedad como la nuestra, en “sociedades del conocimiento”. Por ello, el concepto tradicional de alfabetización, como manejo de lectoescritura debe ampliarse e incluir la alfabetización digital y científica comenzando por la universalización del acceso y el uso de la computadora y de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

En este sentido es fundamental que las políticas públicas identifiquen las demandas sociales y planifiquen líneas de acción para avanzar en la construcción de una educación inclusiva y de calidad, base de una sociedad del conocimiento y en constante desarrollo, ya que la educación es un derecho social y el conocimiento un bien público.

Por todo lo expuesto, haciéndonos eco de la decisión de la UNESCO, es que proponemos la nominalización de ese día como el Día Nacional de la Alfabetización, para que el mismo sea conmemorado en nuestro país de acuerdo a nuestras propias realidades y necesidades, y promoviendo desde las instancias ejecutivas competentes la realización de acciones y actividades alusivas.

Por lo expuesto, solicito a los señores diputados acompañen este proyecto.