La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su profundo pesar por el trágico asesinato en un atentado terrorista de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto ocurrido el pasado 27 de diciembre de 2007 en un parque ubicado en Rawalpindi, Islamabad, Pakistán.

Señor presidente:

Benazir Bhutto tenía 54 años cuando la vida le fue arrebata por balas que encontraron en su cuerpo el destino que el terrorista que le disparó buscaba: la muerte.

Su vida estuvo signada por la actividad política de una familia aristocrática de Pakistán y, al igual que su padre y sus hermanos, encontró una muerte trágica.

Su padre, Zulfikar Alí Bhutto, quien fuera primer ministro de Pakistán entre 1973 y 1977, fue derrocado por un golpe militar y ahorcado, luego de un juicio de dos años, en 1979. Su hermano, Shahanawaz, fue envenenado en 1985 y nunca se aclararon los hechos. Su otro hermano, Murtaza, fue asesinado en 1996, se desconocen las causas, y aún sigue envuelto en el misterio de conspiraciones oscuras y envueltas en los pliegos de enfrentamientos tribales y de las intervenciones extranjeras para el manejo y control de un país, cuyo desarrollo nuclear en manos de fuerzas nacionales podría romper el equilibro regional.

Nacida el 21 de junio de 1953 en Karachi, era la hija mayor de una familia numerosa. Fue educada en los mejores establecimientos educativos de Pakistán, como la Escuela de Enfermería Lady Jennings y el Convento de Jesús y María en Karachi. Siguió su preparación en el Convento de la Presentación de Rawalpindi, y posteriormente en el Convento de Jesús y María en Murree. Completó esta primera etapa de su preparación en la Escuela de Gramática de Karachi.

Prosiguió sus estudios superiores en Estados Unidos. Entre 1969 y 1973, ingresó al Radeliffe College y luego a la Universidad de Harvard, donde obtuvo su título presentando una tesis sobre el gobierno comparativo.

De allí, como toda la aristocracia de la región, viajó a Gran Bretaña y entre 1973 y 1977, estudió filosofía, ciencias políticas y economía en el Lady Margaret Hall, de la Universidad de Oxford, completando esta etapa con cursos sobre derecho internacional y diplomacia.

Sus excepcionales dotes de oradora y prestigio intelectual, hicieron que en 1976 fuera elegida presidenta del Oxford Union. Cargo, de la famosa y prestigiosa asociación, que por primera vez recaía en una mujer asiática.

Regresa a Pakistán y seis meses después de su arribo, sufre el derrocamiento de su padre, y posterior ejecución del mismo. Ella siempre recordará las últimas palabras de Zufilkar Alí Bhutto, quien momentos antes de ser ejecutado la dejó como heredera de su pasión política: "Pinkie, tienes que ser fuerte. Tu debes continuar."

Luego de la muerte de su padre sufrió persecuciones por parte del dictador que le sucedió en el gobierno, Mohamed Zia ul-Haq, pero ella, fiel al cumplimiento del mandato de su padre continuó tozudamente, y su lucha la llevó a ser por dos veces primera ministra de su país y en ambas oportunidades fue destituida.

En la primera, y siendo ya presidente del Partido Popular de Pakistán, partido político de centro izquierda, y afiliado a la Internacional Socialista, es elegida como primera ministra, el 2 de diciembre de 1988, y 20 meses después, esto es, el 6 de agosto de 1990, por orden del presidente Ghulam Isaac Khan fue destituida con los cargos de corrupción y violación de la Constitución.

En la segunda vez, período que va desde octubre de 1993 a noviembre de 1996, es nuevamente destituida con cargos de corrupción, mala gestión económica y de declinación de la seguridad pública, por el presidente Fauq Leghari. Y también es vituperada y perseguida por Nawaz Sharif, su oponente político en aquel entonces, y hoy su aliado en las próximas elecciones, de las que la arrebató su muerte prematura.

Debió abandonar Pakistán ante la amenaza de una investigación judicial por corrupción, cuando el general Pervez Musharraf, tomara el gobierno luego de un golpe de Estado en 1999.

Hasta el 18 de octubre de 2007 permanece exiliada en Dubai. Todo ese tiempo permanece en contacto permanente con su partido y, aprovechando el exilio forzado, realiza numerosos viajes al exterior para dar conferencias, manteniendo la llama de su vocación política intacta y con el deseo ferviente de volver a su país y continuar su lucha.

Ese mismo día, a su regreso a Pakistán, su comitiva sufre diversos atentados, de los que sale ilesa, pero que ocasionan la muerte de muchos de sus seguidores.

Sus duras declaraciones contra los talibanes y los mullahs, le presagiaban una lucha denodada contra ambos sectores que aspiran a detentar el gobierno de Pakistán. Además de sus críticas al actual presidente pakistaní, también la enemistaron con quienes detentan el poder actualmente.

Se intentarán y se darán numerosas interpretaciones que tratarán de explicar su muerte y la adjudicarán a distintos sectores de la vida política de Pakistán, así como a conspiraciones externas. Será difícil imaginar cuál de todas ellas es la verdadera. Quizá, nunca se llegue a conocer la verdad.

El ataque suicida que le costó la vida no hace sino agregar una nueva muerte trágica, y seguramente, habrá de convertirla en mártir para sus seguidores, e ingresará en la historia de las mujeres heroicas que, el viejo continente asiático agregará a otras vidas ilustres como lo fuera la de Indira Gandhi, en la India, donde la prédica no violenta de Mahatma Gandhi no alcanzó para eliminar los enfrentamientos internos y tampoco impedir las injerencias de las potencias occidentales, siempre deseosas de mantener su hegemonía en una región rica en recursos naturales, tan necesitados por occidente para su propio desarrollo.