La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que a través de los Ministerios de Relaciones Exteriores y Culto y de Defensa Nacional informe a esta Cámara de Diputados de la Nación sobre la verosimilitud de la denuncia que ha formulado el gobierno de Bolivia, mediante declaraciones de un alto funcionario, acerca de un presunto desmesurado armamentismo por parte de la hermana República de Chile y, en caso afirmativo, qué medidas político- diplomáticas se han adoptado ante el supuesto peligro para la paz sudamericana.

Señor presidente:

No debe existir una estrategia más importante, en materia de vínculos exteriores de nuestro país, que mantener y consolidar óptimas relaciones con nuestros hermanos y vecinos. En ese contexto, la integración y cooperación con Chile resulta primordial. Al igual que con Bolivia, naturalmente.

Consignado lo antedicho, siempre es inquietante que un vecino - y cualquier otro país, pero con menos gravitación directa en la armonía que debe imperar en nuestra región - se esté armando y hable de guerra. Esto último no es una mera fantasía de algún analista aislado, sino que la denuncia proviene de una alta autoridad de otro vecino, Bolivia.

En efecto, el director de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar) de Bolivia, Juan Lanchipa, dependiente de la Cancillería del altiplano, afirmó en estos días, que el Congreso chileno "está considerando la nueva Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa (ENSYD 2012-2024), que tiene la finalidad de financiar y potenciar a sus Fuerzas Armadas para enfrentar situaciones de guerra en la región". Señaló que el gobierno de Chile "ingresó en una serie de contradicciones entre lo que dice y lo que hace, cada vez con mayor desparpajo, actitudes y medidas que parecen representar el preludio de una guerra". Lanchipa, ex presidente del Tribunal Constitucional, fue nombrado en octubre pasado por el presidente Evo Morales para preparar la demanda de reclamo en tribunales internacionales por la salida boliviana al mar. El funcionario advirtió, también, sobre "la exorbitante partida presupuestaria armamentista" que analiza el Senado. Chile, según indicó, destinó cerca de 3.000 millones de dólares anuales de gasto en defensa en la última década y la nueva estrategia "establece un presupuesto cuatrienal que no podrá ser inferior al 70% del monto invertido en ese período". "La política exterior chilena sólo respeta las normas internacionales cuando éstas se ajustan a sus intereses" porque exige a Bolivia que se respete el Tratado de 1904, que fijó los límites con Chile tras la guerra, "transgrede al mismo tiempo todas sus demás cláusulas", se quejó el funcionario boliviano, en declaraciones públicas.

Recordó que, meses atrás, el ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, "amenazó con utilizar sus fuerzas armadas para 'hacer respetar los tratados'". "Lo que demuestra claramente que Chile dista mucho de ser un país amante de la paz", agregó. "Al parecer se podría esperar que, en un futuro no muy lejano, los gobernantes de Chile manifiesten una vez más su 'vocación de paz' y seguidamente, en un contrasentido -no esperado y mucho menos deseado- inicien otra guerra", afirmó Lanchipa.

Quiero no creer en la amenaza para la paz que denuncia el funcionario boliviano, pero es mi deber como argentino representante del pueblo plantear la cuestión con la esperanza muy sincera de que esta situación se esclarezca y nos depare así tranquilidad a todos los sudamericanos. La paz está asegurada en América del Sur. Pero para ello es menester estar en permanente vigilancia. Siempre hay sectores interesados, por uno u otro motivo, en jugar a la guerra y al armamentismo. Un oportuno desenmascaramiento contribuirá para neutralizar a quienes están animados por anacrónicos belicismos.

Lo que suceda en América del Sur es del máximo interés nacional argentino, sobre todo si involucra a dos queridos vecinos como lo son Bolivia y Chile.

Por lo expuesto solicito al cuerpo que acompañe y respalde este Pedido de Informes.