La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que informe a este Cuerpo Legislativo sobre las siguientes cuestiones, sirviéndose de remitir información detallada sobre las mismas:

1. Si el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto ha cursado notificación de algún tipo al Gobierno de la República Sudafricana acerca de la decisión de este gobierno de permitir recalar recientemente al submarino nuclear "HMS Talent" perteneciente a la Marina Real del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, cuya misión fuera el despliegue en la zona bajo disputa de soberanía que comprende a las Islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes.

2. Si en el marco del Acuerdo de Cooperación en Tiempo de Paz entre las respectivas Armadas suscripto entre la República Argentina y la República Sudafricana en 1997 ha existido alguna comunicación fehaciente por la cual el gobierno de esta última haya provisto información a su par argentino sobre la presencia del "HMS Talent" en aguas jurisdiccionales sudafricanas, argentinas y/o internacionales.

3. Si la delegación argentina que integrará al Comité de Defensa Argentino-Sudafricano, creado mediante un acuerdo bilateral en el año 2010, contemplará incluir el tratamiento de la situación consultada en alguna próxima reunión del organismo, en caso de que el mismo ya se encuentre en funciones.

Señor presidente:

Un nuevo evento que recientemente amenazó la paz y seguridad regional en el ámbito del Atlántico Sur y que se suma a la continua violación de los derechos soberanos de la República Argentina en el marco de la disputa por soberanía con el Reino Unido, ha tenido lugar: el arribo del submarino tipo Trafalgar "HMS Talent" perteneciente a la Armada Real británica que cuenta con propulsión nuclear y un moderno y letal sistema de armas. Para comprender la dimensión de esta agresiva actitud expresada en el poder destructivo de la nave y en el desequilibrio que representa para la situación militar de América del Sur, sólo hay que observar sus misiles Tomahawk, que alcanzan un rango de 2000 kilómetros y la posibilidad de albergar ojivas nucleares. Esos misiles, por ejemplo, redujeron a polvo la ciudad de Trípoli durante la intervención de la OTAN en Libia, en 2011.

Esta medida se inscribe en la política de Londres de los últimos 30 años, impulsada luego de la guerra de 1982, que busca fortalecer y potenciar militarmente al ilegal e ilegítimo enclave colonial que mantiene en nuestro territorio. Y confirma, una vez más y a lo largo de los años, el renovado interés por "proteger" (en la jerga imperial) a las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, revalorizadas hoy por el pensamiento geoestratégico británico. Las Islas representan un espacio territorial que permite la proyección del poder colonial británico sobre el corredor atlántico, en su sector sur junto a otros dominios como Ascensión y Santa Elena, también sobre la Antártida y sobre el Océano Pacífico, a través del Pasaje de Drake. Pero ello no sería del todo relevante si la zona no contuviese ingentes reservas hidrocarburíferas que están siendo exploradas por capitales británicos de forma ilegal, así como recursos minerales y alimenticios.

Es evidente que el actual período del sistema internacional se caracteriza por las guerras por los recursos y que el poder militar, su uso y abuso (propio de los poderes imperiales en decadencia) sustentan las políticas de saqueo y expolio.

La amenazante presencia del HMS Talent perpetúa la violación sostenida de la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a las partes -Argentina y el Reino Unido- a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales mientras se mantenga la actual situación. La política entera que los diversos gobiernos británicos desarrollan implica la violación de esta resolución específicamente en materia de seguridad militar (además de violar el Acuerdo de Madrid II suscripto en 1990 sobre esta temática) y de explotación de recursos. A la vista tenemos los resultados, que siempre atentatorios de nuestra soberanía.

Estos eventos tienen lugar en lo que la misma comunidad internacional, mediante la Resolución 41/11 de las Naciones Unidas, ha definido como Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS, 1986), cuyo artículo 2° expresa claramente que la Asamblea General del organismo "exhorta a todos los Estados de la zona del Atlántico Sur a que promuevan (...) la protección del medio ambiente, la conservación de los recursos vivos y la paz y la seguridad de toda la región". Aún más inequívocos son los artículos 4° y 5°: "( la AG de la ONU ) Exhorta a todos los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, en particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en dicha región, la no introducción de armas nucleares o de otras armas de destrucción masiva y la no extensión a la región de rivalidades y conflictos que le sean ajenos (...) Exhorta a todos los Estados de la región y de todas las regiones a que cooperen para la eliminación de toda fuente de tirantez en la zona, respeten la unidad nacional, la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de todos los Estados de la región, se abstengan del uso de la fuerza (...) así como del principio de que es inadmisible la adquisición de territorios por la fuerza."

Es preocupante y además vulnera a esta resolución surgida de la AG de la ONU que de los veinticuatro Estados que integran la ZPCAS incluyendo a la Argentina , uno de ellos -la República Sudafricana- se encuentre prestando apoyo material concreto en su instalación naval de Simon´s Town al submarino HMS Talent, que atracó en la misma el último 15 de mayo. La nave puso allí a punto sus aprestos para dirigirse a Malvinas, como reveló una fuente del Ministerio de Defensa británico: "Final preparations are being made in South Africa before a deployment to the South Atlantic. HMS Talent will be dropping by the Falklands and keeping watch. That's what she is built to do - protect Britain 's interests. And that is what she will be doing this summer." La misión fue cumplida y finalmente, el submarino retornó a su base en el Reino Unido. (http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/4327433/England-v-Argentina- we-bring-on-the-sub.html)

Y decimos que esta actitud del gobierno sudafricano es preocupante ya que la cooperación bilateral en el marco geográfico Sur-Sur con la República Sudafricana es un hecho. Las relaciones bilaterales se establecieron en 1991 y la cooperación se expandió rápidamente en diversas áreas incluso estratégicas. Así lo demuestran en un área tan sensible como la Defensa Nacional, los ejercicios conjuntos que se suelen realizar incluyendo también al Brasil y a Uruguay. En 1997, nuestro país suscribió con Sudáfrica un Acuerdo de Cooperación en Tiempos de Paz entre las Armadas (Fuerzas Navales). Este instrumento contempla en sus alcances (Articulo 1°, puno 1°, Inc. d) el intercambio de información intergubernamental en el nivel de cooperación y asistencia militar.

Por otro lado, en 1998 se suscribió el Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones. En el año 2006 se hizo lo mismo con el Acuerdo de Cooperación de Servicios Marítimos y Aeronáuticos de Búsqueda y Rescate (SAR). En 2007 se lanzó la Comisión Binacional Sudáfrica-Argentina, en la Ciudad de Pretoria y en 2010 se firmó el Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en Materia de Defensa, que entre otros puntos dispone la creación de un Comité de Defensa Argentino- Sudafricano.

Por ello y por el grado de cooperación existente entre los dos Estados, nos sorprende y preocupa profundamente esta actitud del gobierno sudafricano, el cual es plenamente conocedor de la disputa existente entre nuestro país y el Reino Unido, así como lo es de las implicancias que tiene la presencia de una letal maquinaria de guerra perteneciente a un mayúsculo poder militar extra-regional: la alteración de la paz, el desequilibrio bélico, la introducción de material nuclear y posible armamento de este tipo en la zona (denunciado oportunamente por el Poder Ejecutivo ante Naciones Unidas) y la posible tirantez que podría originarse entre dos miembros de la ZPCAS , uno de los cuales entra en contradicción con la Resolución 41/11 surgida en el seno de la comunidad internacional y, específicamente, entre los países que componemos al área del Atlántico Sur. Es fundamental que ante esta compleja situación que involucra a un destacado aliado y socio de la Argentina en el Hemisferio Sur, la Cancillería pueda responder a estos interrogantes que hacen directamente a los intereses nacionales y a la protección de la soberanía.

Por todo ello solicito el acompañamiento de mis pares al presente proyecto.