La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través de los organismos que correspondan, proceda a informar a esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sobre los siguientes puntos vinculados al Convenio de Biodiversidad Biológica, aprobado por ley 24.375 en el año 1994:

1. Distribución de roles y asignación de responsabilidades en el cumplimiento de las funciones que derivan de la Estrategia Nacional de Biodiversidad.

2. Cronograma de acción para el cumplimiento de los objetivos.

3. Mecanismos de evaluación previstos para mensurar el cumplimiento de los objetivos.

4. Si existe, estado de desarrollo de una base de datos que centralice la información sobre la gestión de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable en materia de biodiversidad.

5. Presupuesto asignado para el presente año a las actividades derivadas del cumplimiento de la Estrategia Nacional de Biodiversidad.

6. Si existen, medidas que se tomaron como respuesta al Informe elaborado por la Auditoría General de la Nación

Señor presidente:

En momentos en que trabajamos en la elaboración del presente Pedido de Informes, se dan a conocer las últimas noticias de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de Naturaleza), el organismo internacional más prestigioso en materia de monitoreo y conservación ambiental. Con estos datos actualizados, se han añadido 4.807 especies a la mencionada Lista, por lo que el total de especies evaluadas asciende a 70.294, de las cuales 20.934 (casi el 30%) están amenazadas de extinción. Datos altamente preocupantes, toda vez que se observa que, a pesar de los esfuerzos, la tendencia general hacia la extinción persiste para muchas especies.

La biodiversidad o diversidad biológica es, según el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, el término por el que se hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que la conforman, resultado de miles de millones de años de evolución, según procesos naturales, y también de la influencia creciente de las actividades del ser humano. La biodiversidad comprende igualmente la variedad de ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada especie, que permiten la combinación de múltiples formas de vida, y cuyas mutuas interacciones con el resto del entorno fundamentan el sustento de la vida sobre el planeta.

En la actualidad, la tasa diaria de extinción de especies es 1000 veces mayor que la tasa natural, siendo las principales amenazas de origen antrópico (degradación de hábitats, introducción de especies exóticas,

sobreexplotación de los recursos naturales, cambio climático de origen antropogénico y contaminación, entre otras).

El Convenio de Diversidad Biológica (CDB) constituye el primer acuerdo global que aborda la conservación de la biodiversidad en todos sus aspectos y establece compromisos para mantener los procesos ecológicos que sustentan la vida en el planeta. Surgido en 1993 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro), entró en vigor el 29 de diciembre de 1993 y cuenta actualmente con 193 Estados Partes. En su artículo 1, establece tres claros objetivos: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de los componentes de la diversidad biológica y la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

En cuanto a nuestro país, el CDB fue aprobado por Ley 24.375 en 1994 y ratificado el 22 de noviembre de ese mismo año por el Gobierno Nacional. Por Decreto 1347/97 se designa a la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable Autoridad de Aplicación de la mencionada Ley y se crea la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización Sostenible de la Diversidad Biológica (CONADIBIO), cuyo objetivo principal, además de asesorar a la Autoridad de Aplicación en todos aquellos aspectos relacionados con la implementación de la ley 24.375 y el CDB, es el de elaborar y proponer, para su aprobación, una Estrategia Nacional de Diversidad Biológica (ENB). La misma debe constituir la base de la política nacional en la materia, promoviendo acciones de conservación y garantizando que el aprovechamiento de los recursos biológicos se haga sobre la base de modalidades de manejo sostenible.

A partir de la adopción de la ENB, en el año 2003, se han transitado múltiples instancias, desde la creación de un Grupo de Trabajo de

Conservación de la Biodiversidad (GTCB), la actualización de la ENB, la elaboración de un proyecto GEF para el financiamiento de dicha actualización (Proyecto GEF: ARG/11/G51), diversas Leyes, Reglamentos y Programas Nacionales, como asimismo reuniones de sinergia entre áreas de la SAyDS para evaluar resultados y consensuar propuestas para la ENB, hasta el relanzamiento de la CONADIBIO en 2011, con modificación de su reglamento y reuniones periódicas.

Ahora bien, Señor Presidente, lo cierto es que, según uno de los últimos informes producidos por la Auditoría General de la Nación, vemos con preocupación que el examen "Implementación del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), Período Auditado 2003-2012", arroja conclusiones, cuando menos, desalentadoras. Cabe aquí recordar que la AGN, como Entidad de Fiscalización Superior desempeña una función vital en la fiscalización ambiental, al auditar los compromisos asumidos por los gobiernos en la protección del medioambiente.

Analicemos los resultados del Informe. Por un lado, si bien se reconocen los esfuerzos realizados para la elaboración y adopción de la ENB en 2003, se concluye que los desarrollos posteriores en la materia han sido escasos y aislados. Y, aunque en 2011, como dijéramos, se inició la actualización de la Estrategia, el documento base de la ENB no fue traducido en planes de acción con metas cuantitativas, estrategias de implementación que especifiquen recursos a aplicar, ni cronogramas calendarizados.

Se verificó además que los instrumentos para el manejo sustentable de especies autóctonas en el ámbito de la Dirección de Fauna Silvestre, en particular el Plan Nacional de Manejo del Guanaco y el Programa

Nacional de Manejo y Uso Sustentable de Especies Silvestres, no han sido adecuadamente articulados en la ENB, y no se encontró evidencia de su seguimiento, por lo cual se desconoce su efectividad.

Sumamente importante resulta también señalar que del Informe de Auditoría surge que el Sistema Ambiental Nacional (SIAN), administrado por la SAyDS, ha dejado de estar operativo. Con lo cual, la articulación y actualización de la información proveniente de las jurisdicciones provinciales se ha perdido, con su consecuente perjuicio tanto en lo académico cuanto en la elaboración de programas de conservación. Precisamente, en lo referido a la investigación y capacitación, no se encontró evidencia de la existencia de un diagnóstico sobre el estado de situación en biodiversidad ni de la confección de una base de datos sobre la misma, que centralice la producción científica nacional en la materia.

En el marco institucional, cabe destacar que se observa un notable desequilibrio entre el peso asignado a las acciones de conservación y manejo sustentable de la fauna silvestre en comparación con la flora silvestre, además del hecho de que no se ha desarrollado un instrumento formal que contemple la prevención de la introducción y mecanismos de detección y control tempranos de especies exóticas.

Para terminar Sr. Presidente, nos parece importante recordar que todos los problemas asociados a la pérdida de biodiversidad representan una grave amenaza para la salud y el bienestar humanos, toda vez que afectan a las economías regionales, provocando degradación ambiental, enfermedades y pobreza. Por tanto, resulta fundamental para nuestro país contar con información actualizada, de rigor científico y de carácter interdisciplinar, precisamente para poder convertir esas bases de datos en insumos esenciales a

la hora de elaborar políticas públicas que protejan, para su aprovechamiento sustentable, estos insustituibles recursos.

Y resulta inadmisible que, a 19 años de haberse firmado el Convenio de Diversidad Biológica, el Estado Nacional aún no haya logrado cumplir con eficacia, eficiencia y economía el mismo.

Por las razones expuestas, y las que se agregarán en el momento oportuno, solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Resolución.